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Telarañas, sentía demasiadas telarañas en todo su cuerpo. Sus ojos azules se hallaban sin brillo alguno y su piel se encontraba pálida, balbuceó algo que no se alcanzó a escuchar. Sentía su cuerpo dormido, no podía moverse y apenas podía observar alrededor. Vió sangre en todos los lugares, no sabía donde estaba, lo máximo que pudo hacer fue tragar en seco antes de bajar su mirada a un gran charco carmesí. Vió su reflejo, sus ojos desgastados, su piel pálida como nieve, su cabello castaño casi tornándose alvino, todo de él parecía estar muriendo. Intentó soltarse pero fue en vano, no tenía fuerzas para moverse. Vió una gran sombra aparecer al frente de él y achicó sus ojos. Notó seis ojos observarlo, el gran brillo rojo que tenían era lo único que se hacía ver. El cuerpo humanoide se fue acercando con lentitud, dando pequeños y profundos pasos.
Antes de que los pasos se volvieran más rápidos y una gran mandíbula se abriera justo para devorarle vivo.
Sus ojos violetas se abrieron con horror. Jadeó tratando de buscar el aire necesario para calmar su respiración y los latidos de su corazón. Mordió su labio inferior con miedo, ¿Qué había sido eso? ¿Había visto a Cellbit? Parpadeó lentamente hasta fijar su vista en el cuerpo de Mariana quien lo observaba totalmente preocupado. Todavía era de noche, ¿Cuánto tiempo había dormido? No lo sabía, pero Slime no estaba junto con ellos y Philza todavía seguía dormido a su lado. Mariana esperó una respuesta ante su sobresalto. Sin embargo Missa no sabía como reaccionar, lo que había visto era una viuda negra también, no estaba loco.
— Yo-... — Murmuró Missa ante la intensa mirada de su compañero. — Tengo que volver. — Dijo sintiendo los nervios recorrer su piel. Mariana parpadeó.
— ¿Cómo? —
— Tengo que irme. Ahora, tengo que irme. — Habló Missa con rapidez incluso sorprendiendo al más alto.
— ¿Y... vas a dejar a tu guapo compañero? No seas mamón. —
Missa parpadeó antes de observar con lentitud el rostro de Philza. Maldijo para sus adentros como nuevamente estaba apreciando las facciones de su rostro calmado, sus pestañas doradas le atraían como si fuera algún tipo de magia de amor que lo enlazará a él. Sacudió su cabeza para apartar esos pensamientos antes de volver su mirada a Mariana quien estaba sonriendo con burla.
— Claro que no, no puedo viajar sin él de todas maneras ¿Cuánto falta para que se haga de día? —
— Bueno me vez con cara de este pinche adivino ¿O qué? No mames Missa. No debe de faltar mucho. —
— ¿Dónde está tu...? — Murmuró el de ojos violetas. — ¿Tu novio? —
Mariana rió con ternura. Missa seguía sin poder creer lo que veían sus ojos, un Mariana enamorado no se veía todos los días, además de que ya era costumbre de que coqueteara con todo el que veía.
— Ese pendejo se cree un pinche doberman, siempre quiere estar fuera para que no halla peligros cerca. — Murmuró Mariana antes de cerrar sus ojos. — Usualmente siempre voy con él para que no se lo culeen, pero casi siempre el que se hace mierda soy yo, no soporto quedarme despierto por las noches. Solo lo hago por ti Missa, porque al chile que de otra no me despertaba ni en un millón de años. —
— ¿Por qué? ¿Por qué de él? Ni siquiera está cuerdo debido a la-... —
Maldición. Quiso decir, pero Mariana lo miró confuso.
— Olvídalo. — Murmuró el de ojos violetas. — Necesito- Necesito regresar, yo- acabo de ver algo. —
— ¿Ver algo? —
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𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸
Fiksi Penggemar✦ Solo se necesitaba del eclipse para que la paz comenzará y la guerra cesará. Pero para el eclipse se necesitaba de la luna y el sol, ¿Cómo saber si se podrían juntar después de siglos?✦ 👉 𝙏𝙤𝙙𝙤𝙨 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙧𝙚𝙘𝙝𝙤𝙨 𝙧𝙚𝙨𝙚𝙧𝙫𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙚...