Capítulo 14 - Es escaza.

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Cellbit tuvo que morder su brazo para no gritar cuando sintió como los colmillos de su pareja mordían con fuerza. Ahogó un jadeó al sentir como su cuerpo se dormía, y todos sus músculos se tranquilizaban. Su cuello se adormecío de igual forma, sintía un líquido tibio entrar en su cuerpo, y no había que ser un genio para saber que era el veneno de la araña. Mientras su brazo estaba siendo lastimado por él mismo, su otro brazo se encontraba abrazando la espalda de Roier quien se aferraba a él como si lo fuera a perder en cualquier momento. Cualquier otro hubiera apartado a Roier, lo hubiera golpeado y preguntado en que rayos pensaba, pero claro, Cellbit no lo hizo. El Lange del pasado no lo hubiera dudado, pero ahora quien diría que se encontraba en los brazos de un híbrido, ¿Para qué y por qué le estaba dando de su veneno?

Bueno, a Cellbit le encantaba.

¿Y quien era Roier para negarle a su esposo? Lo besaría, tomaría y mordería cuantas veces quisiera. Se amaban después de todo, aunque este amor no fuera del todo sano. El plan estaba saliendo como lo esperaban, todo estaba siendo perfecto. Vivirían juntos, los dos, siendo inmortales y fuertes, tendrían una casa, mascotas, cama matrimonial. Roier estaba alucinando millones de cosas para el futuro, sonreía bobamente mientras se dedicaba a repartir suaves besos por el rostro de Cellbit para calmarlo del sedante que estaba sintiendo su cuerpo. Los ojos azulados del contrario lo miraron con gran brillo antes de volverse totalmente carmesís. Y Roier amó como su esposo lo observaba con adoración. Lo bueno de las viudas negras es que dependían de dos venenos, uno mortal y otro que sería un gran sedante para dormir presas. Y era obvio que Roier lo último que quería hacer era usar su veneno moral con su pareja, el que utilizó con Missa. 

— Eu adoraria que tivéssemos filhos. — Sonrió burlonamente Cellbit antes de lamer sus colmillos.

— Podemos adoptar mi amor. — Le siguió Roier sonriendo de igual forma. — Pero necesitas dormir, hiciste mucho por hoy ¿Verdad? —

— Seu veneno me ajuda a dormir. — Murmuró bajito entrecerrando sus ojos por el sueño. 

Roier rió sombríamente antes de verlo caer en sus brazos. Lamió sus propios labios con deseo, prontó todo terminaría. 


Philza fue el primero en abrir los ojos. Y fue tomado por sorpresa cuando vio a Missa a su lado, este no estaba dormido, estaba hecho bolita en su sitio, como si hubiera visto algo que no le hubiera gustado. El rubio obviamente no le gustó esto, pensó en preguntarle al azabache que le sucedía, quería decirle que sentía su aura agría. Algo había causado que estubiera de esa forma. Philza tragó en seco antes de sentarse a su lado, no dijo nada, no hizo nada, solo observó. En silencio alzó su ala para cubrirlo junto a él, pudo notar como Missa se tensaba, pero dentro de unos segundos levantó la mirada para observarlo y prontó toda esa tensión acumulada disminuyó. Pudo ver como sus ojos violetas estaban vidriosos, parecía que en cualquier momento iba a llorar.

— What happened? — Preguntó antes de escuchar una risa forzada por parte de Missa.

— What are we doing? — Murmuró bajito.

— What do you mean? — Repitió con otra pregunta.

— I'm not strong, I'm not even important, why am I the reincarnation of your wife? —

Philza parpadeó con lentitud antes de reír. Missa se preguntó como una persona que perdió a su esposa y hijos podía seguir ríendo incluso después de ver como su hogar se quemaba en pedazos.

— You are strong. — Afirmó Phil.

— No, I'm not. —

Silencio.

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora