Capítulo 20 - Pelear por territorio.

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Roier rió con entusiasmo, sentado y moviendo sus piernas con una emoción palpable. Missa se había sentado a su lado, nervioso como siempre mientras acomodaba su máscara esquelética. Roier siempre fue tarareaba cuando estaba aburrido.

— Pensé que lo tuyo y Cellbit era mentira. — Murmuró. 

— Es un papucho. — Sonrió Roier antes de soltar un gran suspiro. — Es inseguro, ¿Sabes? —

— ¿Inseguro? — Preguntó.

— Mhm, literal, le digo que esta bien pinche bueno y a pesar de eso no se quita la pinche camisa. — Siseó con indignación. Missa rió. — No le gusta que vea sus cicatrices. —

— Supongo que tendrás que trabajar en eso. —

— Si, pero es estresante. — Afirmó. — Estamos recién empezando con todo esto de salir y eso. Y ya sabes lo pinche agresivo que es como si fuera típica vieja peleonera de esas que te meten un putazo para que nunca vuelvas a despertar. — Habló antes de suspirar. — Sé que se preocupa por mi, y sé que gusta de mi porque, vamos, soy la eminencia, ¿Cual pendejo ignoraría esta belleza? —

— Ajá. — Missa giró sus ojos.

— De todas maneras... se asusta y lo oculta con furia ¿Sabes? — Susurró bajito. — Nisiquiera puede sentir un pinche beso en el cuello que enseguida se paniquea bien feo. —

— ¿Piensa que quieres llegar a algo más? —

— ¡Si, pendejo! ¿Tú me vez con cara de que quiero pinche sexo? —

— Pues... — Murmuró Missa apartando su mirada. 

— ¿¡ENSERIO!? —

— Tus comentarios no te ayudan Roier. — Pronunció en voz bajita. — Siempre dices cosas... ¡Tu sabes las cosas que dices! —

— Pendejo, pues como quieres que actúe, soy primerizo. — Siseó antes de cruzarse de brazos. 

— Tal vez.. ¿Empezar a dejar de tratarlo como Mariana y Aldo? ¿Cómo si fuera un mejor amigo tuyo? ¿Y empezar a decirle cosas dulces y no tan...? Mhm. —

Roier suspiró.

— Doy asco, ¿Verdad? — Su tono animado fue opacado.

— ¡No dije eso! — Chilló Missa con nerviosismo. — Además, se que lograrás conseguir que Cellbit te tenga más confíanza. Eres unos de los que no se rinden Roier, y eres la persona más pura que conozco. —

Silencio.

— ¿Puro? ¿De los que no se rinden? — Preguntó Roier antes de mirarlo con confusión. — ¿Apoco eso es lo que piensas de mi? —

— No eres como yo, eso es seguro. — Asintió Missa. — Eres seguro de ti mismo, fuerte, no fracasas. — Por cada palabra que decía su tono era más bajo.

— ... Suenas como Cellbit. — Murmuró Roier haciendo que su contrario lo mirará con sorpresa. — No son débiles, no estuvieran aquí si lo fueran. Y yo no soy puro Missa, díficilmente se encuentra alguien así estos días. — Hizo una pausa. — Los niños son puros, sin preocupaciones, con inocencia y sin entender lo malo de lo bueno. —

— Roier, tu eres puro. — Sonrió Missa seguro de si mismo.

— Si yo soy puro tu eres un dios. — Murmuró Roier con cierta obviedad en su voz. — Eres fuerte Missa, solo tienes que creerlo. —

"Solo tienes que creerlo"

— De todas maneras. — Continuó el castaño. — Pienso en adoptar chamacos. —

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora