09:00Am.
Las cortinas se corrieron de un lado, abriendo paso al sol, con algo de flojera tape mi cara para seguir durmiendo. Pero lamentablemente no sería así, ya que sentí como me despojaban de esta.
—Gizel~ ya levántate—Isabella agarro mi pie moviéndolo de un lado a otro.—Recuerda que me dijiste que me acompañarías hacer compras—Me reprochó.
Sacando la cara de la almohada que tenía encima, la mire somnolienta y con una mueca.
—¿cuando te dije que si? No vez que te gusta meter palabras en mi boca que no son—me senté cruzando mis piernas en modo de indio y tape mi cara para bostezar un poco.
—Ay no seas así, yo siempre que te acompaño a todos lados y tu no me acompañas a mi. Mala amiga—me señalo Isabella para cruzarse de brazos
—Mili imigi—imite su voz haciéndole mofa por lo que recibí un cojín de su parte.—Ya,ya. Yo te acompaño. Cálmate—hice son de paz para levantarme y estirarme.
—Bueno, apúrate. Ya yo estoy lista, solo falta tu y el desayuno ya está.—sonrió para sentarse en el sofá, por lo tanto yo me acerqué y bese su cabello.
—Para que enemigas, si te tengo a ti que te amo demasiado.—chille de la felicidad para sacar la ropa que utilizaría e irme a duchar.
Con cuidado, al entrar al baño. Me despoje de mi pijama y abrí la regadera para empezar a bañarme, la calefacción ayudaba bastante por lo tal el agua no estaba tan fría, solo algo tibia y me gustaba.
Luego de un rato, ya salí del baño ya arreglada para mostrarle a Isabella.
—Amigas feas tendrán ustedes, por que la mía es toda una diosa—orgullosa Isa me tomo una foto por la cual deje que la tomara.
—Awwww, de verdad es que ¿que haría yo sin ti?—mis ojitos se llenaron de lágrimas para abrazarla fuertemente, siendo correspondida de la misma manera.
—Encerrada con muchos gatos y en soledad—susurró Isabella para mirarla con algo de reproche y reir.
Luego de separarme, fui a la cocina para comer el delicioso desayuno que me había hecho, aunque sabía que había llamado servicio a la habitación, pero era lo de menos. Igual se lo agradecía
Ya en menos de 5 minutos, nos encontrábamos saliendo del hotel para caminar por la gran ciudad de New York, si que es bastante grande, aunque en las películas lo hacían ver todo pequeño
—Venga vamos a esa tienda—señalo Isabella agarrando mi muñeca para jalarme hasta ella.
—Oye, calma. —La seguí con el mismo paso en la que caminaba, algo de Isabella es que caminaba muy rápido y eso se me dificultaba mucho.
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Salvación |Richard Ríos
De TodoGizel Rodriguez,sabiendo que no sabe absolutamente nada de futbol y su amiga Isabella sabe al 100% cada uno de los detalles de los jugadores en cada uno de los partidos qué hay. Ambas se van a la copa america, sabiendo que puede ser posible o imposi...