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Pov Julian

Luego de varios minutos, ya había aparcado frente al hotel. Quería despertar a gizel pero se encontraba tan profúndame dormida que no sabía que hacer.

—Dios...—apoye mi frente en el volante sin que esté sonara el claxon.

Alce la mirada notando que justamente iba llegando Isabella, por lo que baje el vidrio para sacar mi mano haciéndole señas de que se acercara

Al ver que me noto, troto hasta donde yo estaba para sonreírme.

—Hey, ¿qué tal? Viniste a buscar a gi-.... Oh—al mirar dentro del auto notando como gizel estaba descansando sobre mi hombro.

—Fuimos a la playa y bueno... será que me ayudas? No quiero despertarla—susurre algo apenado viendo cómo sonreía.

—Claro, ademas no pesa tanto—rio un poco Isabella para rodear el auto y abrir la puerta de co-piloto. Quito el cinturón de seguridad y agarro el bolso de gizel.—Bueno, yo puedo con ella así que no te preocupes ¿si?—con cuidado se adentro para agarrar a gizel y cargarla.

—¿segura que no necesitas ayuda?—intente bajarme del auto pero ella solo negó para despedirse y entrar al hotel con ella cargada como un costal de papas.

Me quede allí sin más. Para encender el motor y dar retroceso, di vuelta y maneje directo a mi hotel.

Al llegar, baje cerrando la puerta de un portazo viendo a enzo cruzado de brazos

—¿donde andabas?—pregunto arqueando una ceja para mirarme de pies a cabeza.—Y por que no me llevaste.—lloriqueo sin más.

—Enzo, estabas con Isabella. Además fui a buscar a gizel para pasar el rato y bueno fuimos a la playa—dije sin más para empezar a caminar dentro de hotel.

Mientras enzo me seguía detrás con miles de preguntas, apreté el botón para llamar al ascensor mientras aún lo escuchaba.

—Calma, ya respondo todo. Solo cálmate—hice un movimientos con mis manos para que mantuviera la calma.

—Necesito detalles de todo, de seguro algo hiciste con ella—sonrió picarón para yo solo negar y rodear los ojos.

—Tu y tus cosas—intenté evadir el tema. Ya que no quería contarle lo sucedido hasta que gizel estuviera de acuerdo.

—Pero- ¡exijo saber!—enzo me agarro de los hombros para empujarme dentro del ascensor y mi espalda chocará contra la pared.

El tintineo de que las puertas se cerraban y empezaban a subir piso por piso, me hizo safarme de su agarre.

—Joder, nos besamos. ¡Eso fue todo!—suspire frustrado cruzándome de brazos.

—......—enzo se había quedado sin palabras para solo apoyar la espalda en la pared del ascensor.

Ninguno de los dos dijo nada, solo se podía escuchar la música que sonaba de fondo "paranormal -Tainy".

•••

Pov Isabella

Con cuidado y como pude llegue a la habitación para dejar el bolso en el suelo y con cuidado acomode a gizel en la cama.

—Dios...—apoye mis manos sobre mis rodillas intentando recuperar un poco el aire.

—¿Isa, Gizel?—Una voz familiar me hizo palidecer y quedarme quieta en mi lugar.

—¿richard?—emití en un hilo de voz para voltear y verlo allí parado junto con un vaso con jugo de naranja

¿Cómo es que estaba aquí en la habitación? O más bien ¿en qué momento llegó?

—¿por que traes a gizel así?—pregunto richard acercándose notando a esta con ropa de playa y un poco mojada.

—Oh...—fue lo único que pude decir "Oh" Dios... si decía que estaba con Julián capaz y richard terminaría enojado.

Aunque por un lado ambos no son nada, pero debía decirle al menos para que él supiera, en estos momentos como desearía que gizel estuviera despierta.

—¿oh? Eso nada más dirás—enojado richard se sentó en el sofá esperando una respuesta de mi parte

—Y-yo... mhmmm...—mordí mi labio algo nerviosa nunca antes había estado en esta situación.

—¿Por que tanto alboroto?—susurro una voz suave para suspirar aliviada. Gizel se había despertado.

•••

Me sentía cómoda donde estaba, todo es muy suavecito y me encanta. Abri mis ojos notando que ya no estaba con Julián. Algo extrañada me senté en la cama para ver a richard y Isabella en la habitación hablando.

—¿Por que tanto alboroto?—pregunte mientras rascaba mi cabello.

—Mismo pregunta le hago a Isabella. El por que te trajo así al hotel, ¿donde estabas gizel?—pregunto richard esta vez mirándome a mi.

Por un momento no dije nada y me quede mirándolo, como le explicaba que toda la tarde me la había pasado con Julián en la playa y que nos besamos...

Me sentía tan confundida en estos momentos, no podía negar que richard me gustaba un montón pero también del otro lado estaba julian quien también me gustaba.

Sentía mi corazón entre la espada y la pared, se podía escuchar en la habitación la respiración de los tres.

—¿entonces, nadie me responderá?—volvió a preguntar richard.

—Lo que sucede fue-....—Isabella iba a explicar pero decidí que no dijera nada y me dejara hablar a mi.

—Julián me invitó a ir a la playa y yo accedí a ir con el, ademas tenia pensando en verte pero como sabía que tenías entrenamiento no te quise molestar—dije sin más mientras me levantaba.—Y si eso te molesta, pues discúlpame. Pero también tengo derecho de salir—agarre mi bolso para abrir la puerta del baño y entrar a encerrarme alli.

Apoyada en la puerta me deslicé hasta abajo para esconderme entre mis piernas.

—Bueno eso...—señalo Isabella.—Eso mismo he quería decir—Isabella relamió sus labios para acomodar su postura y ir a la cocina por un vaso de agua.

—Yo...—richard se tapo la cara un momento pensativo.

Claro que no eran nada, también entendía sus celos. Más que todo por julian sabía que ese chamo no le caía nada bien. Y tenía mala espina, no quería que lastimara a gizel.

—Lo siento gi, no querías que pensara que soy un celoso o algo. Simplemente es que como la vi así cargándote pensé que te había pasado algo, o que también estaban bebiendo no se.—junte mis manos mirando a la puerta donde estaba la rubia.

Escuché atentamente sus palabras para solo suspirar.

—No te preocupes richard, si quieres mañana con más calma hablamos ahorita estoy cansada—mire hacia arriba para lanzar una pequeña pelota que había allí toda enojada conmigo misma..

—Bueno... está bien—richard se levanto del sofá para despedirse y sin más se fue.

Solo se podía escuchar como isabella llamaba a la puerta para que saliera. Pero yo no quería salir...

Salvación |Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora