Richard despertó sobresaltado en su habitación de hotel, el resplandor de la luna filtrándose débilmente por las cortinas entreabiertas. Aún perdido en los recuerdos de su cita con Gizel, un escalofrío le recorrió la espalda al percatarse de un silbido extraño que parecía llenar la habitación. El ambiente se había cargado de una tensión palpable, y los muebles parecían susurrar misterios indescifrables.
Decidió levantarse con cautela, sus pies descalzos tocando el suelo frío de madera. Al intentar encender la luz, un chisporroteo seguido de un apagón repentino lo sumió en una oscuridad inquietante. El silbido persistente resonaba en sus oídos, cada vez más perturbador, como una melodía siniestra que desafiaba su cordura.
Con el corazón latiendo desbocado, Richard se acercó a la ventana y entreabrió las cortinas. Ante sus ojos atónitos se desplegaba una escena surrealista: una figura encapuchada se deslizaba furtivamente por el jardín del hotel, moviéndose en la penumbra como una sombra acechante.
El misterio envolvía la noche con un aura de intriga y peligro. ¿Qué oscuros secretos se escondían detrás de las paredes del hotel? Richard sintió un presentimiento ominoso que le erizaba la piel, cuestionando la realidad de lo que veía. La figura desconocida representaba un enigma que debía desvelar, antes de que fuera demasiado tarde.
Decidido a descubrir la verdad, Richard se aventuró por los corredores silenciosos del hotel, con la certeza de que su vida y la de Gizel estaban entrelazadas en aquel enigma nocturno. La incógnita estaba planteada, y el reloj avanzaba inexorablemente hacia un desenlace cargado de suspenso y revelaciones inesperadas.
La noche se extendía como un velo de secretos, y Richard sabía que su valentía y determinación serían puestas a prueba.
Mientras Richard se adentraba más en los intrincados pasillos del hotel, una sensación de inquietud lo embargaba. Cada sombra parecía susurrar un secreto no revelado, cada puerta cerrada ocultaba un misterio por descubrir. Su determinación se veía desafiada por la oscuridad que acechaba a cada paso.
En su búsqueda de respuestas, Richard se cruzó con Evelyn, la enigmática recepcionista del hotel. Su mirada era tan penetrante como el filo de una espada y su sonrisa, tan enigmática como seductora, despertaba sospechas en el corazón de Richard. ¿Qué oscuros secretos guardaba la joven y atractiva mujer?
Evelyn le ofreció una mirada cómplice y un susurro fugaz antes de desaparecer por un pasillo lateral. Intrigado, Richard decidió seguirla, desafiando las sombras que parecían cerrarse a su alrededor. Cada paso lo acercaba más al corazón de los misterios del Hotel,donde la verdad y la mentira se entrelazaban en un baile mortífero.
Al doblar una esquina, Richard se encontró de repente en una estancia iluminada por velas, donde una figura enmascarada lo aguardaba en silencio. El enigma se intensificaba, la tensión flotaba en el aire como una niebla espesa que amenazaba con ahogarlo. ¿Qué revelaciones le deparaba aquel encuentro inesperado?
La figura enmascarada alzó lentamente el rostro, revelando unos ojos profundos y llenos de secretos. Con una voz apenas audible, pronunció unas palabras que resonaron en lo más profundo de la conciencia de Richard, desvelando una verdad perturbadora y sorprendente que cambiaría su vida para siempre.
El reloj comenzó a marcar las horas con un tic-tac ominoso, marcando el pulso acelerado de Richard mientras se enfrentaba a una encrucijada de destinos entrelazados por el hilo invisible de los secretos. La trama se enredaba en un laberinto de intrigas y revelaciones, donde nada era lo que parecía y cada paso lo conducía más cerca de la verdad final.
Para simplemente despertar de la nada, el reloj sonaba con insistencia y su teléfono no para de sonar, ¿qué rayos había sido ese sueño? ¿Por que se sintió tan real? Algo preocupado apago la alarma y vio las llamadas perdidas de James y de su director técnico.
—Mierda voy tarde—se quejó richard para enviar un mensaje rápido a James diciéndole que ya bajaba y que lo disculpara por que se había dormido, no quería darle tanta vueltas al asunto sobre ese pequeño sueño que tuvo. Pero sabía perfectamente que si eso lo enlazaba con Gizel sería por algún motivo.
•••
Por otro lado, Gizel se encontraba descansado en su cama, Isabella había salido con enzo, le parecía raro ya que nunca se llevaba bien con alguien y más con los jugadores ya que quería serle fiel a su amor más bonito Jude Belligham, ando aburrida decidió cambiarse para bajar al comedor a comer algo. No tenía ganas de comer en la habitación por lo que simplemente salió.
Al bajar las escaleras y llegar a la zona de comidas, pudo ver a los lejos un chico este era algo y tenía un arete en su oreja izquierda, era moreno y tenía una sonrisa perfectamente linda.
—Wow—susurro impresionada mientras caminaba hasta el banquete para agarrar un plato y empezar a service.
Sin percatarse que el chico se había parado a su lado, justamente cuando pensaba agarrar el último pan de ajo, otra mano se interpuso.
—Oye—me queje para alzar mi mirada y luego padecer, era el chico que vi hace unos minutos.
—Parece que viemos com o mesmo objetivo—hablo el chico en un idioma que no lograba conocer
—Lo siento, no entiendo mucho tu idioma—apenada solté el pan de ajo dejando que esté lo tomara,negándose rotundamente para dejar el plato en la mesa y agarrar el pan partiéndolo a la mitad.
—Lamento que você não consiga me entender. Meu nome é Cristiano Ronaldo.—Sonrió para extenderme la mitad del pan,agarrándolo.
Entendí perfectamente su nombre Cristiano Ronaldo y sabía perfectamente quien era,por parte de mis ex parejas.
—Estoy conociendo al mejor jugador de la historia aparte de Messi. Increíble—reí un poco para escuchar su risa y mirarme.
—Messi e eu somos bons amigos, somos os melhores e os melhores de todo esse tempo—dejo el pan en su plato para mirarme.—Conheço um pouco de espanhol, não sou tão especialista, então me perdoe se não pronuncio algo perfeitamente.—algo que tampoco no logre entender, escuché como carraspeo para decir.—Que tal, ahora si podes entenderme?—la manera en cómo hablo español y como le cambiaba el acento me hizo reír un poco de ternura.
—Ahora si te entiendo perfectamente cris, un gusto en conocerte. Me llamo Gizel—extendí mi mano para sentir la suya. Ambos estrechándolas.
—Venga, vamos a comer ¿si?—me hizo un ademán con la cabeza para asentir y seguirlo a la mesa.
Pero sentía que algo no iba bien, una presencia toda rara, un mal presagio sentía y sabía que no iba a terminar nada bien.. pero decidí quedarme en silencio y sentarme en la mesa con Cris.
No le daría tantas vueltas al asunto... o ¿debería?
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Salvación |Richard Ríos
AcakGizel Rodriguez,sabiendo que no sabe absolutamente nada de futbol y su amiga Isabella sabe al 100% cada uno de los detalles de los jugadores en cada uno de los partidos qué hay. Ambas se van a la copa america, sabiendo que puede ser posible o imposi...