Peligrosos

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Temblorosa, mirando a cada lado como si manos fueran a salir de las paredes y fueran a tomarla. Así se sentía Mónica, perdida y asustada. Quería salir de ahí y correr, tan lejos como sus piernas le permitieran. Irse y olvidarse de que alguna vez logró amistad con esos seres.

_¿Qué va a venir?_ Sus pensamientos revoloteaban, no llevaba ni dos horas ahí y sentía que se enloquecía.

-Deja de voltear, me mareas- El hombre sin rostro la tomó con ambas manos y la sacudió un poco, parecía una gelatina. -¿Qué? ¿Gritarás que soy un monstruo?- Mónica negó repetidamente, tratando de no llorar. Slenderman pareció por un momento perderse en sus recuerdos.

-Entre en tu cabeza... Te dejaré en paz- Al decir eso, fue como si su mayor temor se esfumara. Aún estaba nerviosa, pero lograba mantener la calma y recuperó la sensatez.

-Sabes que no estás aquí de vacaciones, ¿verdad?- La chica asintió. -Tengo que confesar que no te traje porque los chicos se encariñaron. Realmente, su vida personal no me interesa. Te traje porque te ganarás el derecho de vivir, aún cuando sabes tanto de nosotros- Slenderman mantenía su aura amenazante, pero sus palabras eran calmadas.

-Ningún humano en la historia ha vivido, ni siquiera sabiendo la mitad de lo que sabes. Pero ellos se encariñaron y no podría matarte- -Pero...- se atrevió a hablar con la voz temblorosa. -Si vivo aquí, me enteraré de muchas más cosas-

-Si es que sobrevives-

-No cree usted que pueda yo sobrevivir- El hombre negó.

-Ningún humano lo ha hecho. Si no mueren en manos de uno de nosotros, enloquecen y se suicidan. Será igual para ti, y los chicos van a aceptarlo porque al menos se te dio la oportunidad- Iba a salir de la habitación.

-¿Y si sobrevivo?- Se detuvo. -En caso de que tengas esa suerte, yo mismo te daré permiso para que cuentes todo lo que viviste aquí... Bien puedes alcanzar la fama, o bien pueden enviarte al manicomio. Igual suerte, y un consejo... Ni se te ocurra entrar a la habitación de otro Creepypasta, aunque te invite, a menos que sean tus tres amigos. Créeme, lo digo por tu bien- Se fue.

Alguien más entró después. Al levantar la mirada, se dio cuenta de que eran Helen y Laughing. Se levantó de donde estaba sentada y caminó hacia ellos.

—¿Cómo estás? —preguntó Helen, mirándola de pies a cabeza. Elevó los hombros restándole importancia, y ellos la abrazaron. Jamás imaginó que algo así pudiera pasar, ellos eran bastante distantes.

—Lamentamos esto, en serio que sí —Laughing apoyó las palabras de su amigo—. Pero sabes que cuentas con nosotros. Obedece a Slenderman y estarás bien —añadió.

—Y puedes ir a mi habitación si sientes miedo —Helen le sonrió—. Puedes quedarte conmigo —Mónica asintió.

—¿Y Toby? Él no ha venido —preguntó Mónica, pero ellos solo se miraron entre sí.

—Mónica, él debe más respeto a Slenderman que nosotros. La razón por la que no se acerca... es porque prácticamente eso sería retarlo.

—¿Por qué lo retaría? —preguntó de nuevo.

—Porque él demostraría cariño hacia ti, y cualquier muestra de cariño de uno de nosotros a una persona frente a otro Creepypasta es una advertencia.

—Algo así como "métete con ella y te meterás conmigo" —Helen sonrió.

—Nosotros lo hicimos cuando llegaste, les advertimos. Laughing, al llegar contigo tomados de la mano —miró al payaso y este asintió—. Y yo al abrazarte. Con eso retamos a Slenderman. Dudo mucho que Toby haga algo así. Mejor trata de mantenerte tranquila estas tres semanas, él ya te hablará luego —el chico terminó de hablar y los tres quedaron en silencio.

—Me esforzaré por sobrevivir —dijo Mónica finalmente.

Conviviendo Con EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora