Me levanto muy temprano a causa del calor, a punto de que empiece el amanecer. Como no me puedo dormir de nuevo decido ir a hacer surf, ya que lo echo de menos.
Cojo mi bikini rosa y negro y un vestido. Bajo intentando no hacer muco ruido ya que están todos durmiendo. Cargo las cosas a la california y me marcho.
Después de quince minutos, ya estoy allí. Hay unas olas perfectas. Al salir de la california, coger la tabla y correr hacia el mar hace que se me dibuje una intensa sonrisa en la cara.
Veo que ya esta el socorrista en su puesto y me fijo que es ese socorrista el cual según mi hermano es un mujeriego y no hace bien su trabajo ya que se pasa todo el día ligando.
Me estoy poniendo el invento en el pie y estirando un poco para que no me de un tirón, ya que antes nunca lo hacía hasta que me dio un calambre en la pierna y un tirón en los brazos y mis hermanos tuvieron que entrar a por mí. Sonrío recordando aquél momento cuando tenia doce años.
-Hola, creo que no deberías meterte ya que el oleaje es muy fuerte para una chica como tú.-dice el socorrista.
-¿Perdona? ¿Una chica como yo?
-Te perdono,-dice con una sonrisa burlona-si una chica como tú, vamos ¿o me vas a decir que no haces este deporte por postureo? Eres de las típicas chicas que si se rompe una uña lloran y luego al verse con el maquillaje corrido aún más. Vamos seguro que empezaste hacer este deporte para ligar con los surfistas.
-Dios chico, preocúpate de hacer tu trabajo y no juzgar a la gente sin conocerla.
-Es que es demasiado pronto para meterme en el mar para salvarte.
-Pues quédate tranquilo para tu información estas olas no son nada para mi. Ahg.-digo marchándome hacia el agua.
Después de estar casi cuatro horas en el agua cogiendo unas olas increíbles salí para marcharme a intentar desayunar algo.
Cuando iba hacía la california vi al socorrista rodeado de un montón de chicas, ahg, me daba asco pero aún así no podía dejar de mirarle. La verdad es que hay que decir que es muy guapo pero con lo creído y flipado que es lo echa a perder.
Él es rubio, con los ojos azules pero no son muy intensos, eso es los que los hacen aún más hermosos. Me saca dos cabezas por lo que he podido comprobar cuando se me ha presentado con ese numerito de creído.
En su cuerpo tiene algunos tatuajes y en la ojera izquierda un pendiente como con un diamante. En el bazo derecho tiene unas manos como si estuvieran rezando por delante de una cruz y a su vez de una tormenta y a bajo unas palabras que no he conseguido saber cuales.
Arriba de los pectorales tiene unos pájaros, debajo del derecho tiene unos números romanos y en la clavícula izquierda otra frase que igual que la otra no pude saber que ponía.Su cuerpo esta trabajado pero no es exagerado. Y juntos a sus ojos lo que mejor tiene es su perfecta blanca sonrisa.
Para no gustarte mucho te has fijado muy bien en él. Dice mi subconsciente.
Cuando me quiero dar cuenta estoy en mi casa ya. Bajo y me dirijo a la cocina donde se encuentra mis padres y hermanos. Me siento y como con ellos.
-Zack, siento decirlo pero tenías razón ese socorrista no se que se cree.
-Te lo dije. En fin no se merece que hablemos de él pero si de las olas.
-Están geniales. ¿Tenéis pensado ir?
-Si claro, aún que Zack quiere cambiarse de playa.-dice Derek entre carcajadas- No puede aguantar que le quiten protagonismo.
-No seas crío, Zack.-le reprendo a mi hermano.
-Iremos pero como me diga algo salto, te lo juro.
Cuando terminamos de comer los chicos se preparan para marcharse cuando recibo una llamada.
-Hola....si...claro....aquí te espero...besos.
-¿Quién era?-me pregunta Zack.
-Linna va ayudarme a elegir algo para la fiesta.
-Vamos Zack todo esta listo.-dice Derek.
-Lo siento, pero acabo de recordar que tengo que hacer algo importante.
Lo que me extraña ya que nunca nada es más importante que hacer surf.
Al cabo de unos minutos esta Linna en mi habitación revolviendo me todo el vestidor pero nada.
-Oye, ¿por qué no hacemos un descanso y comemos algo?
-Claro, aunque rapidito porque tengo mucho trabajo contigo, Amber.
Cuándo salimos como si nos hubiera estado espiando, Zack sale de su habitación. Y que casualidad que se dirige hacia la cocina.
Allí empiezo hablar con Linna sobre el creído del socorrista y no se porque pero mi hermano no se va hasta que lo hacemos nosotras. Raro es muy raro.
-Por favor, que guapo estaba hoy tu hermano.-dice entrando en mi habitación y tirándose a la cama, soltando un pequeño suspiro.
-Ahg. Lánzate ya Linna, no tienes nada que perder. Llevas años así.
-Anda cállate y sigamos.
***
-Este, este es perfecto.-dice mirándome.
Llevo un mono blanco de gasa con escote en pico, sus mangas son hasta los codos y están sueltas igual que todo el mono menos en la cintura que está apretada, el mono me llega por un cuarto del muslo. Y lo llevare con unas sandalias de cuña de esparto y de tela blanca no muy altas. El pelo me lo rizaré un poco.
Me fui a duchar y después me vestí.
Linna me maquillo ya que yo no sabía. Ella se trajo aquí lo que se iba a poner y nos preparamos juntas.
Cuando terminamos estábamos más guapas que habitualmente y todo gracias a Linna.
Ella iba con un vestido largo de gasa blanco con un escote por delante en pico no tan pronunciado como el mío pero por detrás le llegaba el escote casi hasta abajo de la espalda y ella llevaba unas sandalias blancas.
Luego después de estar unos minutos hablando con Linna, vino a por mí Mark.
Estaba guapísimo, iba con una camiseta de tirantes blancas, unos baqueros blancos por las rodillas y unas chanclas blancas.
Por si aún no os habéis dado cuenta la fiesta es en playa y es una fiesta de blanco.
Y no se porqué pero en el fondo de mí me gustaría ver al socorrista en la playa, por cierto aún no se su nombre.
El socorrista en galería.
ESTÁS LEYENDO
Olvidate de mí.
Roman d'amour-Ya sabía que me echabas de menos, pero no para llorar.-dice quitándome una lágrima de la mejilla. No me he dado cuenta de cuando he empezado a llorar. Hasta que me ha interrumpido Blake. -No lloraba por ti, idiota. -Pues deberías, porque estoy muy...