— ¿Qué es lo qué estás haciendo? —pregunto. Las palabras salen como proyectiles mal fabricados, en todas direcciones, a diferentes tonos, apenas con cierto orden, pero yo soy más bien un ser febril, asustadizo, reducido a una minúscula parte de lo que suelo ser, ante mi incapacidad de hacer nada, al darme cuenta que ni siquiera mi pequeño secreto había podido mantenerse a salvo.
— Esto es hermoso. —confiesa Kate, alzando una libreta que según yo estaba oculta en un cajón. La sostiene abierta en unas páginas maltrechas, dividida en dos partes por sus dedos a la vez que la sujeta por las pastas. Si la memoria no me falla, es en aquellas mismas páginas en las que yo escribí unas tonterías sin sentido dirigidas a ella. Se suponía que nunca tendría que leerlo, pero ahí está, y no puede referirse a otra cosa, definitivamente está hablando de mis escritos.
— ¿Por qué tienes eso? —respiro entrecortadamente, desde el suelo, incapaz de ponerme de pie de nuevo por mí mismo. Prefiero que me trague la tierra, porque una cosa es decirle a una chica las cosas de frente y otra que descubra que le he estado escribiendo en secreto un montón de cursilerías. Idiota, ¿no se me pudo ocurrir otro lugar para esconder eso, o directamente no escribir una mierda?
— Es hermoso. —dice. Yo estoy muy nervioso, con las ansias consumiéndome desde dentro, pero al menos puedo distinguir que no me está mintiendo. Ella parece muy conforme, y no me está haciendo un cumplido por compromiso, sino que es algo así como su forma de agradecerme (por algo que no tendría que haber visto nunca).
— No deberías ver eso. ¿Cómo lo hallaste? —mi voz tiembla, está rota. La verdad es que me tomó tanto por sorpresa que ni siquiera sé qué decir, únicamente tengo la impresión de hacerle un reclamo, de reprenderle por estar donde no debía. ¿Por qué no se puso mejor a ver mis pósteres de chicas desnudas?, eso me habría molestado menos. Los pósteres de Charlie, quiero decir, otro imbécil que se metió donde no debería. Mejor no deberíamos ni estar aquí. Y mientras tanto sigo en el suelo, y ella simplemente lee. No sé qué hacer.
¿Es molestia lo único que siento?, tampoco puedo decirlo con seguridad. En caso de serlo, me estaría contradiciendo a mí mismo en los nuevos principios fundamentales que me había replantead en torno a ella. No puedo sentirme ni mínimamente molesto, ella no se merece tal cosa, y si había encontrado lo que le escribí a ella era por una razón especial, porque tenía que verlo en algún momento, aún en contra de mi voluntad, y en tal caso... si le había gustado, si con ello yo lograra despertar una parte dormida de su corazón, esa parte que debería latir por mí y para mí, entonces en lugar de sentirme molesto, debería estar orgulloso, desbordante de felicidad y cada vez más enamorado de ella, como sospechaba que ya lo estaba desde hacía tiempo.
— Entré aquí, estaba buscando el baño, —dice— y vi desde la ventana que todo el mundo te observaba, lo que me hizo pensar que estarías un buen rato afuera. Trevor, no te conozco lo suficiente, y abrí únicamente un cajón por curiosidad, temiendo encontrar tal vez algún arma homicida, una serpiente venenosa por mascota o un paquete de drogas. Y no, lo que encontré fue esto, una libreta. No sé qué estaba buscando en realidad, pero la hojeé al azar y eso fue lo que hallé.
Me incorporo lentamente, tengo la garganta seca, y me cuesta tragar saliva, no sé si porque me estoy deshidratando o por el tremendo susto que me llevé al entrar aquí; escuchar su voz logra en mí un efecto ambivalente, hace las veces de tranquilizante, pero también de enervante. Si sigo creyendo que ella es mi droga, entonces tiene que ser la más potente de todas cuantas hayan existido, la única que, en lugar de llevar hacia la muerte, me da la posibilidad de vivir un día más, pero claro, no por eso es menos adictiva. Cariño, ¿qué haces buscando drogas en un cajón? La única que me importa está frente a mí.
![](https://img.wattpad.com/cover/364672789-288-k23056.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Todo lo que he querido decirte
RomanceTrevor narra sus primeros días en la universidad, donde queda fascinado por una chica de la que ni siquiera conoce su nombre. Todo parece ir bien entre sus cavilaciones y recuerdos confusos se acerca a una extraña verdad que lo atormenta y que se oc...