****Argumento: *****
¿Lograría escapar del encanto de un seductor?
El destino obligó a Nattawin Sabin Hayes a reencontrarse con el padre de su hijo,
aunque no estaba dispuesto a rendirse a todas sus demandas.
No iba a permitir que el poderoso y ri...
Por supuesto, Mile quería hacerlo feliz por el bien de su hijo. Pero no tenía por qué haberlo llevado allí, ni por qué hacerle el amor. No tenía por qué admirar su arte. Todas esas cosas hacían que Natty tuviera esperanzas. Quería tenerlas. Pero tenía miedo.
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El lo amaba. Siempre lo había querido. Había muchas razones por las que no hacían buena pareja, pero al final, solo había tenido en cuenta la más importante. Lo había dejado porque lo había querido tanto como para cambiar por él, y eso era lo único que se había jurado a sí mismo no hacer nunca. Su familia lo había repudiado por no haber sido como habían querido y, aun así, había estado dispuesto a amoldarse a cualquier cosa por Mile. Eso lo asustaba. Y era el motivo por el que había huido, antes de hacer algo por lo que se habría odiado a sí mismo.
En ese momento, sin embargo, no podía huir de Mile. Para siempre, sería parte de su vida. Y el no tenía fuerzas para seguir combatiendo contra sus sentimientos. Quizá él no le correspondiera nunca. Pero no podía fingir que eso no significaba nada para el.
Mile gimió con fuerza, sacándolo de sus pensamientos. Lo agarró del trasero, mientras sus arremetidas eran cada vez más rápidas. Tenía los ojos cerrados y se mordía el labio. Estaba loco de deseo por el. Quizá, le gustaba tal como era, se dijo. Tal vez, no le pediría que cambiara... Igual un día él pudiera amarlo por ser el mismo. Ese pensamiento le llenó el pecho a Nattawin de esperanza y, acto seguido, las oleadas del clímax lo envolvieron, entre gritos de placer.
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---Ahhh!! ahhh!! Mile!!!!
Mile lo siguió Inmediatamente, rugiendo como un león de satisfacción.
---Grrr!! Grrr!! ahhh!!!!
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