****Argumento: *****
¿Lograría escapar del encanto de un seductor?
El destino obligó a Nattawin Sabin Hayes a reencontrarse con el padre de su hijo,
aunque no estaba dispuesto a rendirse a todas sus demandas.
No iba a permitir que el poderoso y ri...
-Sí. Espero que disfrutaras del vuelo a las Bermudas. Creo que esa será la última vez.
-Oh, mile, lo siento -repuso Nattawin con lágrimas en los ojos-. Sé lo importante que es para ti. Quizá igual puedes... Mile le hizo una seña para acallarlo. No estaba de humor para barajar posibilidades.
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-Aunque todo salga bien, mis tratos con la familia Simpson han terminado.
-Podemos comprar otros aviones, hijo.
-Encontrar otra compañía con una flota igual es imposible -negó él. Dando la espalda a su familia, sacó su móvil y se dispuso a llamar a su contable. Iba a tener que vender algunas cosas para tener la liquidez suficiente a la mañana siguiente.
Pocos minutos después, había solucionado ese problema. Por delante le quedaba hacer una segunda llamada que no podía posponer más tiempo. Despacio, mile marcó el número de Roger. No quería cancelar el trato, ni siquiera estaba seguro de ser capaz de decir las palabras en voz alta. Pero la vida de Jared estaba en juego.
-¿Mile? No esperaba hablar contigo hoy. Has vuelto de las Bermudas. --¿Ha pasado algo? ¿Funcionaba bien el avión que te dejé?.
-El avión funciona bien. Pero me ha sucedido algo que me ha hecho volver antes de lo pensado -informó mile-. Yo... lo siento mucho, Roger, pero me temo que tengo que retirar mi oferta de compra de Exclusivity Jetliners.
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-¿Qué? ¡Hace unos días estabas emocionado con la compra! -exclamó el otro hombre, sin dar crédito. -¿Qué ha pasado para que cambies de opinión así? ¿Has encontrado otra compañía mejor? Nuestro acuerdo es negociable, ya lo sabes.
-No, por favor, Roger, lo siento, pero no puedo darte más detalles. Odio hacer esto, pero es inevitable. Siento los problemas que te he causado. Tengo que irme.
Antes de que Roger pudiera hacerle más preguntas, mile colgó. Había hecho lo necesario por el bien de Jared, aunque eso no significaba que no se sintiera hundido. Para evitar las miradas de compasión de Nattawin y sus padres, salió del salón. Necesitaba un poco de espacio para llorar por sus sueños, a solas.