****Argumento: *****
¿Lograría escapar del encanto de un seductor?
El destino obligó a Nattawin Sabin Hayes a reencontrarse con el padre de su hijo,
aunque no estaba dispuesto a rendirse a todas sus demandas.
No iba a permitir que el poderoso y ri...
El sonido del móvil de mile lo sacó de sus pensamientos. Desde que habían llegado, él apenas había hablado por teléfono. En esa ocasión, lo vio observar la pantalla del aparato con el ceño fruncido.
-Hola, papá. ¿Va todo bien?.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De inmediato, Nattawin sintió un nudo en el estómago. Habían llamado el día anterior para asegurarse de que Jared estaba bien. Mile le había dicho que sus padres llamarían si había algún problema. Intentando no
entrar en pánico, escuchó la conversación.
-¿Qué? -dijo él con tono alarmado, incorporándose de golpe en la hamaca-. ¿Estáis seguros? ¿Habéis mirado en los armarios y debajo de las camas? Le gusta jugar al escondite.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Qué pasa? -inquirió Nattawin asustado, levantándose de un brinco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Cómo han entrado en el piso? -preguntó mile al teléfono, concentrado en la llamada.
¿Quién?, pensó Nattawin con el corazón acelerado.
-¿Habéis llamado a la policía?
-¡Mile! -gritó el, incapaz de contenerse. Si Jared se hubiera caído y se hubiera raspado la rodilla, no haría falta llamar a la policía. Algo peor había pasado.
