Capitulo #13

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Entonces, ¿por qué estaba parado como un bobo en medio de Central Park, sujetándole el rostro entre las manos? Debía de ser masoquista, se reprendió a sí mismo.

-Esto... tenías un poco de barro -murmuró, y dejó caer la mano, antes de acabar haciendo alguna tontería en público.

Para distraer su atención, miró a Jared.
-¿Estás preparado para ver los monos?

-¡Sí!! si! -respondió el niño, aplaudiendo.

Compraron las entradas y se sumergieron en el zoo. Visitaron a los leones marinos, los pingüinos y los pumas. A cada momento, mile disfrutaba de ver a su hijo tan contento.

-¿Venís mucho por aquí? -preguntó él, apoyado en la barandilla que había ante la zona de los monos

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-¿Venís mucho por aquí? -preguntó él, apoyado en la barandilla que había ante la zona de los monos.

-Parece que a Jared le encanta.

-Es la primera vez. Estaba esperando a que fuera un poco mayor. Esta me pareció una oportunidad perfecta.

Mile estaba sorprendido. Había creído que se había perdido la primera vez de su hijo en muchas cosas pero,
al parecer, no había sido así.

-También es mi primera vez -reconoció él.

-¿Llevas toda la vida viviendo en Nueva York y nunca has venido al zoo? -preguntó el, arqueando las cejas con incredulidad.

-En realidad, no he vivido aquí toda la vida. Mi familia vivía aquí, pero yo me pasaba casi todo el tiempo en el extranjero.

-¿Ni siquiera las niñeras te traían al zoo?

-No. A veces, me traían al parque a jugar o a pasear, pero nunca al zoo. --No estoy seguro de por qué. Mi internado hizo una excursión a Washington D. C. en una ocasión.
Visitamos el Museo Smithsonian y el Zoo Nacional. Yo
debía de tener catorce años. Sin embargo, nunca había venido a este.

-¿Y nunca has ido a una granja escuela?

Mile rio al pensarlo.

-Claro que no. Mi madre no habría soportado la idea de que tocara a los cerdos o a las vacas. Nunca he tenido mascotas de niño.

Nattawin arrugó la nariz.

-Bueno, pues hoy será tu primer día. Luego, iremos a la zona de niños y Jared y tú podréis tocar a las cabras.
¿Cabras? Mile no estaba seguro de querer hacer eso.

-Quizá podemos empezar por algo más pequeño -propuso Nattawin, adivinando su reticencia.
- Puedes acariciar un conejo. Hay sitios donde
lavarse las manos después. Te prometo que no te pasará nada. Mile rio. Lo estaba tratando como si fuera un niño pequeño que necesitara ánimos para hacer algo nuevo.
No estaba acostumbrado a que lo trataran así.

Cuando iban de camino a ver los conejos, le sonó el móvil. Era Roger. Tenía que responder.

-Perdona un momento -se disculpó mile.

*Secreto Descubierto*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora