Capítulo 27:

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Fin del plan Clifton.

Alexa Figueroa:

Ese día se sintió como el más frío del año, un viento gélido poco visto en estas fechas, hizo volar mi maraña de cabello castaño y rechinar mis dientes.
Tal y como aquella carta mencionaba, me encontraba completamente sola en aquel lugar que anteriormente fue partícipe de un pequeño apartado de nuestra vida de mierda, este lugar se burló con todo lo que tuvo de un Evans grande y musculoso que subía y bajaba en un carrusel de caballos multicolor.
Sonreí con nostalgia mirando al horizonte, el mar extenso que guiaba hasta mi hogar y el Sol que hacía su mejor intento por mantenerme caliente.

Sentí los pasos tras de mí, esos que daban inicio al plan "Rey en Jaque" los mismos  que dieron origen a la incertidumbre que  revolvía mis entrañas, recité cada mínimo movimiento en mi mente, tal y como lo había predicho Evans, se acercaban de poco, haciendo pequeños ruidos acompasados para que notara sus presencias.

—Ver a una chica guapa por aquí sola es una total hazaña— escuché decir a alguien, que se acercaba por mi izquierda, con las manos en los bolsillo del pantalón y una única sudadera verde cubriendo su torso. —¿Debería sentirme afortunado, Bambi?
Rey blanco avanza tres casillas hasta colocarse al frente ayudando a controlar el área alrededor del rey negro y asegurándose por su propio pie de que su reina esté a salvo.

—Con la cantidad de desgracias que le suceden a esta pobre alma, siéntete maldito. —respondí en el mismo tono de burla, tomando la liga que tenía en mi muñeca y haciendo el mejor intento para armarme una coleta. Intentaba muy a mi pesar no dejar cabos sueltos que significaran el fracaso del plan.
Reina blanca se mueve un paso, controlando la fila f7 y asegurándose de dejar sin escapatoria a la única pieza en pie del tablero negro.

—Créeme, no hay peor desgracia que ser un Clifton. — aseguró quien una vez fue mi mejor amigo, acercándose a nosotros con tranquilidad. El escritor de sueños rotos se veía por primera vez nervioso. No quedaba rastro alguno de esa aura de seguridad que rodeaba a Jander.
Caballo blanco se mueve a la izquierda, apoyando a la reina y controlando el perímetro de su alrededor.

— O ser un Thómas, en su caso; los hombres Thómas son gilipollas de nacimiento. —dijo Hans, junto a él, con una sonrisa bastante forzada. Por única vez se le veía despeinado y desarreglado, el rollo de caballero que siempre se le atribuía, esta vez, dejado abandonado en un rincón.
Torre blanca se mueve a la derecha, cubriendo la última zona libre y dejando en una posición comprometedoras al rey negro

— Opino — habló el último de los chicos, colocándose detrás de mí— que no hay peores seres humanos que los Insanity.
Rey negro posicionado frente a la reina sin más alternativa que mantenerse en aquel lugar.

Ahí estaba, justo en el muelle del pueblo que me había acogido en los últimos meses y el que probablemente vería mi final en unas pocas horas. Aquel que cierta vez me pareció un desconocido, quien estuvo a mi acecho cual bestia iracunda que buscaba alimento, sonreía tras de mí con total tranquilidad como si fuese mi mejor amigo.

El rostro de los presentes fue cambiado repentinamente, sus sonrisas transformadas en algo más. En cuestión de segundos, sus manos fueron movidas con rapidez y no me dió tiempo a pensar con claridad. Jayden Clifton me apuntaba con un revólver a la par de tres de las personas más importantes en la historia de mi vida.
A mi izquierda, el que consideré mi mejor amigo,  Jander Thómas me miraba con tristeza, encogiéndose de hombros brindándome una sonrisa nostálgica de disculpa. A mi derecha el chico que fue mi crush y compañero de universidad, sí, Hans Clifton, con lágrimas rebozando sus ojos, a punto de llorar. Detrás de mí y con una amplia sonrisa estaba el autoproclamado Rey de la Locura, dando miradas satisfactorias a sus hermanos; y justo frente a mí, con su radiante sonrisa característica,  estaba el motivo de mis locuras,  el chico que había jurado protegerme y el principal causante de mi pequeña obsesión insana con su cuerpo, Evans, me apuntaba sin remordimientos.

El Rey de la Locura [Insanity #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora