Capítulo 1:

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Ser gilipollas es una condición genética:

—¿Cómo que no han encontrado nada en la plaza? ¿No es allí donde encontramos el cuerpo?—preguntó algo exasperado el agente Bekh —es imposible que llevemos dos años detrás de la pista de una misma persona que es casi inexistente. ¡Es inconcebible que ya para esta fecha no conozcamos ni siquiera su color de cabello! No tenemos sospechas siquiera. ¡Joder esto es muy frustrante!— exclamó por último el rubio sentándose en la silla giratoria de su escritorio.

—Señor agente, debe calmarse —respondió algo asustado a su superior.

—¿Como quieres que me calme si he visto a docenas de chicas morir en los últimos dos años? Pero, por si fuera poco, sé que mi sobrina vendrá a estudiar aquí y no hemos encontrado al causante de tanto caos en este pueblo. —gritó pasando las manos por su cabello.

—No nos quite el mérito, al menos ya conocemos su modus operandi -dijo el jóven dirigiendo su mirada al agente Bekh— las chicas que escoge son jóvenes, de rasgos hermosos y desaparecen tres días antes de encontrarlas asesinadas.

—Pero—interrumpió Bekh —no hay nada más, no sabemos quien es ni como es.

—Es un rival inteligente, sin duda—concluyó el joven— pero ,hay algo más ,siempre deja una nota escrita en sangre que dice:

"EN LA LOCURA Y SUS JUEGOS, YO SOY EL REY"

***

Alessandra Fiori:

—Venga ya Lessy—dijo Felicity rodando los ojos-te he visto cambiar de ropa al menos unas cinco veces.

—No entiendo por que te molesta tanto—respondí cambiando mi falda por unos jeans—sabes mi criterio en cuanto a la ropa.

—Sí—rió ella—se eso que dices que lo principal es el ouffit y bla, bla, bla, pero siempre terminas con una polera gigante y unos jeans cortos.

—Eso no es cierto—reproché indignada y tomé una de las zapatillas de mi closet dispuesta a estamparselas en la cara.

Ella alzó las manos en rendición tras percibir mis movimientos y yo,por mi parte bajé la zapatilla de deporte.

—¿Y así dices ser mi mejor amiga? —reclamé tocando mi pecho fingiendo dolor—no lo creo.

—Eres una tonta Alessandra—sonrió negando con la cabeza como si yo no tuviera remedio pero luego cambió la expresión a una algo molesta.
Mi amiga era una bipolar de mierda, lo sé.

—Mira Lessy, te esperaré abajo y como no hayas terminado en diez minutos—me señaló con el dedo índice—vendré y te arrastraré a esa fiesta sin importarme si llevas falda, un
vestido, unos jeans o tus clásicas bragas de abuela.

Dicho esto salió dejándome sola en la habitación.

Observé mi reflejo en uno de los espejos de la habitación que compartía con Felicity, yo era una chica de hermosos ojos entre verde y azulado y...y ya. No tenía nada más que fuera considerado hermoso, tenía algunas pecas esparcidas por el rostro, naríz pequeña, cuerpo flaco, patas delgadas como las de un pollo, pelo color castaño como cualquier otra chica, pequeños pechos y un trasero promedio.
Era una más del montón y por eso me costaba tiempo encontrar que ponerme para ir a esa fiesta.

Era la primera fiesta del año en la gran Universidad de Siders, pero yo no era nueva sólo en la Universidad sino que también lo era en el país. Había venido con una beca estudiantil desde Italia por lo que Felicity y Jander me consedieron el tonto apodo de "Extranjera"

Siders era la Universidad que me había gustado desde la secundaria, a pesar de estar ubicada en un pueblo en los confines del mundo, tenía todo lo que
buscabas, buen futuro, personas increíbles, chicos guapos y sobre todo, lo mejor ... Hans Clifton.

El Rey de la Locura [Insanity #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora