Divine violence

19

Querer y no querer

La semana transcurrió con relativa normalidad, con mis moretones desapareciendo gradualmente.

Sin embargo, seguía encontrándome con Regulus en el salón de clase. Él continuaba con sus intentos suaves de coqueteo, pero permanecía fiel a mi novio y lo ignoraba.

En algunas ocasiones, Regulus incluso intentaba tocarme, como cuando me acomodaba el pelo detrás de la oreja o pasaba una mano por mi espalda mientras pasaba caminado a mi lado. Siempre lo esquivaba con suavidad, demostrandole que no estaba interesada en él.

Afortunadamente, mi novio era bastante tranquilo y comprensivo. Aunque notaba cómo se ponía ligeramente tenso cuando Regulus estaba cerca de mí, no habían habido peleas o discusiones serias entre nosotros a causa de ello.

A veces podía notar los celos en su rostro cuando Regulus venía a mí, pero él siempre lo mantenía controlado. Me rodeaba con un brazo alrededor de mi hombro y me atraía ligeramente más cerca de él, como si estuviera marcando su territorio frente a Regulus.

Estábamos sentados en la biblioteca una tarde, en un pequeño rincón privado lejos de otros estudiantes. Remus estaba pasando ligeramente sus dedos por mi pelo de forma relajada, mientras leía un libro.

Después de un momento, él cerró su libro con un suspiro y volvió su atención hacia mí. Observó cómo yo releía un libro, con la cabeza apoyada en su hombro.

─Has estado muy callada últimamente ─dijo suavemente, trazando ligeramente un patrón en mi brazo con el dedo índice.

─Sólo estoy preocupada por ti, y me resigno a la idea de que prefieras mantenerme lejos de tus transformaciones.

Él soltó un suspiro, su mano aún trazando patrones en mi brazo.

─No es que no quiera que estés cerca, es sólo que no quiero que me veas en ese estado ─respondió en un tono casi inaudible.

─No me gusta la idea de asustarte ─continuó, soltando otro suspiro un momento después.─ Y detestaria la idea de perder el control y hacerte daño.

Sus palabras eran un gesto suave y vulnerable, como si estuviera revelando un lado de él que pocas personas veían. Me volví hacia él y tomé su mano entre las mías, acariciando ligeramente su pulgar con el mío.

─No voy a estar asustada ─dije en un tono suave y tranquilizador─ Y sé que jamás me harías daño intencionadamente.

─Ya hemos hablando de esto, y no es tema de discusión Elizabeth─Dijo.

Suspiré ante su respuesta, sabiendo que habíamos tenido esta discusión antes. Él era terco en su negativa a dejar que estuviera cerca.

─Lo sé ─respondí finalmente, mirándolo con preocupación.─ Pero quiero estar allí por ti.

─Sé que quieres estar allí por mí ─respondió suavemente── Pero no quiero que me veas convertido en una bestia.

─No eres una bestia ─dije en un tono suave, apretando ligeramente su mano entre las mías─ Eres Remus, a quien amo.

─Prefiero, que estés a salvo en tu habitación o incluso esperándome en la enfermería como siempre lo haz hecho.

─Lo sé ─respondí en un tono tranquilo, aceptando su decisión── Sólo quiero poder apoyarte después. Quiero asegurarme de que estés bien.

Él me miró con una mezcla de agradecimiento y remordimiento, sabiendo lo difícil que era para mí verlo sufrir sin poder hacer nada.

─Sé cuánto te preocupa ─respondió suavemente── Te prometo que iré a buscarte tan pronto como pueda después de la transformación.