Divine violence

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Los placeres de la vida

Me desperté temprano a la mañana siguiente, aún algo aturdida por el largo día anterior. Me incorporé en la cama y abrí los ojos, y en ese momento escuché un leve sonido a mi lado. Giré la cabeza hacia él, y lo encontré todavía durmiendo tranquilamente a mi lado, con su brazo todavía apoyado sobre mi cintura.

Me quedé allí unos momentos, simplemente observándolo mientras dormía. Su rostro se encontraba relajado, y los rayos del sol que se colaban entre las cortinas iluminaban levemente sus facciones.

Me acerqué un poco más a él, disfrutando el tacto de su brazo en mi cintura. Cerré los ojos nuevamente, y me permití simplemente relajarme y disfrutar el momento. El silencio de la habitación era reconfortante, y el único sonido era su respiración lenta y suave.

Después de unos minutos, él se removió a mi lado, su brazo apretó su agarre alrededor de mi cintura. Abrí los ojos y lo vi despertando lentamente, con un expresión somnolienta. Él se estiró a mi lado y luego me miró, con una pequeña sonrisa adormilada en los labios.

─Buenos días─Dije suavemente, acariciando su brazo con mis dedos. Él soltó un pequeño suspiro y se incorporó, apoyándose en un codo. Sus ojos aún estaban un poco semidormidos, pero su sonrisa se ensanchó un poco al verme.

─Buenos días─contestó.

Se inclinó y me dio un pequeño beso en la frente, y luego se dejó caer nuevamente en la cama a mi lado.

─¿Te desperté?─Preguntó suavemente, pasándose una mano por el rostro.

─No, ya estaba despierta─ Respondí, acurrucándome contra él.

Él me atrajo más cerca, y sentí cómo su mentón descansaba en la parte superior de mi cabeza. Sus manos trazaron círculos perezosos en mi cintura, y ambos nos quedamos en silencio, aún demasiado cansados para iniciar una conversación.

─No quiero levantarme todavía─ Dijo, con una nota de abatimiento en su voz. Su abrazo alrededor de mi cintura se apretó, como si estuviera tratando de retenerme allí en la cama con él.

Me reí ante su declaración y me volví para mirarlo.

─Tenemos que levantarnos tarde o temprano─Le recordé, aunque una parte de mí tampoco quería salir de la cama aún.

Él apretó ligeramente los labios, mostrando su descontento ante la idea de levantarse. 

─Sólo cinco minutos más─ Dijo, con una sonrisa traviesa en los labios. Inclinó la cabeza y presionó un pequeño beso en mi frente nuevamente.

Reí nuevamente ante su comportamiento infantil, pero me acomodé nuevamente contra él, apoyando la cabeza en su hombro.

─Bueno, cinco minutos─Concedí, sintiendo su sonrisa contra mi frente.

Él soltó una exhalación victoriosa y mantuvo sus brazos firmemente alrededor de mí, como si temiera que me alejara si me soltaba. Nos quedamos así un rato, simplemente disfrutando el momento y la cercanía entre nosotros.

Al cabo de unos minutos, él soltó un suspiro largó, como si se estuviera preparando para finalmente levantarse de la cama. Se incorporó, retirando uno de sus brazos alrededor de mi cintura, pero el otro todavía me sostenía firmemente.

Me incorporé también, sacudiéndome el cabello. Me incliné hacia él y le planté un pequeño beso en la mejilla.

─Vamos, no será tan malo─Respondí, con una sonrisa alentadora en los labios.─Tengo muchos planes para ambos hoy.