029 || El poder de La Pereza

18 3 0
                                    

29 • Pequeño Colibrí.

✨️ 𝙲𝙷𝙰𝙿𝚃𝙴𝚁 𝙳𝙴𝙳𝙸𝙲𝙰𝚃𝙴𝙳 𝚃𝙾: ✨️
@Sion_Valencia

«Todo está en calma —Pensó Beck mientras sentía cómo sus latidos golpeaban aún más fuerte las paredes de su garganta—, como si estuvieran esperando por nosotros».

• • •

Cattleya pudo escuchar esto desde la distancia, también... Aún cuando se tratara de un pensamiento ajeno, finalmente pudo comprender porqué Mishka era y se comportaba tan fuera de lugar y es que ya no podía culparlo; él no conocía la diferencia entre información intrusiva o el que una persona pensara o hablara en voz alta.

Un claro ejemplo de esto fue cuando se encontraba rodeado por un gentío. Aún sin quererlo, Mishka podía escuchar sus voces internas como si fuesen propias, reconocer miedos, encontrar la debilidad de cada presa que degustó y por ello siempre le ganaba a sus hermanos.

—Es un pobre desgraciado. —Rió ella, manteniendo ese cuerpo infantil bajo trance, mientras que con su "cuerpo actual" cuidaba y buscaba despertar a Royce— De hecho, los dos son un par de pobres desgraciados. Beck se ha sabido comportar mejor que el resto de ustedes en una situación tan tensa.

Royce abrió los ojos con lentitud y prudencia, observando a la chica y luego tallándose los párpados con los puños cerrados. Atónito en demasía, clavó la vista sobre esas gemas violetas; tan radiantes como radiactivos, tan intimidantes como peligrosas.

—Eras una niña hace un segundo. —Reconoció él todavía en su estado de shock.

—Y tú eras un hijo de puta antes y después de ese segundo. —Ella sonrió con malicia, impactando al moreno con sus palabras — ¿Cómo siquiera te atreves a tratar al Amo Lang de esa manera tan baja, eh? Bueno, tal vez no lo sepas, pero él podría mandar tu alma directo a tu siguiente vida con un puñetazo. ¿O es que acaso no le prestaste suficiente atención a la historia de Andrew?

What? —El moreno se levantó, percatándose del fuego en su ropa y asustándose por ello, creyó que la chica pretendía quemarlo mientras dormía, dedicándole una mirada entre el pavor y el desprecio, pero en realidad las llamas emanaban de él.

No ardía en su piel, tampoco dolía.

—El fuego nunca volverá a hacerte daño; descendiente de Helena, nacido de La Ira, hijo de los primeros traidores. —Musitó Cattleya, y con simplemente escucharla, Royce sintió que el ambiente se tornaba cada vez más espeluznante y frío.

—Esto es una pesadilla.

El fuego palideció entre sus dedos, pero el moreno no podía apartar la vista de Cattleya.

—No tengo tiempo para verte colapsar y caer en la locura, ¿sabes? Todavía me falta encontrar a Andrew, a Tién —Por cada nombre, Cattleya empezó a levantar un dedo—, también al tonto adorable de Flynn, al calenturiento y tremendo hijo de puta —Murmuró lo último, pensando en Jonathan—, al más grande de todos los hijos de puta —Agregó sin preámbulos, sonriendo al recordar a Mishka— y luego a tu dulce y valiente noviecita, quien sigue partiéndose el lomo para curar a Parrish. Supongo que sumándonos a Parrish, a ti y a mí serían... ¡Oh, somos diez! ¡Por fin los reuniré a todos!

—¿De qué mierdas hablas? —Chilló Royce, escondiéndose detrás de un árbol.

—Jonathan cuenta por dos, ¿cierto? —Cattleya continuó hablando sola— Recuerdo muy bien lo que dijo Amo Lang sobre su condición genética. ¡Lástima que sea un oportunista de mierda! Pero, bueno, nosotros no decidimos quienes son o no los próximos portadores de cada Pecado Eterno, solamente nos queda rezar para que no la cague en Khínova.

—¿Cómo sabes sus nombres? ¿Cómo siquiera conoces a Flynn? —Cuestionó el moreno.

—Todavía crees que es una pesadilla y por eso me diriges la palabra ahora, ¿verdad? —La chica bajó las manos, también dejó de sonreír— Soy más que real, Royce. Todo lo que está ocurriendo ahora es totalmente real y los dos acabamos de viajar entre la realidad y el tiempo.

You say what?!

—¿Es tan difícil de comprender? Acabo de enviarme a mí misma al pasado solo para animar a Parrish a escaparse del hospital. ¡Ahora podrá encontrarme! —Reveló sin más— Yo soy la niña a la que sanó en medio de la carretera, Royce. ¡Tú también me viste, también viste a mis padres luchando para sacarme! —Ante tal revelación, el nombrado simplemente quedó sin palabras — Soy la última que faltaba por aparecer. Ya después de ese momento, la magia del Amo Lang invadió mi sistema nervioso y logró que desarrollara habilidades sobrenaturales, mientras que mis padres solo se dedicaban a sobrevivir en medio de las tormentas.

—¡Pues, sí! —Exclamó Royce— No solo es difícil de comprender, sino que no hablas con ninguna lógica. ¡Pareces chiflada! ¡Estás completamente chiflada!

—El caos no necesita de la lógica, simplemente existimos. —Contestó Cattleya, dedicándole ahora una mirada indiferente al moreno— Ya veo que he desperdiciado mis palabras contigo, pero no te responsabilizo por eso. ¡Fue mi culpa! Más que todo, creo que me arrepiento de haberte salvado a ti primero y también por asumir que estabas listo para creer.

—¿Creer en qué?

—Creer en nosotros, Royce. —Cattleya dio un paso al frente, descalza, sin armas, sin ninguna intención de hacerle daño. Pero, sin embargo, el moreno se echó a correr cuando la vió acercarse.

Ella no iba a perseguirlo.

Ella no tenía tiempo o ganas de atraparlo.

Quizás era mejor que viera todo por sí mismo y que regresara con el rabo entre las patas.

NOTA: —¡Spoiler! Si Cattleya llora habrán más lluvias y tormentas, pero si grita habrán terremotos. Sus poderes se podrían confundir fácilmente con el control del clima, pero en realidad ella solo domina el caos.

Atentamente; 𝓢𝓪𝔁𝓪 𝓛𝓾𝓴𝔂𝓪𝓷𝓸𝓿𝓪.

Little HummingbirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora