En el año 64 d.C., durante el reinado del emperador Nerón, un joven legionario romano llamado Marcus se encuentra en las fronteras del imperio, sirviendo en Germania. Marcus, un hombre valiente y leal al imperio, está destinado a una guarnición en un puesto avanzado cerca del río Rin. Una noche, mientras patrulla el perímetro del campamento, Marcus se encuentra con un grupo de guerreros germanos que intentan infiltrarse en el territorio romano. En el enfrentamiento que sigue, Marcus se enfrenta a un fiero guerrero llamado Gunther, cuya destreza en combate rivaliza con la suya. Después de una intensa lucha, Marcus logra derrotar a Gunther y capturarlo.
Marcus nació en una familia de clase media en Roma a principios del siglo I d.C. Desde joven, mostró un fuerte interés por la vida militar y el servicio al imperio. A una edad temprana, se unió al ejército romano y comenzó su entrenamiento en las legiones. Durante su servicio militar, Marcus demostró ser un soldado dedicado y disciplinado. Ascendió rápidamente en las filas gracias a su valentía en el campo de batalla y su habilidad táctica. Participó en varias campañas militares en diferentes regiones del imperio, incluyendo Germania, Britania y las provincias orientales. A lo largo de su carrera, Marcus experimentó los rigores de la vida militar, incluyendo largas marchas, campañas militares extenuantes y el constante peligro de enfrentarse a enemigos del imperio. Sin embargo, también disfrutó del compañerismo y la camaradería que se desarrolla entre los soldados romanos, así como la oportunidad de viajar y experimentar diferentes culturas.
Además de sus habilidades como soldado, Marcus también se destacó como líder dentro de su unidad. Fue respetado por sus compañeros soldados y admirado por sus superiores por su habilidad para tomar decisiones rápidas en el campo de batalla y liderar a sus hombres con coraje y determinación. A medida que avanzaba en su carrera militar, Marcus se encontró con desafíos cada vez mayores, desde enfrentamientos con tribus bárbaras en las fronteras del imperio hasta participar en las Guerras Civiles romanas. A lo largo de todo, demostró su lealtad al imperio y su compromiso con el servicio militar. La vida de Marcus en el ejército romano estuvo marcada por la aventura, el sacrificio y el honor, y dejó una huella duradera en la historia militar del imperio romano.
Mientras tanto, en Roma, Nerón está preocupado por las constantes incursiones de los bárbaros en las fronteras del imperio. Buscando una solución, Nerón decide enviar una misión diplomática para negociar la paz con las tribus germanas. Marcus es seleccionado para formar parte de esta misión debido a su valentía y conocimiento del terreno. Durante la misión, Marcus se encuentra con Gunther nuevamente, esta vez como prisionero de guerra. A medida que pasan tiempo juntos, Marcus y Gunther desarrollan un respeto mutuo a pesar de sus diferencias culturales. Esto no le gustó a Nerón y mandó recibir a Marcus en Roma. Pero Marcus sabía que si se iba los germanos atacarían y al amanecer estaría sitiada la fortaleza. Se negó a ir exponiendo el por qué no iba. Eso a Nerón le parece muy mal, así que tomó medidas, mando al cónsul para hablar con Marcus. El cónsul se mostró tajante,
— Vas a Roma o mañana te hacemos un consejo de guerra.
Marcus reúne al ejército y explica su situación.
— Nerón me quiere fuera de aquí. Y eso no se lo voy a permitir. El que quiera venir conmigo bienvenido sea, pero los que no, que se queden esta noche en sus tiendas y mañana será otro día.
Los soldados no le iban a fallar a Marcus, muchas batallas juntos. Al anochecer, Marcus se van a las colinas para resguardarse en el bosque. Pero lo que Marcus no sabía era que Nerón pagó a los germanos para que lo pillaran vivo o muerto. Por la tarde, los germanos hacen una emboscada a Marcus, por un lado los germanos y por otro los romanos. Hubo una lucha sin igual. La leyenda de Marcus era merecida, él solo logró reducir a muchos soldados. Después de horas de batalla, solo quedó Marcus en pie. Los soldados germanos lo miraron como un héroe. Gunther lo coge y le dice al oído.
— Ahora ves lo que ve mi pueblo, ¿verdad?
Marcus se queda de piedra, lo que le había dicho era muy cierto. Lo llevan a un descampado, esperando durante dos horas hasta que llegó Nerón. Se baja de su caballo y el almirante Joseph le da la espada del verdugo. Cuando se dispone a cortarle la cabeza a Marcus, Gunther mediante una artimaña de distracción logra sacarlo de allí, se lo lleva así huyendo. En un principio, Gunther lo tiene que meter en el calabozo hasta que hablara con el druida de la montaña. El druida se pone enfrente de Marcus, el druida le empieza a hablar en un idioma que Marcus no sabía hablar. Después de todo ese ritual, habla con Gunther. Al rato se le acerca a Marcus.
— Si no la lias estás dentro.
Marcus lo mira extrañado. A partir de ese día, Marcus y Gunther se hicieron uña y carne, gracias a esa unión lograron que los romanos les pagaran a ellos un tributo por no atacarlos. Y así pasaron los días, semanas, meses y años. Marcus se volvió uno más de la tribu.
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Relatos Diversos #CheyllsAwards
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