O Castro

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A las afueras del castro, se encontró algo desconocido para la gente del lugar. Uno de ellos le dice a un niño que vaya a buscar a Morgan.

Morgan llega a donde se le fue llamado,

—¿Qué pasó?

—Hemos encontrado esto.

Morgan coge el trozo de piedra, lo ve,

—Trae agua.—le dice al niño.

Echan agua a la piedra, la lavan bien, cogen otra piedra y la machacan, diciendo:

—Oro, tenemos que avisar a Breogán.

Morgan se va corriendo al castro,

—Etain, Artai, tenéis que ir a buscar a vuestro padre y decirle que hemos encontrado oro.

Morgan es el que manda cuando Breogán no está. Morgan manda dos navíos y convoca a veinte de los mejores guerreros. Diez van con Etain hacia el este para darle la noticia a su tío, mientras que los otros diez van con Artai hacia el oeste para informar a Breogán de que encontraron oro.

Breogán va a pedir consejo a los druidas, ya que los romanos no están cumpliendo con el acuerdo pactado en el pasado. Los druidas suelen estar en una isla bastante lejos de la costa.

Al día siguiente, el primero en partir es Etain, y cuando el barco ya empieza a adentrarse en la ría, sale Artai. La gente del pueblo los despide con alegría. El barco de Etain se aleja más y más de la costa. Pasan dos días y llegan a tierra. Amarren el barco y se adentran en la tierra. Etain le dice a Xian:

—Me parece extraño que no estén los guardias.

Llegan al poblado y ven que su tío está atado de pies y manos en medio de la plaza. Etain ordena que vayan a explorar la zona. Al rato le dicen:

—Están en la colina esperando que vayamos a rescatar a tu tío.

Etain se ríe.

—Vamos bordeando el sendero de la serpiente y allí los atrapamos.

Bordeando el sendero, comienza una batalla campal. Etain es muy bueno con el hacha corta, la desenfunda y detiene todos los ataques de su oponente. De repente, ve que su oponente apoya mal el pie y le da un hachazo en toda la cabeza.

—Y este era el mejor guerrero -dice Etain entre carcajadas.

Rescatan a su tío y revisan el castro en busca de heridos o fallecidos. Algunas mujeres, niños y ancianos estaban escondidos en una cueva cercana. No hay muertos. Etain le dice a su tío:

—Encontraron oro en el castro.

El tío lo mira y se sorprende.

El barco de Artai llega a la isla de los druidas. Los hombres se quedan en el barco con miedo de entrar en tierras de los druidas. Artai entra en el templo.

—Vengo a hablar con Breogán.

—No puedes, está en la asamblea, le dice un druida.

—Es muy importante.

— ...

Artai se cuela dentro de las salas del templo, abre la puerta y ve a su padre solo en medio de la sala, está ido y habla entre susurros. Artai le toca el hombro.

—Papá, tenemos que ir al castro, encontramos oro.

De repente Breogán agarra a Artai e intenta darle un puñetazo. Forcejean durante varios minutos. Breogán no estaba en sí. Artai hace una triquiñuela, coge arena del suelo y se la tira a la cara. Breogán no es capaz de ver y le dan un golpe que lo deja sin sentido. Breogán recupera el sentido y mira a Artai.

—¿Qué pasó?

—Un mal día con los druidas.

Se ríen los dos. Artai mira a Breogán.

—Encontraron oro en el castro.

Breogán se le ponen los ojos como platos.

Al día siguiente zarparon de vuelta al castro, de vuelta a casa.

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