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Han pasado 42 días desde que Zoro y Sanji terminaron.

Era una tarde lluviosa, lo normal para ser principios de verano. El agua escurría de un cielo desamparado y gris, que abrumaba a las flores y las hacia agachar la mirada de sus pétalos a la tierra húmeda.

Sanji tenía un par de maletas, una grande de viaje con ruedas, y un bolso color café de mano. Estaba parado frente al restaurante, parado junto a su abuelo que tenía una sombrilla que buscaba cubrirlos de la lluvia.
Estaban en total silencio, el más bajo le dedicó una mirada al mayor y le sonrió, el contrario hizo lo mismo en respuesta.
No pasaron ni cinco minutos cuando un auto color plateado llegó y frenó frente a ellos, era largo y muy moderno, se notaba espacioso.

—No pesques un resfriado — le dijo Zeff a Sanji.

El rubio asintió y guardó sus maletas en la cajuela qué en ese momento se abría. Luego iba a entrar al auto por la puerta trasera qué se estaba abriendo, pero, se detuvo y le fue a dar un gran abrazo al mayor que se quedó sorprendido de momento, y tras unos segundos le correspondió.

—Volveré en dos semanas.

Zeff asintió. Y así, Sanji se subió al auto que tenía vestiduras de piel color negro, ahí lo resivió una mujer de cabello rosado con un abrazo y una toalla para que se secara las pocas gotas que le acababan de caer.
En el frente iba Niji qué le sonrió por el espejo y pitó el claxon suavemente como despedida, para arrancar justo después de eso.

Sanji sonrió y miró como se iba alejando de su abuelo, las ventanas estaban empañadas, y las gotita corrían por la velocidad a la que iban.
Dejó escapar un largo suspiro, luego negó con la cabeza y sonrió, iba a divertirse, no iba a pensar en nada más... O en nadie.

Llegaron al aeropuerto, ahí Sanji pudo saludar a su hermano menor Yonji, y el primogénito de la familia, Ichiji.
Después de un par de golpes amistosos en la cabeza de Sanji, todos subieron al avión qué los llevaría fuera del país unos días. Al inicio el plan era hacer algo tranquilo en otra ciudad, pero de último momento, Vinsmoke Judge había decidió consentir a sus hijos... Eso y la presión de su esposa.

El hotel al que llegaron era increíble, en realidad era como una pequeña casa de verano con alberca climatizada y seis habitaciones, cinco con camas y una de juegos. Había una sala pequeña con un minibar y una televisión gigantesca, dos baños completos, y una cosineta equipada. La brisa marina llegaba, y si se paraban en la pequeña terraza qué había fuera de la casa, podían observar el océano que no se encontraba a más de 120m.

Yonji fue el primero en reclamar una habitación. Luego Niji exclamó la injusticia de que Yonji eligiera primero sólo por ser el menor, así que le dejaron elegir de segundo. La tercera fue Reiju qué más que reclamar, lo eligió. El cuarto fue Ichiji qué había dejado escoger a su hermana primero. Y el último fue Sanji, porque él había dicho que le daba igual.

Al entrar a su recámara, se dio cuenta que había un pequeño armario, una televisión más chica que la que estaba en la sala, un buró y la cama.

Sanji sonrió por todo lo que había, sin duda serían dos semanas relajantes... O eso intentaría, con sus hermanos cerca ya no se sabía.

* * *

Una semana más tarde, en el parque donde se reunían siempre los "mugiwaras", por el nombre que tenían en su grupo de celular por el sombrero característico del líder del grupo.

Estaban la mayoría ya sentados en el picnic. En la ciudad había dos parques, pero preferían ir siempre a ese porque era más concurrido, y a veces a Luffy le gustaba hablar con otras personas, además había mucho pasto, pocos árboles, y mesitas para sentarse y hacer pequeñas comidas como en la que estaban ahora.

Estaban ya la mayoría ahí, cuando llegó el peliverde, toda la mañana se había mentalizado para lo que vendría. Sabía que no podía hacer berrinche y simplemente faltar a la reunión, debía ser maduro y presentarse, después de todo, Vinsmoke ya no existía, ¿cierto?
No obstante, se sorprendió por no ver al rubio ahí. Frunció el ceño. Luego negó con la cabeza, no debía importarle, pero... Él siempre era de los primeros.

—Hey — saludó y la mayoría le sonrio o le contestó el saludo, únicamente Luffy saltó a abrazarlo como si tuviera años que no lo veía (lo había visto 32 horas antes en una tienda)

Se sentó en el suelo donde siempre, junto a Chopper y Usopp, del otro lado antes iba Sanji, pero la última vez fue Robin, así que esta vez sería igual.
Miró a ambos lados antes de tomar un tarro y servirse alcohol de una botella.

—¿y el cocinero? — preguntó dirigiéndose a Usopp que estaba sirviéndose de una ensalada. Zoro se maldijo por no haber podido resistir las ganas de preguntar.

—¿No lo sabes? Salió con sus hermanos de vacaciones — explicó el de la nariz larga mientras ladeaba la cabeza.

—¿Qué? ¿Por? — cuestionó de nuevo mientras fruncia el ceño y despegaba el tarro de sus labios —. Él odia ir de vacaciones con ellos, dice que gastan mucho y siempre se alcoholizan—Usopp se encogió de hombros, Zoro suspiró —¿desde cuándo?

—Hace como una semana — dijo el pequeño Tony mientras se metía una uva a la boca —. A todos nos tomó de sorpresa, normalmente no toma vacaciones.

Zoro asintió y bebió de su tarro, después de eso todos empezaron a platicar de cosas diferentes, temas variados. Pero no Zoro, él estaba pensando en alguien... ¿Por qué se había ido? ¿Por qué se sentía abandonado?

Estúpido Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora