Final

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Todo había vuelto a la normalidad... O algo así, la verdad es que nadie los entendió antes y ahora mucho menos.

Zoro y Sanji peleaban como solían hacerlo siempre, se ofendían, se gritaban, pero por alguna razón siempre estaban juntos.

Las salidas con el resto de sus amigos volvieron a ser más amenas y cómodas, no había nada de tensión como antes, simplemente eran ellos dos platicando con todos y de la nada en el suelo peleando, buscando imponerse sobre el otro ganándose las risas de Luffy y algunos suspiros extrañados del resto.
Se ofendían sin importar la hora o día, pero, como antes de todo, se volvieron a sentar juntos como siempre, codo a codo.

Ya no eran pareja, no, pero al menos eran tan buenos amigos como antes... O eso le hacían creer al grupo, que por supuesto, no se traga a las mentiras de esos dos, supieron reconocer cuando estaban tristes y se ocultaba tras su orgullo, ¿como iban a ocultar su cariño?

Fue un día de picnic de los que tenían siempre con sus amigos, cuando estaban sentados todos riendo de las ocurrencias de Luffy y los comentarios hilarantes de Brook, que el momento del postre llegó.
Ese día, lo había llevado la guapísima Robin, unas donas rellenas de jalea de fresa y espolvoradas en azúcar. Todos tomaron una y se apresuraron a comer, todos menos el peliverde que era conocido por odiar lo dulce.

-Eres un amargado - le dijo el rubio tomando la dona que le correspondía a Zoro y dándole un mordisco, a nadie le extrañaba que eso sucediera, desde siempre lo habían hecho así -¡Y están buenísimas! - agregó mientras relamía sus rosados labios, sin saber que tenía unos granitos de azúcar cerca de la comisura de ellos.

El peliverde soltó una risa suave y agradable, ronca.
-Tienes... - el rubio le miró, entonces Zoro con su pulgar le limpió los granitos de azúcar qué tenía en los labios, luego llevó su dedo a su boca y lo lamió, sin dejar de mirar al rubio.

En ese momento todos se quedaron callados. Sanji se puso rojo y el peliverde cerró los ojos dándose cuenta de lo que acababa de hacer... Solía ser normal, pero ya no lo era, además, ¿qué le había pasado por la cabeza? Estaban ocultando todo porque no tenían una relación formal, habían decididio no contarle al resto porque aún no sabían si iban a regresar.

-¿Entonces no te gusta lo dulce? - rompió el silencio Sanji para sorpresa de todos, y, aunque seguía rojo, una gran sonrisa visitaba su rostro.

-Bueno... Lo tolero - Zoro le sonrio de vuelta.

Sí, al final ese par terminó siendo una pareja oficial otra vez, porque ¿a quién engañaban? Se amaban con locura, sólo querían estar cerca del otro, sólo querían abrazarse, darse un beso...

Zoro y Sanji tenían una de las relaciones más peculiares en el mundo, se odiaban a muerte, pero también se amaban hasta el infierno de ida y de regreso. Querían estrangular al otro, pero al mismo tiempo querían abrazarlo y susurralre lo mucho que lo querían. Pensaban que el otro era un idiota, pero por alguna razón, no podían dejar de amarlo.

A lo largo de su noviazgo que duró otros cuatro años, rompieron otras tres veces: la primera les duró un mes de estar separados. La segunda, estuvieron separados dos meses, poco menos de lo que se separaron la primera vez de todas. Y la tercera, no resistieron ni una semana.
Al final de su tercera separación y su reconciliación, decidieron que lo más correcto para dos personas que no se toleraban para nada y odiaban el tiempo que pasaban separadas, era casarse, y así fue, llevaron a cabo una pequeña fiesta y una ceremonia pequeña que le informaba al mundo que esta vez no iban a poder terminar, que esta vez iban totalmente en serio.

-Y entonces, ¿por qué terminaron esa primera vez? ¿Por qué se pelearon? - preguntó un día el pequeño Chopper, sentado junto a todos sus amigos y frente al matrimonio. Ya habían pasado cinco años desde todo el drama vivido en sólo tres cortos meses.

-¡ Ja! Oh, Chopper... - dijo el rubio que llegaba a sentarse a las piernas de su marido-¿Cómo te explicamos?

-La verdad es que ni nosotros sabemos - dijo el peliverde con un tono de diversión en su voz - lo olvidamos casi a los dos días...

-¡Pero como son idiotas ustedes dos! - exclamó Nami y todos los presentes rieron.

Si, era cierto que no se acordaba ni porqué se habían peleado...
Pero esa primera vez, ese primer gran pleito que tuvieron como pareja, ambos tuvieron un día de mierda, y si bien habían estado peleando mucho esos últimos días, no había sido por eso... Ambos habían tenido un día horrible, y aún así, cuando estuvieron juntos esa tarde de "la gran pelea", se habían besado y abrazado, estaban acurrucados en el sofá de Zoro, cuando uno de ellos dijo:
-Te amo...
Y el otro, estúpidamente, respondió:
-Yo más.
Desatado en ellos una pelea enorme, porque siempre el otro quería ganar, y siempre estaban compitiendo, perdiendo el hilo de qué era por lo que discutían para empezar, empezando a decir cosas hirientes y crueles, y acabando la velada con su separación...

Sí, toda había iniciado por ver quién amaba mas al otro.

Eran jóvenes y tontos, pero con el tiempo aprenderían que no podían vivir sin el otro. Y al final, nadie podía juzgarlos o criticarlos, ellos sabían como funcionaba su relación, con peleas y gritos, con besos y caricias... Ellos sabían sobrellevar su estúpido romance.

Fin

Estúpido Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora