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Grata fue la sorpresa de Zoro al escuchar la voz del rubio de su pasado en vez de la irritante voz de Hiyori celebrando por qué su llamada fuera contestada por el menor, y luego empezará a parlotear de cosas que Zoro no entendía.
Al moreno se le dibujó una sonrisa en la cara al escuchar ese apodo especial que le había puesto el rubio.

—Primero que nada, hola, cejillas, si, estoy bien, gracias por molestarte en seguir las normas de cortesía — dijo en un tono burlón, pero la cara que tenía no reflejaba ninguna malicia, más bien era una boba sonrisa.

—No te hagas el tonto, marimo — la voz del otro lado sonaba irritada, Sanji estaba nervioso por lo que estaba haciendo, pero Zoro no entendía bien por qué y pensó que simplemente era una reacción normal —. Como si te importara eso, tu contestas a todo con monosílabos.

—No.

—¡Eres un estúpido! ¡¿Cómo que "no", idiota?! — La voz de Sanji se escuchaba alterada, pero el rubio la verdad tenía la cara roja, la voz de Zoro era muy bonita. Entonces la escandalosa risa de Zoro se escuchó —. Te odio, ¿lo sabes?

—Lo sé — respondió el peliverde tomando asiento en el mueble, sosteniendo el teléfono fijo en su regazo —. ¿De qué querías hablarme, cocinero? — su voz sonó relajada.

—No por teléfono, es poco cómodo — respondió el rubio, luego soltó un suspiro, se sentó en la cama —. ¿Vamos a tomar un café el miércoles?

—¿El miércoles? — Zoro pensó en lo que tenía que hacer el miércoles, nada, según él, o más bien, es lo que se obligó a pensar, tenía una junta, un asunto pequeño de la empresa pero... Si Sanji quería salir el miércoles, encontraría una manera de ir —. Mmmh... Suena bien. ¿Dónde?

Al rubio le dio un vuelco el corazón por haber recibido una positiva de Zoro.
—En la cafetería de los Charlotte.

—Ese lugar es una mierda — fue la respuesta inmediata de Zoro.

—¿Aún estás celoso de Pudding? —tras un silencio incómodo Sanji soltó una carcajada, sabiendo la respuesta de Zoro —. Mira, marimo estúpido, Pudding fue mi novia en prepa, ¿si? No tendrías nada que temer porque terminamos mucho tiempo antes de que tu y yo saliéramos. Y en segundo lugar, te recuerdo que somos sólo "amigos".

—Eso ya lo sé — se apresuró a responder, pero era cierto, no le gustaba ir a ese lugar sólo por ver a esa mujer —. Es que no me gusta... Como hacen el café ahí — se excusó estúpidamente.

—¡Tú nunca tomas café! — dijo el rubio con una nota de diversión en su voz —. Eres idiota hasta para poner excusas...— se escuchó un suspiro —, pero bien, si no quieres ir ahí... Hay un lugar en las afueras de la ciudad, es cómodo, no mucha gente va ahí pero hacen rico el café, ya que eres un conocedor — soltó una risilla.

—Muy gracioso  — dijo Zoro en respuesta sarcástica—, bien... ¿Cómo llegaré? No tengo celular para la ubicación.

—¿Pasas por mi, o prefieres que yo te recoja?

Zoro pareció pensarlo un momento.
—Te recojo después del trabajo. ¿Turno matutino?

—Ese mismo — respondió el rubio, se le dibujaba una sonrisa en la cara, no creía que Zoro fuera a aceptar, pero resultaba que hasta iba a ir por él y aún recordaba su horario —. Entonces... Te veré el miércoles.

—Sí — respondió con su clásico monosílabo.

—Bueno... Hasta entonces — Sanji iba a colgar, sintiéndose feliz de haber conseguido lo que quería, simplemente iban a charlar, aclarar algunas cosas, pero le ponía muy nervioso el hecho de tomar la iniciativa.

Estúpido Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora