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Han pasado 57 días desde que ellos rompieron.
Y un día desde que Sanji volvió de su viaje.

Usopp se encontraba sentado en una heladería realmente colorida junto a su amigo Luffy, y su gran amigo Zoro qué no se encontraba del mejor humor según podían notar los dos menores.

—Buuuh~ Zoro es aburridooo~ — reclamó Luffy y luego soltó un montón de risas — Zoro ¿por qué siemrpe estás así?

—¿Así cómo? —preguntó el mayor mientras miraba como su helado se derretía, sólo esperaba dárselo a Luffy, él odiaba lo dulce.

—¡Así con esa cara de enojo!

—¡Esa es su cara, Luffy! — respondió el narizón y los dos menores estallaron en carcajadas. El peliverde soló pudo suspirar agotado —. No, ya, Zoro — habló Usopp de nuevo —, ya no te vamos a molestar.

—¡Cierto ! —interrumpió Luffy de la nada, captando la atención de sus dos amigos — ¡Lo olvidé, mañana vemos a Sanji! — dijo emocionado, casi gritando.

—¿Ya volvió? —levantó la ceja el peliverde interesado pero fingiendo que le importaba poco —. Ugh, y la ciudad estaba tan tranquila... — sin embargo, algo dentro de él irradiaba alegría.

—¡No seas malo, Zoro! — dijo Usopp frunciendo los labios —. Aunque me extraña un poco que haya pedido que nos viéramos mañana.

—¿A qué te refieres? — preguntó Zoro aun con esa mirada de pocos amigos y poca atención aunque en realidad estaba tan interesado como Luffy.

—Sí, llegó hoy en la tarde.

—¿¡Qué?! —estalló Luffy —¿por qué no nos avisó? ¡Hubiéramos ido a recogerlo al aeropuerto!

—Tal vez quería descansar — dijo lo obvio el peliverde —, supongo que la vida de excesos no es para todos.

—No creo, porque salió con Nami.

—¿¡Está con Nami?! —preguntó Luffy irritado, casi con llamas saliendo de sus orejas por no ser dueño de toda esa información como su amigo —¿¡por qué ni nos invitó?!

—Nami quería hablar de algo con San —explicó Usopp con una gotita de sudor resbalan do por su frente, aterrado del pequeño de sombrero que parecía querer ir al mismo infierno para abofetear al gran satanás.

—¡Pudo haberlo hablado mañana! —dijo en un tono berrinchudo, cambiando su estado de ogro a bebé llorón.

—¿Entonces mañana hay reunión? — dedujo Zoro ignorando totalmente las rabietas y cambios de humor del más chico.

—Así es, porque ahora están... En la cafetería de Big Mom, posiblemente — Usopp frotó su barbilla — hablé, de eso con Nami, no me quiso decir bien, pero supongo que están ahí.

—¡Vamos ya mismo! — se levantó el menor de un brinco — ¡No voy a perdonarle a Nami qué tenga a Sanji para ella sola! —Zoro hizo una mueca apenas visible y de inmediato volvió a su rostro neutral, Usopp lo notó, Luffy no.

—Nos va a matar si nos aparecemos de la nada... — sufrió el narizón, sabiendo que si llegaban Nami lo golpearía por andar de boca floja. Si embargo, Luffy ya se había levantado y estaba corriendo hacia la dirección de la cafeteria, Usopp soltó un suspiro, se iba a levantar pero notó qué Zoro lo hacía y se dirigía al lado contrario —¿No iras con nosotros? — preguntó levantando una ceja y llamando la atención del moreno.

—No — respondió Zoro suspirando y entregándole el helado a Usopp para que se lo diera a Luffy —. Si yo fuera él... No me gustaría que lo primero que viera sea mi ex...

Usopp asintió, tenía sentido. Zoro empezó a caminar con dirección a su motocicleta pero algo en Usopp despertó, queriendo saber más, en realidad, nadie sabía la verdad de tras de todo este dolor y sufrimiento, nadie más que... Ellos dos.

—¡Zoro! — le alcanzó y se paró a lado de la motocicleta — estoy harto de todo esto... Ya por favor, ¡fue suficiente! — Zoro frunció el ceño por aquel acto de valentía del más temeroso del grupo — dime, ¿qué pasó esa tarde?

Zoro suspiró.
—Me imagino que el cocinero ya te contó, y sinceramente, no tengo ganas de escuchar su versión y completarla o desmentirla. Perdón.

—Zoro, es que no tenemos ninguna versión — explicó Usopp mirándolo con sus enormes ojos a los oscuros del mayor —. Sanji no nos ha contado nada, sólo nos dijo "dijimos cosas feas, una gran pelea" ¡no puede ser todo!

—¿El cocinero dijo eso? —levantó su ceja el mayor —, pero si él adora contar sus aventuras amorosas, cuando íbamos en la prepa no se callaba cuando le preguntaban sobre sus parejas anteriores.

—Bueno... No es así — dijo Usopp más relajado, notando la sorpresa en los ojos de Zoro —. Creo que Sanji no te vio como una aventura.

Zoro soltó un leve jadeo y luego apretó los párpados, respiró hondo... Y lo soltó. Su semblante serio y desinteresado reapareció, pero, para Usopp, estas pequeñas expresiones habían significado muchísimo.
—Bueno... Yo no iba a decir nada, es de mal gusto, y si el cocinero no quiere hablar tampoco, lo entiendo totalmente — respondió finalmente el peliverde —. No te ofendas, Usopp, pero... Quiero irme ya a casa, tengo papeles que firmar.

Y tras ello el narizón suspiró decepcionado pero alegre por otro asunto que le había llegado a la mente.
En eso empezó a correr detrás de Luffy, para darle el helado y contarle lo que había descubierto y lo que había imaginado, quizás no debería meterse pero ¡oh, vamos! ¡Estaba harto de ver a sus amigos sufrir!

Por otra parte, Nami estaba bebiendo un té de mandarina frente a un blondo con ojeras que bebía una taza de café.

—Eres un maleducado, ni siquiera nos avisaste que te ibas... — le dijo con un puchero la pelinaranja — ¡ni siquiera te despediste!

—¡No sabes como lo siento! — dijo de manera dramática el rubio — lo siento, Nami... Es que, fue muy rápido todo... Mis hermanos vinieron y al día siguiente me fui, ni siquiera tuve mucho tiempo para hacer mis maletas.

—Hablando de eso, ¿por qué decidiste ir esta vez? Hace años que nos dijiste que no irías con ellos por lo de la vida alocada ¿no? — dijo la pelinaranja mientras vacíaba un sobrecito de endulzante en la taza — ¿qué pasó?

—¿eh? No fue nada, sólo... El anciano me obligó a tener vacaciones pero no quería estar aburrido en casa, tu sabes, cambiar de ambiente — explicó el rubio de manera natural, amigable, como si Zoro no hubiera influido toda la decisión.
Nami le miró fijamente sin estar convencida de su respuesta.

—Bueno... — dijo de manera no muy convencida — ¿pero te divertiste? — una sonrisa se dibujó en la cara del blondo.

Así, Sanji le empezó a contar todo lo que había hecho, aventuras qué había tenido con sus hermanos, algunos momentos específicos, lo que comió, donde se hospedó.
Nami escuchaba y opinaba a veces emocionada por lo que había vivido su amigo, sin embargo, no se tragaba la de Sanji saliendo a sus hermanos sólo por instinto, había algo de fondo y creía estar segura de lo que le ocurría al blondo...
Unos minutos más tarde llegaron Usopp y Luffy qué fueron directo a abrazar al rubio, y sí, recibieron unos golpes de Nami, pero al final fueron bien recibidos y los cuatro disfrutaron de una tarde agradable en la cafetería.

Al día siguiente, todos festejaron el regreso de Sanji con alegría, y el rubio no podía borrar su sonrisa. Todos sus amigos estaban ahí, todos a los que quería...
Pero incluso, aunque todos lo esperaban con los brazos abiertos, la persona por la que había llorado en el viaje, y a la que tanto extrañaba, no se había presentado...

—Mejor así — se dijo el rubio mientras se metía en sus sábanas antes de dormir, pero incluso aunque pensaba que estaba mejor sin haberlo visto, algo dentro de él se movía con rapidez, creando una extraña sensación en sus entrañas, algo como... Tristeza.

Estúpido Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora