Capítulo 5

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DALTON

Dejo la taza de café a medias dentro del lavabo. Tomo una ducha rápida y me visto con un vaquero oscuro, camiseta negra y una chaqueta de mezclilla. Después, me despido de Benji y salgo de la casa hacia la librería.

Al llegar, un vidriero se está ocupando de reponer el cristal roto. Han tenido que despejar el escaparate. Trago saliva. De solo ver el desastre imagino que costará un dineral. No estoy en condiciones de afrontar esa suma, pero tengo la esperanza de llegar a un acuerdo con el dueño y quizá, poder dárselo en cuotas. No lo sé. Esto es un maldito lío. ¿Por qué siempre acabo metido en problemas?

Tras ingresar, camino entre estanterías repletas de libros en dirección al mostrador. Intento no hacer contacto visual con el resto de las personas, aunque es evidente que un matrimonio junto a su hija adolescente se retiran de inmediato en cuánto me ven. «Eh, ¿por qué nos vamos? ¡Aún no elegí!» reclama la chica en voz alta. Su padre, en seguida la silencia diciendo que volverán más tarde. Puedo percibir su miedo.

—¿Hola? —me aproximo al mostrador.

—Hola, ¿qué tal? ¿puedes darme un minuto? En seguida estoy contigo —la voz proviene del... ¿suelo? bajo la vista y veo a un tipo en cuclillas buscando algo en la parte baja detrás del mostrador. A su lado, hay un montón de papeles esparcidos.

—Sí. Claro.

—De acuerdo. Ahora sí. ¿En qué puedo ayudar? —finalmente se pone de pie. Es un muchacho de mi edad. Me alivia notar que no me reconoció o si lo hizo, disimula excelente.

—Parece que mi hermano causó daños en la vidriera. En realidad, sé que no ha sido él, pero me haré cargo porque no quiero problemas.

—¿Quién es tu hermano?

—Frankie Sawyer —respondo—. ¿Cuánto es?

—Nada. Ya le dije a los oficiales que ese chico no tenía nada que ver —aclara—. Vi con mis propios ojos a los que ocasionaron el lío. Él no fue.

Me quedo estupefacto. Esto superó mis expectativas.

—Bien. Entonces no tengo nada que hacer aquí.

—Eres Dalton Sawyer, ¿no? —pregunta. Asiento ligeramente. Aquí viene su reacción, el espanto—. Conocí a tu abuela, Edith. Venía seguido. Tenían una gran amistad con mi padre.

Inevitablemente, sonrío.

Recuerdo los libros que me llevaba cuando me visitaba en prisión.

—No lo sabía.

—Sí. Todos la adorábamos aquí. En fin, ¿quieres algo más? Es una conversación interesante, pero tengo una pila de novedades que acomodar en los estantes.

—No. Solo era eso. Gracias —contesto.

No sé qué decir, a pesar del cúmulo de sentimientos invadiendo mi pecho. Tan punzantes que me han atrofiado mis cuerdas vocales. Tengo muchas preguntas acerca de los días que mi abuela pasó en esa librería, pero no puedo hacerlas si ni siquiera sé cómo respirar.

Volteo, dispuesto a irme con la mirada al suelo pero mi hombro choca contra el de alguien más.

—Ten más cuidado —murmura.

Levanto la vista, decidido a hacerle frente. No me gustó el tono.

—¿Rhys?

—Dalton —aprieta la mandíbula—. ¿Qué haces aquí?

—Estoy libre —digo, todavía impresionado por su presencia. Rhys fue mi amigo inseparable de la infancia y adolescencia. Compartíamos todo, incluso los problemas—. ¿Tú? ¿Aún trabajas para Patrick Ferguson?

Él asiente.

—Me ocupo del negocio.

Increíble. Rhys sí que escaló alto.

—¿También eres lector? —tuerzo una sonrisa divertida. Rhys niega, levanta la barbilla en dirección a una chica que se encuentra hojeando libros en la estantería principal, cerca del escaparate. Me cautiva su belleza: el cabello largo y pelirrojo, las facciones delicadas, sus pestañas curvilíneas y espesas, la forma en que los tonos púrpuras del sweater resaltan en su piel y la sonrisa que entorna al fijarse en el detalle de una portada. Tiene un aura angelical—. ¿Es tu novia?

«Que no lo sea. Que no lo sea»

No sé por qué lo deseo.

—No. Es Cassia Ferguson. La hija del jefe —pronuncia. No puedo apartar la vista de ella—. Es intocable —agrega.

Por supuesto que lo sé. Cassia siempre ha sido un misterio para la población. La hija prodigio del magnate del pueblo. Preciosa. Inalcanzable. La que es merecedora de una vida brillante lejos de aquí. Solo unos pocos han tenido la suerte de cruzarla. Es como una estrella de cine. Inquieto, doy un último vistazo a Rhys y me despido de él con un gesto. Me dirijo hacia la salida, pero la pelirroja se interpone en mi camino. Lleva un libro entre manos, lo está hojeando y en pos de que me detuve justo a tiempo, no llegamos a colisionar.

—Hola —sonríe.

Ella me sonríe. Me sonríe a mí. No lo puedo entender. Supongo que no escuchó los rumores.

—Hola. Lo siento.

—Está bien. Eres el chico del café ¿no?

Vaya, qué imbécil. Obviamente es ella. La chica pelirroja con los ojos hinchados de tanto llorar por la que sentí compasión y le obsequié un café. Creí que era una viajera que se había detenido en la gasolinera a estirar las piernas. Jamás pensé que hablaría con la mismísima Cassia Ferguson.

—Sí. Lo soy —nervioso, guardo las manos en los bolsillos del pantalón y miro hacia los lados. Me da pánico que alguien me reconozca y se le ocurra insultarme o echarme del sitio—. Espero que estés mejor. Ya me iba. Adiós.

La esquivo, llego a la puerta de salida y sostengo el mango.

—¿No vas a decirme tu nombre?

Volteo ligeramente, todavía aferrado a la puerta.

—Dalton.

—Es un gusto, Dalton. Soy Cassia —exclama en voz alta. Pone otra sonrisa. No puede ser. Me ha vuelto a sonreír... a mí. Lo ha hecho dos veces. ¿Qué está pasando? Entonces, Rhys me da una mirada asesina, la sostiene suavemente del brazo y la obliga a moverse hacia el mostrador—. Eh, adiós —alcanza a murmurar.

Fuera del local, echo un último vistazo a través del escaparate. La veo de perfil, apoyada en el mostrador. Su larga melena llega hasta la cintura y está rizada en las puntas. Rhys le dice algo, ella niega y luego, voltea la mirada hacia una señora que está a unos pocos metros, también aguardando para comprar. Supongo que jamás volverá a sonreírme. No creo que tarde demasiado en enterarse de la oscura historia que me rodea.

Esto ha sido todo.

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NOTA DE AUTORA: Hola, ¿cómo están?

Les propongo que me cuenten desde que país o lugar del mundo me leen, me encantaría conocerlas más . Y también saber la opinión sobre la historia, si ya tienen un personaje favorito o que les causa más intriga.

Amo leer sus comentarios. 💗🥰

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