Capitulo 3

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Ginebra estaba en un lugar muy extraño, un lugar que no conocía. Sus manos estaban atadas con unas cadenas y el resto de su cuerpo estaba en una cama mientras su boca estaba tapada con un pañuelo blanco. Observo a su alrededor y vio que se encontraba en una casa abandonada hecha completamente de madera y unas ventanas como techo en los que se podía ver en cielo de color gris lo que significaba que iba a llover. Vio como un hombre de cabello naranja entraba en la habitación y unos hombres de sonrisas perversas entraban detrás de el. Parapdeo dos veces y luego se encontraba bajo la lluvia siendo abrazada por su amado Lancelot quien está noto que lloraba sin control. Esto la alteró puesto que jamás había soñado con un Lancelot que llorara, pero este lloraba a mares y se podía notar en su rostro una mirada desgarradora. Ella vio como levantaba su mano para tocar su rostro, pero ella no controlaba su cuerpo, entonces, cayó en cuenta de que estaba en un sueño. A mitad de camino, sintió que su vista se volvía borrosa y su mano cayó al suelo mientras todo se volvía oscuro. Escucho un grito desgarrador de Lancelot lo que solo la preocupo más pensando que estaba pasando. Escucho como un hombre adulto le hablaba a Lancelot y lo único que alcanzó a oír fue: "¿ Aceptas o rechazas ?". No hubo respuesta por lo que Ginebra dedujo que Lancelot había negado o asentido con la cabeza. Lentamente abrió los ojos y lo primero que vió fue a su amado sonriendo con los ojos negros.....

- ¡¡¡ Basta !!! - grito ginebra.

Respiro agitadamente durante un tiempo y luego volteo a ver hacia la ventana. El día a diferencia de ayer estaba soleado después de llover toda la noche. Se levantó a mirarse a su espejo y vio su rostro : estaba más pálida que un yeso y estaba sudando como una loca. Se cepillo un tiempo su cabello y luego se levantó a darse una ducha larga. Sentir las pequeñas gotas de agua le recordo su sueño de ese momento. Vio el momento exacto en el que se terminaba su vida, lo que no la sorprendió, pues ella sabía que no iba a vivir mucho tiempo, pero Lancelot no tenía ni idea de aquello. Le había mentido hace dos años sobre el momento de su muerte, pero en realidad ella había cambiado los momentos. Ella no viviría más allá de los 20 años, a diferencia de Lancelot, a quien lo había visto vivir más allá de los cincuenta. Talvez viviría más, pues era en parte hada quienes vivían más allá de los 1000 años, pero eso ella no lo sabía. Lo que en verdad le preocupaba era que su sueño iba más allá de su muerte, pues Lancelot en su sueño al parecer la había revivido.
Decidió que lo mejor en ese momento era conversar con Lancelot sobre su sueño, el sabría cómo manejarlo.

Salió de la ducha y se cambió rápidamente de ropa. Iba a tender su cama pero vio desde la ventana algo que la aterro : Arturo sonriéndole como un psicópata con la cara llena de sangre y cuchillos enterrados. Retrocedió muchos pasos hasta chocar con un mueble. Parpadeo y el lugar ya no era su habitación si no que era un valle. Era de noche y el bosque se veía tétrico, pero lo que le aterro a Ginebra fue que Lancelot y el resto de jinetes estaban tirados en el piso muertos con una sonrisa maniática en sus rostros. Los cuatro jinetes voltearon con los ojos bien abiertos y con una sonrisa a Ginebra quien solo vio como a todos se los tragaba la tierra.

De esta forma Ginebra fue teniendo un montón de sueños mientras se retorcía en su cama agarrándose la cabeza.
Ginebra ya no podía más, no estaba soportando tener todos esos sueños, ya ni siquiera distinguía entre lo que era real o no.
Abrió los ojos con la respiración agitada. Se encontraba en su habitación y todo estaba completamente normal. Eso la confundió mucho, pero la tranquilizo un par de segundos, pues luego de observar la habitación volteo hacia su espejo donde vio a una figura oscura sonriéndole con los ojos abiertos como platos.

Ginebra soltó un grito desgarrador y salió corriendo de su casa hacia el lago más cercano que había. En todo el camino no dejo de escuchar voces diciéndole que era su fin, que no tenía salida y que los acompañaría por el resto de la eternidad.

Lancelot x ginebra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora