Finalmente, había llegado el día. Una hermosa noche de primavera en el reino de Britania iluminaba los pueblos que se encontraban a su alrededor. El brillo de las estrellas era tan brillante y sofocante que algunos pensaban que pronto bajarían los angeles del cielo para tocar sus trompetas y anunciar el fin del mundo.
Se podían escuchar gritos de una cabaña escondida en un bosque oscuro pero a la vez de apariencia mágica. Alrededor de la cabaña, flores de hermosos colores brotaban de los delgados y delicados tallos de color verde brillante y pequeños insectos se reunían en frente de las abundantes plantas que habitaban en sus alrededores.
- ¡¡¡ LANCELOT VUELVE A HACERME ESTO Y JURO QUE TE VOY A CASTRAR !!! - gritaba Ginebra desesperada.
Ella estaba acostada en una gran cama de sábanas de color rojo. Lancelot sostenía su mano derecha con firmeza mientras Isolda y Anne jugaban el papel de las parteras.
- ¡ Anne, tráeme más toallas ! ¡ Ginebra, sigue así !
Ella gritaba con desesperación, era un dolor que jamás había experimentado, sentía que lentamente todas sus fuerzas se iban llendo mientras ella esperaba su muerte.
- Ginebra.... Aguanta un poco más - repetía Lancelot todo el tiempo bastante alterado, su amada estaba en labor de parto y el lo único que podía hacer era agarrar su mano y consolarla mientras rezaba para que todo saliera bien.
- ¡ Ya tengo las toallas !
- ¡ Bien ! ¡ Ginebra, porfavor, haz un último esfuerzo !
Ginebra soltó el grito más fuerte hasta el momento mientras agarraba con más fuerza la mano de Lancelot, la cual parecía sangrar un poco, y el silencio invadió la sala durante dos segundos para que luego se escucharan llantos de un bebé.
Ginebra respiraba agitadamente mientras está tenía los ojos bien abiertos como platos. Lancelot estaba sorprendido, no sabía que hacer en ese momento, solo observaba con los ojos abiertos a ese pequeño varón de cabello color vino y la piel blanca como la nieve llorar con sus pequeñas manos apretadas y sus piernas encorvadas.
- ..... Ya nació.... Ya nació - repetía el rubio con incredulidad.
- ¡ Felicidades, Ginebra ! ¡ Es un hermoso varón ! - dijo Isolda muy feliz.
Lancelot sentía que se le llenaban los ojos de lágrimas mientras Ginebra tenía ya los ojos vidriosos y de un momento a otro ambos comenzaron a derramar lágrimas de felicidad. Isolda se acercó rápidamente junto con Ginebra y le enseño al pequeño recién nacido.
- ..... Galahad..... Finalmente llegaste.... Estoy tan feliz.... - dijo Ginebra débilmente - ....Lancelot..... Míralo..... Es nuestro hijo .... Galahad, como tú querías que se llamara.....
Isolda fue junto con Lancelot quien se paró de inmediato para ver al bebé. La pelirosa le mostró al recién nacido al de cabello rubio quien sonreía entre lágrimas.
- Galahad.... Mi pequeño..... Sabía que ibas a ser hermoso como tú madre.... No sabes lo feliz que estoy de que estés con nosotros....
- ¡ Bien ! - dijo Anne muy feliz - ¡ Si nos disculpan, tenemos que ir a limpiarlo y colocarle su ropa !
Ambas jóvenes se retiraron de la habitación dejando a ambos enamorados con lágrimas de felicidad en sus rostros. Lancelot se sentó nuevamente al lado de la cama y agarro con fuerza la mano de Ginebra quien débilmente apretó su mano.
- ¿ Cómo te sientes ?
- Agotada..... Pero de todas formas, no podría ser más feliz.....
- Tampoco yo.... Imagínate, nació justo como yo quería....
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Lancelot x ginebra
RomanceLancelot, hijo de Ban y Elaine, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, representando a la guerra, tendrá por mucho tiempo un conflicto consigo mismo, pues conoció a una joven llamada Ginebra que poco a poco se fue robando su corazón, Pero ese am...