Capitulo 24

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Ginebra estaba en su habitación, recostada en la cama, mientras observaba el techo. Había sido hace unas ocho horas que Lancelot se había ido a combatir con el rey del Caos, y hace ya casi siete horas que el resto de sus amigos, suegra, Jerico y Elizabeth habían ido con ellos, dejándola sola junto con Zhivago, quien dormía a su lado. No sé podía quejar, su poder magico no era para la batalla, y tampoco es como si ella hubiera querido estar ahí, tenía a alguien más que cuidar en ese momento.

Se comenzaron a escuchar llantos provenientes de Galahad, quien se encontraba en una cuna, acurrucado entre varias mantas. Ginebra se paró y caminó rápidamente junto con el, y lo acuno entre sus brazos. Entendió de inmediato el por qué de sus llantos.

- Mi pequeño tiene hambre, ¿ Verdad ? - dijo en tono cariñoso.

Y sorprendentemente, Galahad asintió, como si comprendiera lo que quería decir. Ginebra abrió los ojos muy sorprendida, pero sin perder el tiempo, se bajó la manga de su vestido y comenzó a alimentar al bebé.

Se acostó nuevamente en la cama junto con su hijo, y se acomodo en una pila de almohadas mientras Galahad seguía tomando leche materna.

- ¿ Crees que sea cierto que las madres tenemos un instinto maternal ? - le pregunto con una sonrisa.

Galahad dejo de alimentarse y luego volteo a mirar a Ginebra y le dió una sonrisa.

- ¿ Aga ? - dijo Ginebra en una sonrisa.

Levantó a su hijo al aire y comenzó a mecerlo de arriba a abajo mientras el bebé solo reía. Se divirtieron así un buen rato, hasta que Galahad nuevamente se quedó dormido y Ginebra fue a dejarlo en su cama.

Zhivago se despertó en ese momento y muy emocionado corrió hacia la ventana, derribando un pequeño jarrón en el proceso.

- ¡ Zhivago ! ¡ Eso no se hace !

Ginebra se inclino para recoger las piesas rotas, cortándose el dedo en el proceso, pero eso no le importo, porque noto que Zhivago estaba muy emocionado, más de lo normal, y fue junto con el a ver qué estaba ocurriendo. Grande fue su sorpresa al ver muy a lo lejos a los jinetes, pecados y acompañantes regresar al barco, todos con una radiante sonrisa, entre ellos, su Lancelot, quien venía completamente intacto, a excepción de varias heridas en su cuerpo, pero igual caminaba, así que no debían afectarles mucho. En ese momento lo supo : habían ganado, habían destruido el reino eterno y los jinetes se habían hecho con la victoria. Sintió que sus mejillas se comenzaban a llenar de lágrimas de felicidad mientras Zhivago lanzaba pequeños ladridos de emoción. Noto a alguien particular entre las personas: ahí, entre todos ellos, Arturo caminaba bastante alegre y de cierta forma un poco tímido. Se sintió confundida el ver eso, si Arturo estaba ahí, significaba que habían podido liberarlo del control del Caos, pero... ¿ Eso significaba que habían acabado con la madre Caos ? ¿ O solamente habían destruido el reino de Camelot ? Esa era la parte de la profecía que siempre le asustaba, el que en ninguna parte se mencionara la derrota completa del Caos.

Zhivago dejo de mirar hacia la ventana y comenzó a dar gruñidos amenazantes a la puerta. Comenzó a ladrar en ese momento, tratando de ser calmado por Ginebra.

- ¡ Zhivago ! ¡ Cálmate ! ¿ Que estás haciendo ?

Galahad se despertó y comenzó a llorar fuertemente.

- ¡ Mira lo que hiciste Zhivago ! Tranquilo, Galahad, todo estará bien - dijo mientras mecia la cuna de su hijo.

Sintió que algo no andaba bien,  Zhivago casi nunca actuaba de esa manera a no ser de que existiera algún peligro para ella o Lancelot. Noto en ese instante que algo comenzaba a salir de unos pequeños agujeros entre la pared y la puerta. Una figura indefinida apareció frente a ella, era como un plasma de color negro. Se sintió aterrada, jamás había visto algo como eso en su vida, pero tantas veces que Arturo la había citado para tener sus reuniones con el hizo que Ginebra reconociera a la figura como la madre del caos. Miro esa cosa solamente por unos segundos porque casi al instante el Caos se aventó contra ella y comenzó a introducirse dentro de su cuerpo por la pequeña herida que se había hecho en el dedo. Comenzó a retorcerse en el suelo, mientras Zhivago ladraba y Galahad lloraba. Cuando el Caos ya se encontraba completamente dentro de su cuerpo, ella quedó inconsciente en el piso durante varios instantes.

Lancelot x ginebra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora