Capitulo 23

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- Así que esta es la cuestión - dijo Arturo - ustedes cuatro se quedarán quietos, o si no yo me veré obligado en matar a los pecados.

Los cuatro jinetes estaban quietos como rocas, mientras en el salón del trono, Arturo estaba sentado en su trono, y a su lado los pecados capitales estaban encadenados en muñecas, tobillos y con la boca tapada ¿ No había sido hace un par de horas ya que se habían infiltrado en el castillo de Camelot y habían entrado como si nada ? ¿ Que había salido mal ?

- Arturo - dijo Tristán - esto va en serio, dejalos ir a todos ellos, te estás pasando de la raya.

- Principe de Lioness, y yo que te creía un cobarde sin tus poderes demoníacos, no lo haré.

- Arturo.... ¿ Dónde está mi hijo ? Quiero a mi Galahad, dámelo - dijo Lancelot con desprecio y una mirada asesina en su rostro.

- ¿ Te refieres a mi pequeño amiguito de aquí ?

Arturo saco de debajo de su capa un pequeño bulto envuelto por sábanas blancas. Al mostrarlo a la luz, todos pudieron ver al pequeño Galahad dormir plácidamente.

Lancelot y Ban abrieron los ojos con desesperación, asustados de que Arturo se atreviera a hacerle algo a su hijo y nieto.

- ¡¡ Suéltalo !! - grito Percival con enfado.

- A ver..... Déjame pensar..... De acuerdo - dijo Arturo.

Todos abrieron los ojos como platos.

- ¿ En serio ? - pregunto Gawain confundida.

- Si, ¡ Atrapenlo ! - Arturo lanzo al bebé al aire y desenvaino su espada.

No tenía ninguna intención de hacerle daño a Galahad, al contrario, quería que estuviera bien, pero quería darle un pequeño susto a Lancelot.

- ¡¡¡¡ GALAHAD !!!! - grito el rubio y se lanzo a buscarlo.

Atrapó al pequeño bebé entre sus brazos, pero al hacerlo, Arturo también lanzo su espada hacia Lancelot con la intención de hacerle daño, cosa que logro. La espada atravesó el brazo derecho de Lancelot quien dió un pequeño gemido de dolor, pero eso poco le podía importar, porque el estar reunido con su hijo nuevamente era una felicidad que ni el fin del mundo podria apagar.

Arturo apareció a su lado y bruscamente quito la espada de su brazo e intento llevarse nuevamente a Galahad, pero Lancelot, en un arrebato de ira, acercó a su hijo a su pecho y golpeó el rostro de Arturo.

El rey de Camelot comenzó a sangrar por la nariz y al aterrizar al suelo escupió un poco de sangre al igual que Lancelot quien sostenía su brazo firmemente.

Merlin aprovecho la situación y logró desatar a todos los pecados quienes se recompusieron rápidamente y agarraron sus armas con decisión.

- Elige Arturo - dijo Meliodas - o te rindes, o te matamos.

En esos momentos, Arturo se sentía aterrorizado, jinetes y pecados se encontraban rodeándolo con rabia e impotencia. Si de por sí los que no eran humanos habían sido capaces de estar engañar a su barrera, no se quería ni imaginar que podían hacerle a el en ese momento. Todos agarraban sus armas con firmeza, y estaban esperando una respuesta de el, una palabra en falso y estaba perdido. A pesar de esto, Arturo sonrió con malicia y el poder del Caos se manifestó en ese momento, atacando a todos a su alrededor.

Unos pequeños ataques lograron lastimar a los pecados, pero al final, no eran heridas graves y podían fácilmente. En cambio, a los jinetes les fue horrible : Percival perdió su oreja y mano derecha, Gawain perdió su ojo izquierdo. Lancelot no había perdido ninguna parte de su cuerpo, aunque tenía la espalda machada de sangre por proteger a su hijo Galahad. El que se había llevado la peor parte era Tristán, a quien el Caos le arrebato su ojo izquierdo y brazo derecho.

Lancelot x ginebra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora