Capitulo 8

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Lancelot estaba quieto, quieto como una roca mientras observaba el cuerpo de Ginebra ensangrentado en el piso. No paraba de sangrar, las únicas fuerzas que tenía las ocupaba en escupir sangre. La joven se volteo a verlo con lentitud con los ojos medios cerrados, empezó a llorar mientras lo miraba con tristeza.

Lancelot reaccionó en ese momento y corrió hasta donde se encontraba Ginebra.

- ¡¡ Ginebra !! ¿¡ Que te paso !? ¿¡ Quien te hizo eso !? ¡ No te preocupes, haré algo al respecto !

- Lancelot....

Ginebra cerro los ojos y Lancelot desesperado la puso entre sus brazos y la entro a la casa. Adentro, vio a todas las sirvientas reunidas en el salón principal sirviéndose te y comiendo pastelillos. Todas parecían calmadas, lo que enfureció a Lancelot y gritó:

- ¿¡ QUE DEMONIOS CREEN QUE ESTAN HACIENDO !? ¿¡ QUIEN LES DIÓ PERMISO DE COMER ESO !?

Las sirvientas se asustaron y voltearon a ver a Lancelot. Una de ellas que tenía los ojos azules hablo :

- Teníamos hambre, ¿ Que querías que hiciéramos ?

- ¡¡ No lo sé, que tal si... !! ¿¡ AYUDABAN A GINEBRA A CURASE Y YA DESPUÉS COMÍAN COMO CERDOS !?

- ¿ Cómo lo haríamos ? El rey Arturo nos dijo que - la sirvienta se tapo la boca con ambas manos.

Lancelot sintió que sus venas estaban por estallar y sus músculos en ese momento iban a implosionar. Volteo a ver a la criada con una mirada asesina mientras ella solo temblaba de miedo.

- Fuera.... - dijo Lancelot.

- ¿ Que dijiste ?

- ¡¡¡¡ FUERA !!!! - grito Lancelot quien hasta este punto sentía que podría descuartizar a Arturo sin piedad.

- ¡¡ NO TENEMOS UN HOGAR !! ¡¡ AQUÍ HEMOS VIVIDO LOS ULTIMOS DOS AÑOS !! ¿¡ QUE VAMOS A HACER DESPUÉS !? - pregunto una criada llorando.

- ¡¡ ESE NO ES MI PROBLEMA !!

Lancelot estaba furioso por la actitud de las sirvientas de Ginebra. No sabía que hacer, no podía matarlas, pero tampoco podía permitir que siguieran trabajando aquí, sin embargo, Ginebra se hizo cargo de la situación y hablo débilmente:

- Vayanse de aquí..... No.... No las quiero en mi casa.... Están todas.... Despedidas.

- ¡¡ Pero Lady Ginebra !! - gritaron las criadas al unisono.

Ginebra cerro nuevamente los ojos mientras todos la miraban sorprendidos. Lancelot se sentía aterrado, pero al ver que ninguna de las mujeres reaccionaba hablo moderadamente pero con una mirada asesina en sus ojos.

- La oyeron, largo de aquí.

La misma sirvienta de ojos azules hablo:

- Pero-

- LARGO DE AQUI.

Las mujeres se sentían todas asustadas, así que agarraron tanta comida como pudieron y se fueron del lugar a pesar del frío. Cuando todas salieron, Lancelot suspiro y vio con preocupación a Ginebra e inmediatamente la llevó a su cuarto donde la recostó mientras colocaba suavemente pañuelos blancos en todas sus heridas.

Lancelot no había estado así de desesperado en su vida, no sabía que hacer, la mente le daba vueltas mientras intentaba encontrar una solución para ayudar a Ginebra, pero por más que lo intentará sus pensamientos no eran capaces de ordenarse. Pensó un rato hasta que recordo de un elixir que su tío King le había regalado en su noveno cumpleaños, gotas extraídas de los lirios de fuego, capaces de curar heridas.

Lancelot x ginebra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora