Lancelot x ginebra

Capitulo 22

- ¡¡¡ LANCELOT !!! ¡¡¡ LANCELOT PORFAVOR, AYUDAME !!! - gritaba Ginebra entre lágrimas.

El rubio se despertó al escuchar los gritos de su pareja. Estaba confundido, hace un rato estaba oscuro y se había acostado con Ginebra y de repente, ya era de día, pero el día estaba nublado lo que le daba una sensación de tristeza inexplicable.

Se sentó en la cama mientras miraba el cielo por la ventana, se podía sentir que el día era frío, triste y solitario. Estaba perdido en sus pensamientos cuando el grito de Ginebra lo devolvió a la realidad :

- ¡¡¡ LANCELOT !!! ¡¡¡ GALAHAD NO ESTA !!!

Esas palabras activaron los sentidos de Lancelot, quien se volteo a ver a su lado, dónde se encontraba Ginebra de rodillas en el piso junto a la cuna vacía de su hijo. Se paró rápidamente, tratando de creer que lo que estaba viendo ante sus ojos no era cierto.

Corrió hacia la cuna y se asomo incrédulo, tratando de buscar entre las sábanas a su hijo, inclusive busco debajo del colchón, pero sus intentos eran en vano, su hijo no estaba en ninguna parte, y en medio de la desesperación Lancelot también comenzó a derramar lágrimas.

Se agarró la cabeza y el cabello con fuerza, ¿ Por qué le estaba pasando esto a el ? ¿ Jamás podría ser feliz ? ¿ Dónde estaba su hijo, su pequeño Galahad ? El ya se había imaginado toda la vida de su bebé junto a ellos, pero al parecer eso ya no podría ocurrir, su hijo estaba desaparecido y no tenían ni la menor idea de donde podía estar.

- ¡¡¡ GINEBRA !!! ¿¿¡¡ QUE PASO CON GALAHAD !!?? ¿¿¡¡ DONDE ESTA MI HIJO !!?? - grito Lancelot entre lágrimas.

Ginebra quien aún se encontraba en el suelo le entrego una carta pequeña a Lancelot y siguió llorando.

Lancelot desató la carta rápidamente y había una pequeña nota.

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¡ Sorpresa ! ¿ Están sorprendidos ? Su pequeño recién nacido ya no está con ustedes, ¿ Se siente feo, verdad ? Otra sorpresa : Yo lo tengo, y les aseguro a los dos que no lo volverán a ver en mucho, mucho tiempo, porque el pequeño Galahad pasará el resto de su vida vil e  insignificante en el castillo de Camelot, dónde será entrenado para odiarlos a los pecados capitales y los jinetes del apocalipsis, ¡ Que tengan una muy bonita noche !

De:

Arturo Pendragon

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Lancelot arrugó el papel con enojo, Arturo lo había hecho de nuevo, le había quitado algo preciado para el. Primero se había llevado a su maestra, luego mato y secuestro dos veces al amor de su vida, y ahora había tomado como rehen a su hijo recién nacido, a su pequeño Galahad.

- ¡¡¡ LANCELOT !!! ¿¿¡¡ QUE VAMOS A HACER !!?? ¡¡¡ NUESTRO HIJO..... CON ARTURO !!! ¡¡¡ NO TIENE NI SIQUIERA UN DIA DE NACIDO !!!

Ginebra lloraba sin control en el piso, le dolía la cabeza de tanto llorar, y se sentía débil de pies a cabeza, no solo porque había dado a luz ayer, si no porque el dolor de la separación de su hijo le estaba afectando demasiado.

Lancelot se arrodilló junto con ella y la abrazo, también entre lágrimas, ambos no podían creer que esto les estuviera pasando a ellos.

En ese momento tocaron la puerta.

- ¿ Lancelot ? Soy yo, Tristán, ¿ Que está ocurriendo ?