Capitulo 26

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¿ Un hombre, caballero sacro, jinete profetizado para salvar al mundo, debería elegir el amor o elegir su obligación ? ¿ Si elegía las obligaciones era porque era digno de ser un caballero sacro ? ¿ Y si escogía su amor.... Estaría haciendo lo correcto ?

Esas eran las preguntas que Lancelot se estaba formulando en su cabeza. Era un jinete del apocalipsis, su deber era traer paz al mundo, velar por la seguridad de la gente, era algo que siempre había tenido en claro, pero su corazón era débil, y en cuanto al amor, sus sentimientos lo dominaban en ese momento mientras observaba al amor de su vida frente a el, está vez no como pareja, si no como enemigos. Ninguno apartaba la vista de el otro, Lancelot la miraba con enojo y con preocupación, y Ginebra lo observaba con una sonrisa burlona. Sus compañeros de equipo estaban junto a el, parados en el castillo de Camelot ya reconstruido, pero eso poco podia importarle a el, toda su atención estaba fija en la actual reina del Caos.

- Admito..... - dijo Ginebra - que tienen mucho valor para venir aquí.

Ella soltó una pequeña risa que hizo enojar aun más a Lancelot, quien estaba a punto de estallar de ira.

- Sal de ese cuerpo - dijo el rubio enfadado - sal de el cuerpo de Ginebra, no te pertenece.

- ¿ Y si no lo hago ? ¿ Que harás ? ¿ Vas a matarme ?

Lancelot apretó con fuerza su lanza.

- Claro que no puedes - dijo ella - nunca serías capaz de hacerle daño a tu amorcito.

- ¡ Cállate !

- Te había dicho que teníamos que matar al Caos cuando teníamos oportunidad - dijo Tristán de " brazos " cruzados.

- Silencio todos - dijo Ginebra - será mejor que se vayan de aquí, de lo contrario.....

- ¿ Nos vas a matar ? - pregunto Gawain sarcásticamente.

- No, este niño morirá.

Ginebra agarro a Galahad por uno de sus pies, haciendo que el bebé llorara del dolor al sentir que agarraban su pequeño cuerpo con brusquedad. Lancelot abrió los ojos como platos y se pudo notar que en sus ojos un intenso brillo se estaba formando. Apretó las manos con fuerza y la ira invadió todo su ser mientras veía a " Ginebra " con completo enfado.

Soltó su lanza en ese momento y corrió rápidamente con ellos, dándole una patada a Ginebra que la mando a volar y agarrando a su bebé en brazos. Mientras Galahad lloraba, Lancelot lo consolaba con una sonrisa, y Ginebra escupía sangre y se apretaba el estómago, miraba a  Lancelot con evidente desprecio al ver que aunque estuviera en el cuerpo de la persona que el amaba, no había dudado ni por un segundo elegir a su hijo en lugar de ella.

- Para que aprendas - dijo el rubio con desprecio - con mi hijo nadie se mete, y a mí mujer nadie la toca.

- Y aún así no dudaste en patearme con sorprendente fuerza - dijo con una sonrisa.

- Obvio, no eres Ginebra, solo una maldita perra desgraciada que tomo su cuerpo - dijo con una sonrisa burlona.

Ginebra arqueó una ceja.

- Presumido - dijieron Gawain y Tristán a la vez.

- ¡ Bueno ! ¡ Vamos a acabarla en este instante, que yo ya me quiero casar con Nasiens ! - dijo Percival emocionado.

- Esa es la actitud, Percy - dijo Lancelot con una sonrisa decidida - terminemos con esto y así te casas con mi prima, Gawain comerá pudin, Tristán sera feliz con Isolda, y yo recuperaré a mi mujer y volveremos junto a nuestro hijo.

El Caos, enojada, comenzó a atacar salvajemente a los cuatro jinetes, todos esquivando con dificultad los ataques menos Lancelot, quien se esforzaba por proteger a Galahad del campo de batalla, pues se encontraba arrodillado en el piso ocultando a Galahad en su ropa mientras el recibía todos los ataques. El Caos realmente se encontraba molesta, ya habían interferido mucho en sus planes, había intentado de todo para lograr su cometido, pero los cuatro jinetes siempre encontraban una forma de arruinar sus planes. Lancelot seguía en el piso protegiendo a su hijo y se volteo a ver al Caos, sonriéndole burlonamente, enojado aún más a la entidad.

Lancelot x ginebra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora