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2024.

El olor a detergentes, alcohol y hospital en general, le daba náuseas, muchas náuseas.

Estaba en las sillas metálicas esperando a que su mejor amigo saliera del consultorio frente a él. Llevaba alrededor de media hora o más, no estaba estresado o ansioso porque saliera rápido, sabe que su amigo necesita tiempo y con ayuda de la doctora, podrá avanzar.

En su caso las cosas no iban tan bien. Acepto el tratamiento y la operación, pero muy en el fondo no los quería, no los quiere, pero seguirá luchando por su hija, su Sunnie.

Al principio creyó que los dolores de cabeza eran por todo el estrés que conlleva ser él, ser Min Yoongi, pero no. Es un tumor, un maldito tumor cerebral. Joder.

Aun recuerda las lágrimas de su hija cuando lo escucho hablando por teléfono con su primo, con quien no hablaba desde hace un tiempo, el que realmente decidió ser feliz y se alejó de toda la familia.

Siempre se preguntaba, si él hubiese decidido ser feliz y no hacer a otros feliz ¿habría causado tanto daño? Quiere creer que no, pero algo en lo que es fiel creyente, es en el destino. Porque aunque él no haya querido hacerle daño a Jungkook, si no era en ese momento, sería antes o después, porque es parte del destino.

Es parte de aquel libro de vida de ellos dos, conocerse, enamorarse, hacerse daño y irse. Aunque uno sufrió más que otro a vistas externas, la verdad es que ambos sufrieron por igual. Porque se amaban y se hicieron daño.

Yoongi observó a un joven alto, con ropas anchas deportivas y cabello rubio, hablar por móvil. Se sorprendió al ver de perfil al rubio sentarse junto a él.

– Jungkook – susurró. Pero vaya que Jeon seguía teniendo un increíble oído, porque lo escuchó.

–Oh – se sorprendió. – Yoongi hyung.

Yoongi quería sonreír, enserio, pero escucharlo decirle 'hyung' solo le trajo recuerdos que lo querían hacer llorar. Últimamente estaba muy sensible.

—Hyung, ahora te hablo... Si, si, estoy aquí, cuando salga te llamare... No pasa nada, Rosie las tiene, no te preocupes... Vale, te llamare luego... Vale, adiós. – cortó la llamada y miró al pelinegro sentado junto a él. –¿Que haces aquí, hyung, estas enfermo?

Y Yoongi cayó en cuenta de donde estaba, esperando a quien y de la persona que tiene al lado. Joder.

NamJoon lo mataría si ve que Jungkook, el novio de su hermano, estaba allí, sentado junto a él, en el área de psicología y psiquiatría. Realmente no lo perdonaría si su hermano se llega a enterar de su intento por irse de este mundo.

–¿Si me escuchas? – miró a Jungkook. ¿Le estaba hablando? – ¿Te sientes mal?, ¿Llamo a una enfermera?

–¿Para que? – soltó de golpe. Jungkook parpadeo y su sonrisa flaqueo. – Lo siento, estoy algo distraído, me duele mucho la cabeza.

– Ohh entiendo, ¿Quieres una pastilla? – el pelinegro negó.

–No, esta bien, gracias. – lo miro. –¿Tú que haces aquí?

– Te pregunte lo mismo y no me respondiste. – Jungkook rió. – Noona tiene una receta para mi sobrina, vine a buscarlas porque Baek hyung esta ocupado al igual que Chan.

Yoongi asintió. – Pensé que venías por algo que te sucedió a ti. – Jungkook negó.

–Para nada, yo estoy bien. Es solo que Hee esta demostrando ansiedad desde lo que paso antes y su terapeuta es amiga de mi terapeuta, así que le deja las recetas a Rosie y luego cuando alguno puede viene a por ellas. – Explicó. Yoongi asintió.

I Got My Eyes On You. 《TaeKook-YoonKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora