Capíтυlo 18. 00: <De visita al médico>.

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Treѕ мeѕeѕ de eмвarazo

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Treѕ мeѕeѕ de eмвarazo.

—¡Muy buenos días! —El médico Alfa encargado del embarazo de JiMin hasta que éste dé a luz, hace acto de presencia en su consultorio. Ha entrado echando brillitos por aquí y brillitos por allá, con una sonrisa tan radiante que llega a cegar.

—Buenos días —JiMin aplaude entre risas desde la camilla, siendo contagiado por la buena vibra y humor del médico.

—Oh, veo que trajiste contigo a tu Alfa, ¿no es así? —el médico indaga, mirando curioso al Alfa extremadamente pálido que le está dando la espalda—. ¿Por qué está así? ¿Lo regañaste o sólo es muy feo?

—Por supuesto que no —niega JiMin con diversión—. Es sólo que él es bastante tímido y...

—¿Feo? ¡Feo tendrás los pelos del culo, infeliz! —YoonGi interrumpe muy ofendido a su novio, para defenderse de los ataques del médico—. Ya quisieras tener esta carita de ángel una sola noche.

—Y veo que tiene la lengua muy larga —el médico ríe malvado, pero lo oculta cubriéndose la boca con la tabla de apuntes—. ¿Le medirá más que su estatura? ¡Já!

—¡Ahora sí sacaste boleto, cabrón!

JiMin forma una línea recta con sus carnosos labios carmesí. Sus ojos de palometa se percatan de que su Alfa intolerable al mundo entero se levanta del banquillo a su par para irse con todo hacia el médico.

Por un lado, tenemos al Alfa médico que mide un metro con noventa y ocho, tan atractivamente musculoso que por ello es que no está soltero. Por otro lado, tenemos a YoonGi con su metro y setenta y cinco centímetros, que en lo único en lo que le gana al médico es en el color de piel lechosa.

Igualmente, son un par de guapos.

El médico se baja un poco sus lentes para contemplar a YoonGi tratando de morder uno de sus brazotes, como perro con rabia. El médico se rasca la nariz, esperando pacientemente a que YoonGi termine con su vil ataque para poder atender a JiMin.

—Qué chistoso es tu novio —el doctor, que según su carnet se apellida Park, comenta riendo—. ¡En fin!, vamos a ver cómo está tu bebé.

—Por supuesto —JiMin asiente realmente emocionado—. Alfita, ven aquí.

—Vas a caer, poste con patas —le jura YoonGi al médico, señalándolo con el dedo índice y mirándolo con los ojos entrecerrados—, vas a caer.

A continuación, YoonGi llega corriendo de regreso al banquillo ubicado a la par de la camilla en la que su novio yace acostado. YoonGi toma asiento de modo en que le da la espalda a la pancita de su novio, a la pantalla que muestra a las crías y al doctor brillitos.

Es la única solución que YoonGi encontró para poder asistir con su novio a la cita médica, pero sin que sufra de desmayos por ver una pancita desnuda del tamaño del Pangea y un extraño y muy horripilante ser diminuto por medio de una pantalla.

—Disculpe a mi Alfita, doctor —JiMin le pide a su médico junto a una sonrisa tímida—. Él es muy hiperactivo.

—Yo tengo un hermano gemelo que también era igual de hiperactivo, ¿sabes? —le comenta el médico mientras le unta un gel frío en la pancita—. Estuvo encerrado en un psiquiátrico por dos años y ahora es... como tu novio.

—Mi novio es un lindo, ¿sabe? —añade antes de voltear a mirar a su Alfa con un brillito en los ojos.

—Bueno, todos tenemos gustos cuestionables, ¿sabes? Hasta yo, que soy completamente cuerdo y no tengo problemas de temperamento —bromea el médico—. Mi Omega es un albino que le gusta camuflarse con la pared para espiarme y cerciorarse de que no tenga amantes.

—No se puede juzgar a quien es tan ingenioso.

—¡Lo sé!

—¿Están coqueteando a mis espaldas o por qué tantas risas, doctor brillitos? —YoonGi interviene en la platica gruñendo ferozmente—. Consíguete a otro pequeño JiMin, porque este es mío.

—¡Já! Que divertido es tu cloro vencido... Digo, tu novio.

YoonGi le responde al médico por medio de una pedorreta. YoonGi decide actuar como el adulto que es y comerse una mandarina para pasar tantos disgustos. Aunque tendrá que comer con la mano izquierda, porque la derecha está siendo fuertemente sujetada por su novio.

YoonGi tiene que confesar algo; en realidad, conoce al médico de su novio de otro lugar, uno muchísimo más oscuro de lo que muchos pueden imaginar. Bueno, ¡no tanto! Lo cierto es que los dos coincidieron en una charla sobre reflexiones para controlar el enojo.

YoonGi tiene que confesar algo más; ¡ese médico con estatura de poste le cayó de la patada desde un inicio! El sujeto es tan molesto que una vez se agarraron a golpes... Los dos terminaron cayendo de un edificio de diez pisos directo a la alberca.

¿Suerte o tiempo para redimirse?

—Todo parece estar en su debido orden —informa el médico Park, observando al feto por medio de la pantalla—. Tu bebé se está desarrollando bien.

—¿Y todavía no podemos saber el género de nuestro bebé? —quiere saber JiMin, que ansía decorar la habitación en la que su cachorrito o cachorrita dormirá.

—Posiblemente el otro mes lo sepas —le responde el médico—. Por el momento, lo único certero es que está todo en orden.

—¿Escuchaste eso, Alfita? ¡Nuestro bebé está sano! —exclama rebosante de felicidad.

—¡Eso es genial! —YoonGi también exclama, aún de espaldas—. Se va a llamar Mandarina Segunda... o Mandarino Segundo, si es cachorro.

Tanto JiMin como el médico arrugan la cara, ciertamente reacios a los nombres creativos que YoonGi planea ponerle a su cría. Qué horror.
































Un Alғa lιgeraмenтe тraυмado. ♡&lt;&lt;𝒀𝒐𝒐𝒏𝑴𝒊𝒏&gt;&gt;♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora