Un Alғa lιgeraмenтe тraυмado. ♡<<𝒀𝒐𝒐𝒏𝑴𝒊𝒏>>♡

Capíтυlo 08. 00: <Una visita a la cárcel>.

Un мeѕ de eмвarazo.

—¿Es que sabes cuál es tu problema? Que confundes a tu corazón con el Arca de Noé y te la pasas metiendo a puro animal a tu vida.

—¿Y qué debo hacer en ese caso?

—Suéltalos y que el diluvio se los lleve. Quiérete.

YoonGi sonríe orgulloso de sus consejos e hincha su pecho cual palomo, cuando sus compañeros de celda le aplauden maravillados por su experiencia en el tema del amor —ha tenido una pareja durante sus años de vida, que es su pequeño JiMin— del que han estado hablando.

YoonGi debería estar sumamente preocupado de lo que le va a deparar el destino de ahora en adelante, tras ser acusado y demandado por el camionero de la vez pasada. Sin embargo, YoonGi no podría perderse entre la locura si tiene como compañeros de celda a dos Omegas.

Es decir, el par de Omegas llegaron después de él. Uno de ellos se desató en llanto, no porque fue encarcelado, sino porque cachó a su novio besuqueándose con otro Omega en una fiesta. YoonGi entonces decidió darles consuelo a ambos con algunos consejitos como Alfa.

Los tres están sentados en la cama de piedra que posee la celda. YoonGi está en medio de los dos Omegas. Llevan como dos horas hablando de un tema tras otro. Han congeniado bien los tres. Podría llegar a ser una amistad, incluso, cuando los tres salgan de ahí..., si es que YoonGi sale.

—Min YoonGi, tu abogado está aquí —informa el oficial que custodia la celda.

—¿Papá...? Digo, ¡abogado! —YoonGi exclama feliz.

Se levanta de la cama de piedra y corre directo a las puertas de rejas, en donde su abogado, que no es más que su papá Alfa con un bigote falso y una peluca mal puesta, lo está esperando llevando consigo un portafolios vacío.

¿Por qué MinSun está fingiendo ser abogado? Muchos han de preguntarse. Bueno, es que NamJoon no logró localizar al abogado mañoso y el caso de YoonGi podría ser realmente serio, por lo que MinSun no se quedó con los brazos cruzados esperando a que su cría sea acusada injustamente —no tanto—.

Por suerte para MinSun y su hijo, MinSun tiene algunos conectes en la comisaría, gracias a que de joven se la pasaba más en una celda que en su casa. Así que MinSun tiene la certeza de que el problema de YoonGi podrá ser resuelto pronto.

—¿Cómo va mi caso? —pregunta YoonGi intrigado y, a su vez, ansioso.

—Joven, le voy a ser sincero —le dice MinSun a su cría, con una voz fingida—, si puede escaparse del país, hágalo.

—¿Qué? ¿Tan así? —YoonGi se muestra incrédulo, aferrando sus manos a las tubos de la puerta. De pronto ve al techo—. Señor, cuando te pedí abundancia, no me refería a las cadenas perpetuas.

—Ay, es broma, tonto —MinSun se echa la carcajada de su vida—. He logrado salvar tu pellejito, bebito.

YoonGi suelta todo el aire que retuvo en los pulmones a causa de creer que pasaría el resto de su vida en la cárcel, sin poder estar más con su Omeguita y su cachorrito. YoonGi es de vida.

MinSun se acaricia su bigotito falso mientras ve a su hijo darle las gracias al cielo por su salvación, siendo que él es quien está haciendo tantas vueltas para que salga de ahí.

YoonGi tendría que ser hijo, siempre de malagradecido.

—Gracias a tu testimonio y a las cámaras de seguridad de la tienda, se logró demostrar que tú sólo te estabas defendiendo —le explica a YoonGi—. Así que se van a retirar los cargos en tu contra. Vas a salir en libertad muy pronto, pero...

—¿Qué tan pronto es pronto? —YoonGi lo interrumpe, queriendo saber—. Porque el pequeño JiMin no sabe que estoy aquí.

—¿Y por qué no le has dicho? —cuestiona con la expresión ceñuda.

—No quería decir esto, pero... estoy sufriendo de violencia doméstica. ¡Me va a golpear si se entera! ¡Podría matarme, despedazarme y enterrar mis partes por todo el patio de nuestra casa! —YoonGi lo exagera todo, como siempre. Ciertamente exaltado escabulle las manos entre las rejas y toma a su papá de la corbata, desesperado—. ¡¿Por qué nadie se da cuenta de que mi final es trágico?! ¡Voy a morir en unas manos pequeñitas y gorditas que pellizcan duro!

MinSun ve a su hijo de la mima forma en que JoonKi, su esposito, lo ve a él cuando sale con sus ataques de histeria —que no tiene, porque todo es un invento del gobierno—. MinSun ve a su hijo y se pregunta muy seriamente por qué YoonGi es así.

¿De dónde ha de provenir la neurótica personalidad de YoonGi? ¿Será algún hechizo lanzado de bebé por alguna bruja? ¿Será cuestión de sangre? Pero, de ser así, ¿quién le pudo heredar a YoonGi sus problemas dignos de estar en un psiquiátrico?

MinSun debe de investigar el árbol genealógico de su familia, sí.

—Tienes que darle una compensación por daños cerebrales.

—¿Por qué?

—Porque le dejaste ir una piedra y tocaste uno de sus nervios.

—¿Saldrá muy caro? Dime la verdad.

—Posiblemente todo un año de tu salario.

—La puta... ¿Me haces un préstamo?

—Sí. Tu abogado te hará un préstamo aun sabiendo que no le vas a pagar.