YoonGι eѕ υn Alғa qυe тιene υn ѕevero тraυмa con тodo lo qυe тιene qυe ver con el eмвarazo y JιMιn, ѕυ novιo Oмega y aмor de ѕυ vιda, ¡eѕтá мυy eмвarazado!
He aqυí υna peqυeña нιѕтorιa ѕoвre el eмвarazo de Parĸ JιMιn y el cóмo ѕυ novιo тraтa de ѕalι...
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Seis мeѕeѕ de eмвarazo.
—Menuda mierda, ¿eh? —murmura YoonGi en tanto toma asiento a la par de BeomGyu—. Aterricé de cara y sin casco.
—¿A qué te refieres, Hyung? —BeomGyu ladea la cabeza. Arruga ligeramente el ceño, desentendido.
YoonGi niega en respuesta. Tal parece que no logra reunir las palabras para expresar en voz alta qué tan miserable y desgraciado se siente. Pero, si pudiese elegir un sinónimo, escoria humana sería.
Él cierra los ojos por un instante y se lamenta mediante un suspiro. Su gesto ha cambiado drásticamente. La culpa y el arrepentimiento nublan sus facciones. Es como que se halla dentro de un trance.
Le cuesta creer el daño brutal que le ha hecho a la persona y a la personita por las que daría su vida entera. Tan sólo tuvo que escuchar sus problemas en la boca de otra persona para entenderlo todo.
—El pequeño JiMin tenía razón; no estoy cumpliendo con mis responsabilidades como Alfa —apoya la nuca en el filo del respaldar de la banca y murmura, aunque resulta más para sí mismo—. Nuestra relación se desplomó... por mi culpa. Dejé puros escombros.
Se detiene a contemplar un cielo radiante, con unos ojos allanados por lágrimas de triste culpa. Une sus manos sobre su estómago y comienza a recordar las palabras del pequeño JiMin, que antes no tenían ningún sentido para él.
—Qué feo se siente fallarle a la persona que amas —susurra y por la esquina de sus ojos se deslizan las primeras lágrimas—. Nunca frené a pensar en cómo se debe sentir él.
¿Cómo se ha de sentir el pequeño JiMin, cargando por sí solo con un embarazo y con todo lo que ello conlleva? ¿Cómo se ha de sentir el pequeño JiMin; sin apoyo moral, sin la compañía y sin el amor de su Alfa?
YoonGi no puede creer que realmente se estuvo portando como un gran egoísta, pensando solamente en sus problemas sin plantearse qué tanto le afectaban a su novio.
JiMin tiene que amarlo mucho para haber soportado tanto, ¿no es así?
—Mi pequeño JiMin —niega con lástima—, mi pequeña bebé.
—Yo... Bueno, algo me contó JiMin-Hyung sobre su separación. No sé mucho. JiMin-Hyung es muy reservado —comenta BeomGyu, usando un timbre de voz sutilmente comprensivo—. Pero, Hyungie, ¿no crees que podrías estar haciendo algo ahorita para enmendar tus errores en vez de sólo lamentarte?
—Pero ¿qué? El simple hecho de imaginar hablando de ese tema hace que entre en pánico, porque mi mente comienza a reproducir ese suceso y resulta tan aterrador —confiesa con la mano en el corazón, mas aceptarlo no lo hace sentir orgulloso—. Tengo tanto miedo. Estoy asustado. Siempre me imagino reviviendo ese momento y entonces me estanco.
Él voltea a ver a BeomGyu, cuando éste pone la mano sobre su muslo como compasion. BeomGyu le obsequia una sonrisa suave y comprensiva. Él se contagia, así que también sonríe..., aunque todo acaba en una mueca.
Sin embargo, BeomGyu no lo juzga ni lo cuestiona. BeomGyu decide reservar el silencio entre los dos, porque a veces eso ayuda a aclarar una mente cubierta de neblina, como está la de YoonGi justo ahora.
Entonces los dos se detienen a apreciar el riguroso cielo azúl y sus nubes blancas. En sus mentes, cada uno trata de darle forma a las nubes que pasan sobre ellos. Es divertido y acogedor.
—¿Sabes, Hyung? —BeomGyu dice murmurante, de modo en que el silencio no se espante.
—¿Sí?
—De niño, había un compañero Omega que me molestaba mucho, porque yo solía usar colitas en el cabello —relata, siempre admirando el hermoso cielo—. Un día, él me esperó al final de la clase junto a sus amigos... Arrancó mis colitas muy feo.
—¿Y qué hiciste? —quiere saber YoonGi, interesado en la historia.
—Lloré muuuuuucho esa tarde. No quise ir más a la escuela, así que le pedí a mis papás que me sacaran de ahí —responde sonriente, divertido por su propia historia—. Pero mi mamá me dijo que no debía huir de aquello que me daba miedo, porque el pasado te persigue si no lo resuelves en tiempo y forma.
—¿Entonces...?
—Ella me dijo que si tenía miedo de enfrentar a mi compañero, podía enfrentarlo con miedo. —Él gira la cabeza en dirección a YoonGi. Lo ve durante unos segundos y luego agrega—: Hyung, si tienes miedo de de hacerlo, entonces hazlo con miedo. No pasa nada.
YoonGi pasa revista hacia su gata naranja plácidamente dormida en su regazo. BeomGyu lo ha dejado sin palabras totalmente y completamente pensativo. BeomGyu ha logrado abrir su mente.
