Seis мeѕeѕ de eмвarazo.
—¿Podrías cancelar la sesión con el señor Lee, por favor? —JiMin le pide a su secretaria y recepcionista, ordenando sobre la barra de la recepción el expediente del paciente que recién acaba de atender—. Hoy quiero irme temprano a casa.
—Por supuesto que sí, doctor, con mucho gusto — Sana, su secretaria y recepcionista, asiente sonriente—. Por cierto, doctor, su... expareja lleva tiempo esperándolo.
—¿Qué? —es lo que suelta al azar mientras su entrecejo se arruga con desconcierto.
La amable y tierna Omega detrás de la barra de recepción, apunta con su dedo índice hacia la lujosa sala de espera. JiMin se contornea levemente, para divisar enmudecido a YoonGi tomando asiento en uno de los sillones con una revista en mano.
Sin querer, en JiMin, el fantasma de una sonrisa entre tristona y enternecida nace de sus labios, pues YoonGi no está leyendo como tal realmente. YoonGi está fingiendo leer una revista que tiene al revés. Además, YoonGi, de vez en cuando, asoma aquellos ojitos de Alfa arrepentido por sobre la revista.
JiMin había olvidado lo bello que su Alfa era.
JiMin suspira para sus adentros, con un sentimiento de nostalgia instalándose en su sensible pecho. ¿Debería seguir llamando a YoonGi ❝su Alfa❞? Su Omega interno es un tonto aferrado como él mismo.
—¿Debería hablar con él? —le pregunta a la bonita Sana, pidiendo su opinión cuando se devuelve a ella.
—Pues se ha portado muy bien..., aunque rompió el jarrón de la mesa por accidente y, al intentar tomar asiento, se fue con todo y el sillón para atrás —alega Sana, echándose una risilla—. Lo que quiero decir es que de verdad quiere hablar con usted, para haberlo esperado una hora entera así de tranquilito.
—Sí, él... suele ser paciente cuando se trata de esperarme —comenta con una sonrisa en el que su dije se adorna la nostalgia—. No es un don que todos los Alfas poseen.
—Lo sé. Los Alfas son taaaaaan impacientes y molestos. —La bonita Sana pone sus ojitos en blanco, negando ante la actitud que caracteriza a un Alfa—. Se sienten agujas; hincando a uno en las costillas.
JiMin emite una risita en conjunto con Sana.
JiMin le comunica a Sana que ha llegado su hora de almuerzo, por lo que puede abandonar la recepción para tomarse su debido descanso. Sana entonces se marcha, luego de despedirse de él con una sonrisa de oreja a oreja.
A continuación, una vez en la sala de espera está JiMin con su tonto Alfa únicamente, JiMin recurre a una postura más dura. Debe verse serio o, si no, YoonGi podrá creer que ha cambiado de opinión respecto al motivo de su separación.
—YoonGi.
—Mande.
—Al consultorio.
—Sí, pequeño señorito panzón.
JiMin decide reposar, no en su escritorio, sino en el cómodo sillón en el que suele estar cuando está en sus horas de terapia con sus pacientes. Le pide a YoonGi que tome asiento en el diván de color rojo vino, ubicado casi al frente del sillón en el que él está.
—¿Qué necesitas? —quiere saber, acariciando dulcemente la casita en la que su bebé habita.
—Pequeño JiMin, ha pasado casi un mes desde que estamos alejados. Yo necesito saber cuánto tiempo va a durar esto —YoonGi comienza diciendo. Tiene la mirada puesta fijamente sobre él, expresando un tipo de desesperación por su situación actual—. Pequeño JiMin, te extraño como no te haces una idea. Te necesito, bebé. Por favor, hablemos, ¿quieres?
YoonGi une sus manos, de manera en que le implora al pequeño JiMin. Sus ojos centellean cubiertos de pesadumbre y el más sublime remordimiento. Tan sólo le falta arrodillarse para que el combo de clemencia sea completo.
JiMin lo examina a profundidad. Sabe que YoonGi lo extraña, pues él también lo extraña y lo necesita. Mediante el lazo que los une, son capaces de percibir las emociones del otro. Los dos están mal, siempre deseando el momento en que puedan volver a estar juntos; como Alfa y Omega.
Pero las cosas no se resolverán simplemente extrañándose o amándose.
—Dime una cosa, en estas semanas que llevamos separados, ¿has buscado ayuda para el problema que te aparta de nosotros? —JiMin encuesta, usando un tono gélido. Se detiene un segundo a analizar el rostro de YoonGi y, cuando éste se queda mudo, él dice—: No, ¿cierto? No has tratado de hablar con un especialista sobre tus miedos. No has hecho nada productivo todo este tiempo.
—Yo... —YoonGi pretende justificar sus faltas. Sin embargo, no quiere meter excusas ni recurrir a las mentiras, pues éstas fueron las causantes de su separación en primer lugar. Entonces calla.
—De ser así, me parece que no tenemos nada de que hablar —decreta en lo que se pone de pie con las manos sobre su pancita de seis meses—. Hazme el favor de retirarte, y evita venir a buscarme al trabajo.
—Pero, JiMin —se queja YoonGi, que se pone de pie al mismo tiempo que él—. ¿Por qué eres tan duro conmigo?
—YoonGi, ¿qué es lo que esperas de mí? —exije entender, dolido con demasía—. Dime, sé honesto. ¿Qué es lo que quieres?
—Sólo necesito saber si me sigues amando, porque tengo miedo de que me olvides y decidas rehacer tu vida al lado de otra persona —YoonGi entonces habla con el corazón en la mano y lágrimas derrapando de sus ojos—. Es que... nunca nos hemos separado, nunca me habías tratado así y yo... siento que se te es tan fácil continuar sin mí mientras yo estoy muriendo cada día.
—No es fácil, bebé —él niega con un agobiante alambre de púas enredado en su garganta—. Yo también siento que muero.
Estando a la orilla del acantilado, JiMin se permite resbalar un poco. Finalmente, es un ser humano con debilidades y que posee un Omega interno que pide a gritos estar enrollado con su Alfa.
YoonGi se ha acercado a él y lo ha envuelto en aquellos brazos cálidos y acogedores, que lo hacen deshacerse en un suspiro de completo alivio y serenidad. Es un acto que los dos estuvieron necesitando durante todo este tiempo.
YoonGi, aunque sabe que saldrá de ese consultorio sin ser perdonado, procede a impregnar al pequeño JiMin con su olor a tierra mojada y café del negro, a fin de traerle paz. El pequeño JiMin se siente muy triste y desconsolado, por lo que YoonGi procura estabilizarlo con sus feromonas de Alfa ligeramente traumado.
—Te amo mucho, pequeño JiMin. Tú fuiste quien me recogió del patín eléctrico cuando me caí borracho.
—Yo también te amo, Hyung. Te amo demasiado. Por favor, haz algo para que volvamos.
—Yo... lo haré, pequeño JiMin.
¿Lanzarse de un edificio contaría como demostración de amor o es muy poco?
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Un Alғa lιgeraмenтe тraυмado. ♡<<𝒀𝒐𝒐𝒏𝑴𝒊𝒏>>♡
FanfictionYoonGι eѕ υn Alғa qυe тιene υn ѕevero тraυмa con тodo lo qυe тιene qυe ver con el eмвarazo y JιMιn, ѕυ novιo Oмega y aмor de ѕυ vιda, ¡eѕтá мυy eмвarazado! He aqυí υna peqυeña нιѕтorιa ѕoвre el eмвarazo de Parĸ JιMιn y el cóмo ѕυ novιo тraтa de ѕalι...