Capíтυlo 09. 00: <Un Omega endemoniado>.

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Un мeѕ de eмвarazo

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Un мeѕ de eмвarazo.

—¡En una relación, la base de la felicidad es la comunicación! —JiMin alega a gritos, tan rojo de la cólera que podría fácilmente explotar—. ¡¿Cómo te atreves a ocultarme cosas, Min YoonGi?!

—Amorcito, qué importa —ríe YoonGi, que se halla sudoroso y agitado ahí; arriba del tocador de JiMin, manteniendo una distancia entre ambos gracias a una escoba—. ¡Estoy libre, ¿ves?!

—¡Sin embargo, pudieron haberte condenado y yo no me habría dado cuenta, Alfa estúpido! —gruñe JiMin ferozmente. Su Omega interior está qué se retuerce de la ira—. ¡¿Cómo es que siempre te metes en problemas?!

—¡Yo no busco a los problemas, pequeño JiMin, ellos me buscan a mí! —argumenta YoonGi bajo su defensa, siempre tan cínico el bandido—. ¡Soy tan guapo que los atraigo!

—¡Maldita sea, Min YoonGiiiiiiiii! —JiMin empuña las manos con impotencia y pega un grito que, posiblemente, se escucha de aquí al otro lado del mundo; tan excesivamente agudo que su Alfa se termina cubriendo los oídos—. ¡Ven acá, grandísimo tonto!

—¡Aaaaaaaaah!

JiMin muestra todas las intenciones de bajar a YoonGi de su preciada mesa de maquillaje para reprenderlo con algunas jaladas de oreja. YoonGi, no obstante, resulta más ágil y veloz que JiMin. O sea, apenas JiMin lo coge por los tobillos pretendiendo jalarlo, YoonGi se baja por sí solo de la mesa de un salto únicamente.

He aquí en donde comienza la correteada por toda la habitación: YoonGi corriendo en círculos por su vida, gritando aterrorizado y paniqueado, pasando hasta por encima de los muebles, sintiendo que está huyendo de un asesino en serie que desea descuartizarlo cruelmente.

JiMin corre detrás de YoonGi, gritándole una sarta de insultos tan creativos que deja a YoonGi con la boca abierta. JiMin corre detrás de YoonGi mientras le avienta todo aquello con lo que se cruza, desde almohadas y zapatos hasta retrateras y adornos del tamaño de una mano.

—¡In nomine patris et filii et spiritus sancti! —YoonGi reza en voz alta, lloriqueando terriblemente intimidado en el proceso.

—¡Es mejor que ni le reces porque, a donde te voy a enviar, no lo necesitas! —comenta JiMin, aumentando la velocidad de sus piernas fuertemente trabajadas—. ¡Más te vale que te detengas, Min YoonGiiiiiii!

—¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Me están matando! ¡Llamen a la policía, a un exorcista, un manicomio, algo!

—¡Ven aquí!

—¡Aaaaaaaaah!

JiMin se sube a la cama, corre encima de ella, coge impulso y, a continuación, se encarama a la espalda de YoonGi exitosamente. Entonces YoonGi, que es un dejado dramático y exagerado, se acaba enredando con sus propios pies y cayendo de cara al piso.

JiMin no le permite a YoonGi siquiera vivir libremente de su nariz chopeada o degustar del sabor del piso ante tremendo beso, ya que JiMin lo ubica boca arriba de inmediato. YoonGi se desata en gritos, pidiendo ayuda incansablemente.

—¡Auxilio! ¡Me matan, me matan! ¡Tengo miedo! ¡Estoy viendo la luz al final del túnel! ¡Me muero! ¡Me muerooooooooo! —llora a moco tendido mientras se remueve sobre el piso cual lombriz, pues unas manos lo están ahorcando—. ¡He estado viviendo con un asesino en serio todo este tiempo! ¡Alguien tiene que hacer algo! ¡Me muerooooooo!

YoonGi va perdiendo la voz poco a poco y poco a poco deja de forcejear, de removerse como pez fuera del agua. YoonGi ha muerto hoy; treinta de julio del dos mil veintitrés, a las diez horas con seis minutos. Su muerte fue trágica, en su rostro inerte ha quedado la expresión de terror con la que fue asesinado.

¡Já! Pero no está muerto ni cerca de estarlo. El Alfa con problemas de histeria tiene vida para largo. Se sabe que todo lo exagera y lo dramatiza. Lo que pasó realmente fue lo siguiente:

En ningún momento JiMin le puso las manos en el cuello y comenzó a ahorcarlo. De hecho, en cuanto se dio cuenta de que YoonGi podía hiperventilar, JiMin se le quitó de encima para preparar una bolsa de papel. El culpable del ahorcamiento de YoonGi fue el mismo YoonGi; él propiamente se encajó las manos encima, pero ni siquiera impuso una minúscula de fuerza.

JiMin a veces piensa que el destino de YoonGi es ser actor, porque actúa tan bien el Alfa traumado.

—Estoy considerando llevarte a terapia, Alfa tonto. —JiMin vira los ojos y, más tarde, despierta a su novio de un cachetadón.

—Oh, he llegado al cielo — YoonGi murmura aparentemente moribundo, en su lecho de muerte. Una vez abierto los ojos, palpa el rostro de JiMin con la palma de su mano—. ¿Eres un ángel?

—Eres todo un caso —niega JiMin sin poder contener la risa—. No puedo enojarme contigo, Alfita.

—Pero ¿sí morí o no?

—No, tontito. Tú no puedes morir nunca.

—¿Entonces no eres mi angelito?

—Si tú lo quieres, sí.

—Aww... No, me dan miedo los ángeles.

JiMin pone los ojos en blanco por segunda vez, aunque enternecido por los miedos y traumas de su Alfa ligeramente traumado.




















Un Alғa lιgeraмenтe тraυмado. ♡&lt;&lt;𝒀𝒐𝒐𝒏𝑴𝒊𝒏&gt;&gt;♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora