Capíтυlo 25. 00: <Intento de reconciliación>.

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Cιnco мeѕeѕ de eмвarazo

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Cιnco мeѕeѕ de eмвarazo.

—Vamos, pequeño JiMin, ábreme la puerta, por favor. ¿No ves que podría morir de preocupación?

—¡Déjame solo con mi bebé! ¡Vete a dormir a otra habitación! ¡Hoy no quiero verte!

Pequeño JiMin, ¿por qué no quieres verme? ¿Es que ya no me adoras?

¡Por el infierno de Alexandrovich, dije que me dejes solo!

YoonGi se aparta de la puerta del baño, inmediatamente al retumbar la madera con aquello desconocido que JiMin aventó desde adentro del baño. YoonGi se lleva a sí mismo para atrás unos tres pasos, mirando perlejo la puerta.

Tuerce la boca en un gesto de tristeza e impotencia, porque simplemente no sabe qué hacer para que su novio salga del baño y puedan hablar más tranquilamente. Es que su novio está enloquecido. YoonGi nunca lo había visto así.

Es decir, YoonGi es de pelear y de discutir. Ante una mínima mala cara, YoonGi se exalta. Sin embargo, todo cambia cuando la discusión es con su novio. Con el pequeño JiMin, YoonGi se vuelve el ser más sumiso. No hace nada cuando el pequeño JiMin de pronto le grita y se enoja mucho con él, o cuando de pronto lo empuja o lo golpea cegado por el enojo.

Está bien. Los golpes del pequeño JiMin son como estrellarse contra él una bola de algodones.

—Pero, pequeño JiMin, a mí no me gusta dormir solo. Siento que me vigilan por las noches y que me van a jalar de los pies —se queja, una vez se vuelve a acercar a la puerta del baño—. A mí me gusta hacerte cucharita y abrazarte como peluchito, porque eres esponjosito y muy bonito y muy...

Guarda silencio de súbito. El pequeño JiMin se ha animado a abrir la puerta del baño y mostrarse ante él después de largas horas —veinte minutos—. Nota en el pequeño JiMin unos ojitos de palometa inflamados, rojitos y brillosos.

El pequeño JiMin se sujeta la pancita del tamaño del Big Bang con sus dos manos. Parece querer proteger a su bebé hasta de sí mismo. El pequeño JiMin está muy decaído y tristón. YoonGi sólo quiere apapacharlo; eso siempre funciona...

Pero no hoy, no esta noche que JiMin se siente más herido que nunca.

—Necesito mi espacio hoy. Si tú no te vas a dormir a otra habitación, lo haré yo —dice, cuando envía lejos a YoonGi de un sólo empujón—. No estoy para seguir con este tema. Yo ya dije lo que debía decir.

—Pero es que ni siquiera me has dejado explicarte. —Los ojos gatunos de YoonGi expresan aflicción.

—Si tu explicación es a base de mentiras, prefiero no escucharte —le responde a su Alfa antes de esquivarlo e irse hacia la cama.

—Pequeño JiMin, ¿por qué me tratas así? —pregunta YoonGi y, a su vez, la voz se le quiebra—. Se siente muy feo viniendo de ti.

JiMin se echa una risa irónica apenas perceptible, pero no abre la boca a fin de refutar algo. JiMin, únicamente, coge una almohada y una de las colchas. Se las entrega a YoonGi de mala manera, significando que no será él quien se vaya a dormir a otra habitación.

JiMin necesita quedarse en la cama con la que ha dormido con su Alfa por años. Es ya como un nidito para él, sólo es cuestión de esparcir algunas prendas de su Alfa y entonces podrá conciliar el sueño perfectamente. Pero no es algo que hará estando YoonGi ahí.

—Ha pasado más de un mes en que has puesto distancia entre los dos. Ya no me besas, ya no me abrazas y ya no me haces cucharita a la hora de dormir —le recuerda a YoonGi mientras él se va acostando, con mucho esfuerzo por su pancita, sobre la cama—. ¿Crees que no lo he notado? Te has vuelto tan indiferente y distante. Siempre huyes de mí y metes excusas para no volver temprano a casa.

—Es sólo que... he entrado en pánico últimamente —murmura YoonGi, que está paradote frente a la cama, aferrado a la colcha y a la almohada—. Yo te amo, pequeño JiMin. ¿Qué puedo hacer para que lo entiendas?

—Yéndote a otra habitación y dejándome dormir tranquilo, con mi cachorrita —es todo lo que dice, pues luego le da la espalda a YoonGi fingiendo querer dormir.

YoonGi da un suspiro largo y pesado mientras agacha la cabeza. Ha entendido finalmente que no habrá reconciliación esta noche, por el hecho de que su novio está realmente muy enojado y herido. YoonGi lo comprende.

Se da la media vuelta para entonces salir de la habitación y realizar lo que su novio le pidió; irse a otra habitación y dejarlo dormir con su cachorrita. Camina cabizbajo hacia la salida, como una simple alma en pena merodeando por aquí y por allá.

Antes de cerrar la puerta una vez cruzado el marco, le da a su novio una última miradita, con la esperanza de que éste le diga que sí pueden dormir juntos. Pero, cuando su novio no mueve un sólo músculo, él abulta los labios con el corazón apachurrado.

—Buenas noches, pequeño JiMin, sueña conmigo así como yo siempre sueño contigo —otorga sus buenos deseos, aunque con la voz a un hilo de romperse—. Si de pronto quieres que te hagan cucharita o-o necesitas algo..., sólo llámame.

A continuación, cierra la puerta y se va corriendo a otra habitación hecho un valle de lágrimas. Entra a la habitación vecina, se desplaza a paso rápido y, finalmente, se desparrama en la cama boca abajo. Estando ahí, comienza a patalear, golpeando la cama con sus puños y sus pies.

Se le da por morder la almohada para reprimir sus grititos.

—Me van a dejar —llora entre sollozos, pataleando sin final, pero ahora boca arriba—. Voy a ser un abandonado.

¿Eso le estará pasando por burlarse del líder Omega de la pandilla de Omegas, que es otro abandonado?

¿El karma existe?











Un Alғa lιgeraмenтe тraυмado. ♡&lt;&lt;𝒀𝒐𝒐𝒏𝑴𝒊𝒏&gt;&gt;♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora