Capitulo 10

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Los padres de Kaito se preocuparon aún más cuando escucharon un ruido extraño en su cuarto. Trataron de abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave. Decidieron romper la cerradura y entrar.

Lo que vieron les heló la sangre. Kaito estaba sentado en una silla, con una cuerda alrededor de su cuello. Estaba intentando suicidarse.

Su madre gritó y corrió hacia él, mientras que su padre llamaba a emergencias. Lograron quitarle la cuerda del cuello y abrazarlo, tratando de calmarlo.

"Kaito, hijo, no hagas esto", le decía su madre, llorando. "No te rindas. Hay ayuda disponible. Puedes superar esto".

Kaito se desmoronó en sus brazos, sollozando. "No puedo vivir sin Akane", decía. "No puedo soportar el dolor".

Sus padres lo abrazaron fuerte, tratando de transmitirle su amor y apoyo. "Estamos aquí para ti, Kaito", le decían. "No estás solo. Vamos a superar esto juntos".

La ambulancia llegó pronto y se llevaron a Kaito al hospital. Allí, recibió tratamiento psicológico y apoyo para superar su depresión y dolor.

Pero el camino hacia la recuperación sería largo y difícil.

Yui se enteró del intento de suicidio de Kaito a través de un amigo en común. Se sintió conmocionada y llena de culpa. Se dio cuenta de que su comportamiento había contribuido al dolor y la desesperación de Kaito.

Yui decidió visitar a Kaito en el hospital, a pesar de que sabía que él no quería verla. Quería disculparse y tratar de enmendar el daño que había causado.

Cuando llegó al hospital, Yui se encontró con los padres de Kaito en el pasillo. Estaban visiblemente preocupados y cansados.

"¿Qué haces aquí?", le preguntó la madre de Kaito, con una mezcla de tristeza y enfado.

Yui se arrodilló y se disculpó. "Lo siento mucho. Me arrepiento de todo lo que hice. Quiero ver a Kaito y pedirle perdón".

El padre de Kaito la miró con dureza. "No sé si es una buena idea. Kaito está muy dolido".

Pero Yui insistió. "Por favor, déjenme verlo. Quiero tratar de enmendar el daño que causé".

Finalmente, los padres de Kaito accedieron. Yui entró en la habitación de Kaito, que estaba sentado en la cama, mirando al vacío.

"Kaito", dijo Yui, con voz temblorosa. "Lo siento mucho. Me arrepiento de todo lo que hice. Por favor, perdóname".

Kaito la miró, con una expresión vacía. "¿Por qué viniste aquí?", le preguntó.

Yui se acercó a él y se arrodilló. "Quiero enmendar el daño que causé. Quiero ayudarte a superar esto".

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