Capitulo 81

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Después de disfrutar de la playa y el sol en Cancún, Hana y Ren decidieron seguir con su itinerario de visitar los lugares turísticos que habían planeado. Una chica mexicana de Cancún, llamada Sofía, les recomendó que visitaran la Ciudad de México, específicamente el Distrito Federal.

"Deben ir a la Ciudad de México", les dijo Sofía. "Hay mucho que ver y hacer allí. Les recomiendo que visiten el Palacio de Bellas Artes, es un lugar increíble".

Hana y Ren se miraron entre sí y decidieron seguir la recomendación de Sofía. Tomaron un autobús hacia la Ciudad de México y, después de un viaje de varias horas, llegaron al Distrito Federal.

Al llegar al Palacio de Bellas Artes, se encontraron con una exposición de obras literarias de anime y manga, pero con un toque mexicano. Les llamó la atención que en México se les conociera como "cómics mexicanos".

"¡Esto es increíble!", dijo Hana. "Nunca había visto algo así".

Ren asintió con la cabeza. "Sí, es muy interesante ver cómo se fusionan las culturas".

Mientras exploraban la exposición, se encontraron con varios artistas mexicanos que habían creado obras inspiradas en el anime y el manga. Había desde cómics hasta esculturas y pinturas.

Hana y Ren se divertían mucho, admirando las obras de arte y hablando con los artistas. Fue una experiencia única y enriquecedora que nunca olvidarían.

Después de visitar la exposición, decidieron explorar más de la Ciudad de México, incluyendo el Zócalo, el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana. Fue un día lleno de aventuras y descubrimientos en una de las ciudades más vibrantes y cultas de México.

Después de explorar la Ciudad de México, Hana y Ren se enteraron de que la ciudad había cambiado su nombre de Distrito Federal a Ciudad de México. Mientras caminaban por las calles, se toparon con un joven que parecía estar promocionando sus libros en una pequeña mesa.

"¡Hola! ¡Bienvenidos!", dijo el joven con una sonrisa amable. "Me llamo Christopher Alexis López Araujo, un gusto conocerlos".

Ren y Hana se sorprendieron al escuchar el dialecto japonés perfecto del joven. "¿De dónde eres?", preguntó Ren con curiosidad.

"De aquí, de la Ciudad de México", respondió Christopher. "Me encanta la cultura japonesa y he estudiado el idioma desde hace años".

Hana se impresionó. "Tu japonés es de 100", dijo. "No puedo creer que un mexicano hable japonés tan bien".

Christopher se rió. "Gracias, me gusta aprender nuevas cosas. Y me apasiona escribir libros, especialmente de anime y manga".

Ren y Hana se interesaron en conocer más sobre Christopher y su trabajo. Se sentaron con él y comenzaron a hablar sobre sus intereses y pasiones.

Mientras hablaban, descubrieron que Christopher tenía 30 años y había empezado a escribir libros hace solo un año. Pero ya había publicado varios títulos y estaba ganando popularidad en la escena literaria mexicana.

"Es increíble", dijo Hana. "Tienes un gran talento".

Christopher sonrió. "Gracias, me esfuerzo mucho por crear historias que gusten a la gente".

Ren y Hana se despidieron de Christopher después de una hora de charla, pero prometieron seguir en contacto y leer sus libros. Fue un encuentro inesperado pero gratificante en la Ciudad de México.

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