Capituló once

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Advertencias: Narración explícita +18.
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—¿Entonces hablaron? —Seungmin preguntó tras no poder contenerse más la duda e intriga que sentía al respecto.

Ninguno de los dos sabría cómo describir a aquel extraño alfa. Al inicio Seungmin debía admitir que lo odiaba, y lo odiaba desde lo más profundo de su corazón, lo odiaba el doble porque sabía que Jeongin no lo haría pero ahora que pasaba el tiempo y comenzaba a ver las diferentes actitudes que el hombre tenía con su mejor amigo, se le dificultaba juzgarlo.

Hwang Hyunjin era una incógnita.

Jeongin soltó un suspiro jugando con su comida antes de negar.

—¿Entonces? —insistió el omega rubio. Jeongin intentó no reírse ante su impaciencia.

—Es extraño, no hablamos de eso pero si hablamos y creo que estamos bien fingiendo que nada pasó.

El omega no mentía. Aquella semana le había provocado todo tipo de sentimientos extraños y no quería pensar en ellos. No quería tener excusas para no irse una vez terminado el contrato.

—Fingiendo que nada pasó... —repitió su amigo mirándolo con una expresión difícil de descifrar.

—No me juzgues, Min... sé que no es lo ideal pero es perfecto así, esa semana fue un error y en especial, esa noche lo fue- nada de eso tiene porque volver a pasar o hablarse. —Seungmin no dijo nada permitiéndole desahogarse sin saberlo. —Yo no quiero estar casado con él y él no quiere estar casado conmigo. Ya acepté que en nosotros no hay y no habrá amor, debemos mantenernos como amigos y si eso significa fingir que nada pasó, lo haré sin problema para llevar la situación en paz.

—Pero en el proceso se han acercado.

—Lo hicimos, si, somos amigos o algo así. Somos cordiales el uno con el otro, eso... eso es suficiente para mí.

Seungmin le sonrió con ternura y asintió cambiando el tema a algo que no lo pusiera más triste, lo cual Jeongin agradeció mentalmente con el pulso acelerado ante el pensamiento constante de Hyunjin.

—Bien aún tenemos ese proyecto que entregar y...

Se desconectó por completo. Su día terminó fluyendo como si de un robot se tratase.

Fue como parpadear y al abrir los ojos ya estaba en casa. No quiso encerrarse en su habitación porque sabía que eso solo lo terminaría por deprimir por lo que sabiendo que estaba solo bajó hasta la cocina y se decidió por preparar un postre.

Cocinar era relajante. Podría pasar horas yendo de un lugar a otro cortando y batiendo, y eligiendo los mejores ingredientes para lo que necesitaba preparar. Le ayudaba a mantener la mente en blanco, que era algo que necesitaba mucho últimamente.

Hace días que no perdía el tiempo en algo tan banal como esto.

Batió la mantequilla hasta cremar y añadió el azúcar en un hilo batiendo simultáneamente en busca de deshacerse de los grumos grandes, agregó dos huevos y continuó batiendo. En el fondo desde su teléfono se reproducía algo de música que tarareaba sin prestar mucha atención.

El resto del mundo se había pausado en este momento.

Dejo la preparación inicial y corrió a derretir el chocolate que usaría. Lo derritió a fuego lento y sin ningún afán. Y cuando lo tuvo listo lo integró con una espátula a la mezcla principal a ello le siguió el cacao y la harina.

Y cuando menos lo notó, ya los brownies estaban en el horno y la casa se había llenado del aroma a chocolate.

Incluso el proceso de limpiar mientras su preparación estaba en el horno le agradaba. Se sentía mejor que llorar o pensar. Era la mejor forma de evadir la realidad.

Too sweet | Hyunin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora