Capítulo veintiuno

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Jeongin despertó con la boca pastosa y un horrible dolor de cabeza por lo que corrió al baño a bañarse y cepillarse la boca. Sentía su cuerpo pesado y adolorido. Los recuerdos de todas las emociones que habían recorrido su mente el día de ayer volvieron a él de una forma terriblemente dolorosa. Y se sentía terriblemente mal. Nunca antes había tomado y por como se sentía ahora sabía que no lo haría de nuevo nunca más. La tristeza e incertidumbre ahora se unían a un malestar físico y demasiado inequívoco. Parecía que el dolor de sus músculos era como un recordatorio físico de lo que pasaba en su corazón.

Honestamente todo dolía y se sentía tan harto. También ahora sabía lo equivocado que había estado en el pasado al creer que podría vivir así, solo disfrutando lo que el alfa le ofrecía sin ningún tipo de compromiso real.

Había sido ingenuo y ahora que sabía lo enamorado que estaba y lo difícil que sería sobrellevar otra situación como la de ayer es que lo descubría.

Debía hablar con Hyunjin y confesar sus sentimientos y afrontar las consecuencias de estos.

Quizás el alfa sería comprensible con ellos y pediría detener su cercanía física para evitar mayores confusiones o quizás estaría enfadado... Por su mente no pasaba una tercera posibilidad.

Lo creía tan imposible.

Al salir, se cambió por algo fresco y cómodo y bajo las escaleras medio somnámbulo.

No recordaba muy bien lo que había pasado ayer pero sabía que había bebido demasiado. Esa era la única respuesta para la resequedad de su garganta y el malestar tan físico que tenía. Su cabeza dolía horrores y la vista le molestaba.

Emborracharse era terrible, ¿Por qué la gente lo hacía?

Lo había hecho creyendo que le ayudaría a olvidarse un rato de lo que sentía pero parecía que no funcionó.

Había sido un día intenso y horriblemente pesado. El miedo que sintió, la angustia y la inseguridad lo habían golpeado de una manera como nunca antes. Y había entrado en pánico.

Al llegar al segundo piso se encontró de frente con el alfa. Hyunjin parecía muy despierto y su rostro era serio y frío recordándole sus primeros días juntos. Se tensó con su lobo encogiéndose ante la incertidumbre. —Hola. —murmuró inseguro. Las posibilidades invadieron su cabeza. El alfa podría estar enfadado por haberlo dejado plantado y después desaparecer hasta emborracharse sin ni siquiera dar un aviso. No había estado pensando muy bien. Era un tonto.

Hyunjin no respondió a su saludo pero lo miró de pies a cabeza en un chequeo rápido.

—¿Tienes dolor de cabeza? —pregunto a lo que asintió. —Toma una de esas pastillas. —señaló sobre la isla de la cocina manteniendo su tono distante y sin ningún atisbo de sentimientos en su rostro. —Y después ven a mi oficina, necesitamos hablar de algo. —ordenó en un tono plano.

Jeongin se encogió con tristeza. ¿Qué pasaba? ¿Por qué actuaba con tanta indiferencia hacia el? Sabía que se había equivocado y que debería disculparse pronto pero no creyó que sería tan grave.

Comenzó a sentirse peor.

A todos sus sentimientos entremezclados se unió la ansiedad.

—Esta bien. —titubeo nervioso antes de hacer lo que le había dicho.

La había embarrado, seguramente Hyunjin estaría enfadado por hacerle perder el tiempo. Debió hacerle caso a Seungmin cuando le dijo que lo mejor era hablar pero era un cobarde que no se atrevía a enfrentar la situación como debería hacerlo.

Suspiró y armándose de valor caminó en dirección a la oficina del alfa quien ya estaba tras su escritorio revisando una carpeta.

Jeongin entró y cerró la puerta a sus espaldas. —¿Si? —preguntó nerviosamente. Hyunjin lo miró brevemente con una expresión pesada y que parecía dudosa... Era como si no estuviera seguro de su siguiente paso, eso aceleró su corazón a una milla por hora pero pronto el alfa volvió a sus papeles como si nada y le indicó con un breve gesto que se sentara. —Yo quería-. —carraspeó su garganta intentado aclarar su voz y entrelazó sus manos sin atreverse a hacer contacto visual. —Quería disculpar por ayer no recuerdo bien lo que hice o dije. —pronunció mirando de reojo a alfa quien lo miraba con obvia tensión en su cuerpo. —Pero estuvo mal que desapareciera así, lo siento mucho, Hyunjin.

Too sweet | Hyunin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora