Capítulo veinte

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Habían pasado varios días en los que tanto alfa como omega habían cruzado nuevos límites. Ciertamente ambos habían olvidado un detalle enorme en su relación.

El acuerdo.

De manera inconsciente se había arrastrado a un punto de no retorno y al final de esto ambos terminarían heridos.

—Gracias por traerme, Hyunjin. —murmuró el omega con una sonrisa enorme en su rostro. Sus miradas se encontraron y el alfa correspondió su sonrisa.

Hyunjin acarició su cabello y pasó sus mechones rebeldes tras sus orejas en un gesto cariñoso e íntimo. Demasiado natural para ser consciente. —Te recogeré a la salida, quiero llevarte a un sitio. —Jeongin dudo acerca de la forma más apropiada de despedirse por lo que simplemente besó su mejilla y huyó del auto como un cachorro travieso. Hyunjin solo sonrió divertido ante la reacción del omega y se fue suspirando ante la idea de volver al trabajo y alejarse.

Cada vez era más difícil alejarse.

Jeongin sentía la mirada de todos sobre su espalda. Ahora que era consciente del aroma fuerte y posesivo del alfa sobre el entendía porque las miradas cada vez aumentaban más. En un inicio lo juzgaban por no tener una marca ni nada que dijera que tenía un alfa y ahora lo hacían por lo fácil que su presencia gritaba que había un alfa en su vida.

Se encogió y caminó hasta su salón donde sabía que estaría Seungmin ya esperándolo.

Las clases iniciaron con normalidad. Había presentado un examen importante a segunda hora y ahora estaba a punto de entrar a su última clase. Aunque la rutina era fácil de manejar y disfrutaba mucho el ir a clases. Hoy se sentía diferente. Y todo era más pesado y complicado de lo usual.

—Te ves... un poco pálido. —murmuró Seungmin que comenzaba a tomar asiento a su lado. El profesor aun no llegaba.

Jeongin se tambaleó ligeramente y negó sentándose. —Me siento algo mareado. —admitió después de un segundo en que las cosas comenzaron a desenfocarse y moverse de su vista. Sintió la garganta seca y su estómago revolverse. —Min- creo que no me siento mu-uy bien. —dijo pero antes de obtener una respuesta de su amigo. Jeongin tomó sus cosas y salió corriendo del salón sin importarle chocar con el hombro del profesor y que todos lo miraban.

Corrió hasta el baño y vomitó todo él contenido de su estómago apenas siendo afortunado de llegar al baño. Retrocedió rápidamente bajando el retrete y fue a lavarse la boca. Seungmin había llegado tras él viendo toda la escena y luciendo confundido. El vomitar solo había terminado por alterar sus nervios.

—¿Puedes llevarme a casa? —preguntó con la mirada llorosa y sintiéndose aún terriblemente mareado.

—Yo... eh claro que sí. —asintió saliendo de su estupor. Le quitó la mochila a Jeongin y le ofreció su mano ayudándolo a estabilizarse. Jeongin dio un paso y sintió como el mundo volvía a desestabilizarse. Seungmin frunció el ceño con mayor ahínco pero hasta que estuvieron en su auto no dijo nada. —¿Es la primera vez que te sientes así?

Jeongin se había recostado en el asiento con los ojos cerrados intentando superar el mareo persistente. Asintió con suavidad y murmuró un suave e imperceptible porque.

Seungmin comenzó a conducir sin responder luciendo desagradablemente lúgubre.

Jeongin abrió sus ojos cuando se detuvo muy pronto y al comprobar su alrededor descubrió que no estaban en su casa sino frente a una... farmacia. Miro hacia el omega con la pregunta escrita en su cara.

—Volveré rápido solo voy a comprar algunas cosas. —dijo y sin darle tiempo a replicar salió del auto.

Cerró sus ojos nuevamente hasta que Seungmin volvió y le tendió una bolsa. Lo miró sin entender y al revisar su contenido... Jeongin sintió como el mundo se le caía.

Too sweet | Hyunin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora