Too sweet | Hyunin

Extra III: Bebe(s) a bordo

Hyunjin fue el primero que notó que había algo diferente.

Su omega era alguien muy mimoso y dulce, eso no era extraño al igual que su aroma casi que empalagoso que golpeaba todos sus sentidos y podría ordenarle hacer cualquier cosa sin dudar pero había algo distinto sucediendo. Su aroma había comenzado a ser un poco más suave y casi parecía neutralizado por el aroma a leche y vainilla. Inicialmente asumió que debía tratarse al hecho de que Lix aún era amamantado pero hubo otro cambio notorio y este le recordó a los meses en que Jeongin estuvo en cinta.

Jeongin no quería estar solo. Ni un solo segundo del día porque comenzaba a sentirse muy sensible y susceptible a ideas engañosas que lo hacían llorar.

Tampoco soportaba ver que alguien más intentara tomar la atención de Felix.

Era un omega posesivo.

Lo cual tampoco era un problema porque el alfa lo consideraba muy caliente sobretodo cuando este se obsesionaba con marcarlo exhaustivamente con su olor. Podrían pasar horas en eso y Hyunjin estaría más que satisfecho.

Pero no le gustaba verlo llorar y era algo que estaba pasando muy seguido. Jeongin no estaba siendo capaz de controlar sus emociones y sentimientos y terminaba llorando ante la mínima provocación... como ahora.

—¿Entonces quieres más a Lixie que a mí?

—¿Qué?

Jeongin hizo un puchero tembloroso por las lágrimas contenidas. —Es que... a él le has dicho te amo dos veces hoy y a mí nada. —susurró con timidez antes de empezar a llorar con fuerza ya sin poder contenerse más.

A él alfa se le rompió el corazón verlo así.

Lo atrajo a sus brazos. —Te amo, te amo, te amo muchísimo. —dijo besando su frente repetidas veces antes de limpiar sus lágrimas. —Eres a quien más amo en este mundo y en todo el universo. Literalmente mi corazón late por ti, Hwang Jeongin. —aseguró tomándolo de las mejillas y plantando un beso en sus rosados e hinchados labios por tanto morderlos. —Perdón por ser tan tonto.

—No eres tonto. —dijo en un sollozo.

—Te amo.

—También te amo, no se porque me siento así. —lamento comenzando a sonrojarse ahora sintiéndose muy avergonzado por su berrinche. —Soy muy molesto, ¿Verdad? —sus ojitos se abrieron en grande mirándolo con un brillo precioso en ellos.

Hyunjin no podía ver nada malo en él.

Todo en Jeongin era perfecto.

Sonrió y negó. —Nunca podrías molestarme, amor. —besó su naricita haciendo enrojecer al omega. —Ven aquí. —habló jalándolo de la manga de su suéter y sentándolo en su regazo. Jeongin encontró su lugar sobre sus piernas fácilmente, casi acurrucándose en el y jugando con su corbata luciendo tímido y cohibido por la atención. —Mi dulce omega quiero comerte a besos siempre.

Jeongin soltó una risita cuando Hyunjin lo beso de golpe tomándolo por sorpresa y deshaciéndolo en satisfacción absoluta cuando sus besos profundizaron al igual que sus caricias que comenzaron a ser por debajo de la ropa. Esos simples toque fueron suficiente para el sensible omega que rápidamente olvidó todo lo que lo tenía angustiado. Jeongin comenzó a lubricar oliendo dulcemente a excitación y a necesidad que el alfa tanto disfrutaba.

Cuando su mano descendió a sus muslos, Jeongin lo detuvo mirándolo a los ojos con raciocinio.

—Pero... ¿No tenías que ir a trabajar? —preguntó recuperando su puchero inicial.

Lo besó borrando el mohín.

—El trabajo puede esperar. —dijo sonriendo de lado. —Esto me gusta mucho más, bebé.