Too sweet | Hyunin

Capítulo dieciocho

Al entrar a su oficina lo primero que notó fue que esta no estaba vacía. Su padre estaba sentando en uno de los sillones con un aspecto tenso y dado su aroma descubrió que también furioso. Ya lo había esperado. Desde que había llegado de su luna de miel hace casi tres meses no había aceptado ninguna llamada de su madre no había contestado ningún mensaje y había prohibido su entrada a la residencia.

Y ahora que había despedido a la ahijada de su padre sabía que solo había lucido como una provocación más.

Había estado evitando hacerlo por eso mismo, no la había despedido antes soportando su trabajo ineficiente y su actitud provocadora pero su pequeña crisis con Jeongin había sido la punta del iceberg. Era suficiente. Y no le importaba cómo lucía a ojos de sus padres. No iba a dejar que eso fuera más importante que su omega. No podría hacer ojos ciegos ante eso.

—No recibo visitas sin cita previa, ¿Qué haces aquí? —preguntó caminando hasta su puesto.

—No te hagas el importante conmigo. —gruñó su padre con su ceño fruncido. —Dime porque Lily me llamó llorando diciendo que la despediste.

Suspiró irritado. Su día ya había empezado terrible gracias a su padre y su agrio aroma a limón.

—No tengo que dar explicaciones al respecto ni a ti ni a mi madre ni a nadie acerca de las decisiones que tomó en la empresa.

—¿Entonces la despediste porque si? —se encogió de hombros sin más. Concentrándose en responder el correo pendiente del día anterior. —Préstame atención, Hyunjin. —ordenó el hombro. Pero el más joven ni se inmutó escribiendo en su computador e ignorando la presencia de su padre. —¿Vas a responder? —insistió. Su presencia dominante chocaba con la suya propia.

Suspiró cansado. —La omega era mala en su trabajo y entrometida. —sonrió de lado. —Aunque eso último seguro era obra tuya, ¿no? Lo tolere el suficiente tiempo ya.

Su padre no estaba satisfecho con su respuesta. Se cruzó de brazos dejando escapar más de su agrio aroma. 

—Era una pasante, aprendería con el tiempo. —murmuró irritado. Su pierna subiendo y bajando en un tic nervioso.

—Bueno, búscale el trabajo que necesita en tu oficina. —ánimo antes de sonreír cínico. —A menos que te preocupe que mamá lo sepa. —añadió como un segundo pensamiento fingiendo inocencia.

El mayor guardo silencio sorprendido porque Hyunjin supiera de su aventura.

—Si eso es todo puedes irte. —despidió sin darle ni una sola mirada. —Ya me has hecho perder mucho tiempo con tus problemas, padre.

—Lily mencionó algo más. —dijo su padre en cambio. Hyunjin suspiró irritado. —Dijo que había sido culpa de otro omega.

Sonrió irónico. —¿Qué esperas que te diga, padre?

—¿Acaso la puta con la que te casaste es tan insegura? —el hombre atacó como siempre hacia cada que se sentía vulnerable.

La sangre del alfa se heló al oír la forma en que su padre se refirió a Jeongin. El aire de la oficina se hizo frío y la mirada que el mayor recibió probablemente fue suficiente para saber que había ido muy lejos esta vez.

—No creas que me quedaré aquí sentado sin hacer nada escuchando como hablas sobre mi omega. —aseguró con la voz tensa en ira. Sus dientes chasquearon ante la fuerza con la que apretó su mandíbula. Y su aroma se sobrepuso al de su padre. Sometiendo al hombre. —Y si, despedí a tu amante porque era una resbaladiza tonta que creía poder sobreponerse a mi omega. A mi esposo. —gruño. —Recuerda algo más... si no quieres que hable sobre tu pequeña aventura, es mejor que conozcas tu lugar y respetes mi posición porque el área de la empresa que manejas fue la herencia de mi abuelo a mi madre, lo que fácil conseguiste fácil lo puedes perder. Tú no tienes el poder aquí.