Too sweet | Hyunin

Capitulo catorce

Despertó exaltado. Su pecho agitado moviéndose acelerado en busca de obtener el aire que parecía escasear. Tomó bocanadas profundas intentando que el oxígeno llegara a sus pulmones pero era una tarea imposible.

De pronto la puerta de su habitación se abrió de golpe y por esta apareció Hyunjin quien se acercó rápidamente a su lado, tomándolo del rostro y revisando que estuviera bien. Pero a pesar de sus manos tocándolo, continuaba sin sentir nada en absoluto, su mirada perdida y su respiración alterada.

—¿Que sucede? ¿Estás bien? Escuché un grito y... —el alfa limpió las lágrimas que caían por sus mejillas como cascadas.

Jeongin se ocultó en su pecho llorando intensamente hasta que pudo recuperarse poco a poco lo suficiente para volver a respirar con calma. Las lágrimas igual continuaron escapando de sus ojos mientras el alfa lo arrullaba e intentaba calmarlo de lo que parecía haber sido una pesadilla.

Sollozo atrapado en un bucle en su mente.

—Respira bebé, ya pasó fue solo una pesadilla.

Intentó calmarlo dejando suaves besos en la cima de la cabeza del omega pero no parecía funcionar. El llanto continuaba y parecía no estar a punto de detenerse. De un momento a otro había vuelto a sollozar con mayor fuerza.

Hyunjin lo alejó de su pecho donde el omega se aferraba buscando la protección de su olor e intentó conectar sus miradas.

—Bebé mírame. —pidió con la voz suave. La mirada del omega era perdida, desenfocada. —Respira conmigo. —dijo pero no pareció ser suficiente.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Lo levantó y sentó en su regazo tomando su rostro entre sus manos lo obligó a mirarlo a los ojos. Sus ojos vidriosos e irritados estaban perdidos en un bucle del que no sabía cómo sacarlo.

—Está todo bien, estoy aquí contigo. Llora todo lo que necesites, amor. —susurro contra su oído dando caricias en su espalda. —No pasa nada, todo está bien. —susurro con cariño y suavidad. Intentando trasmitirle la calma que necesitaba. —Fue solo un sueño malo, ya todo está bien.

Jeongin lloró durante minutos eternos en los que el alfa se cuestionaba si quizás debía hacer algo más. La preocupación y malestar querían invadirlo pero se mantuvo fuerte e inamovible. Intentado ser un soporte para él omega. Poco a poco sus preocupaciones desaparecieron cuando el llanto del omega comenzó a bajar lentamente hasta ser sollozos suaves y nada mas que suspiros entrecortados.

Ver llorar a Jeongin era lo más doloroso que Hyunjin alguna vez había experimentado.

Jeongin se apoyó en su pecho, una de sus manos aferrándose con fuerza y tensión a su camisa mientras su mejilla se restregaba en su hombro en busca de su olor que brindaba tanta paz y calma.

Pasó sus dedos por su cabello sedoso peinándolo en caricias calmantes. Jeongin poco a poco estuvo más tranquilo. Su respiración haciéndose suave y ligera.

—Lo siento. —murmuró con la voz rasposa, lastimada por el llanto.

Hyunjin odiaba lo vulnerable que él omega se sentía.

Dejo un beso en su frente. —No te disculpes, bebé. —susurro. Una de sus manos haciendo círculos en la piel descubierta de su cintura. —Me asusté demasiado cuando te escuché gritar. —confesó rompiendo el silencio que se había formado.

—¿Estaba... gritando? —preguntó con lentitud. La sorpresa y malestar golpeando sus facciones.

—Si.

—Lo siento. —volvió a repetir. —Te desperté, lo siento.

—Eso es lo de menos, no me importa pasar la noche despierto. Estoy preocupado por ti.