OTROS PLANES

Mayo de 2021

Toluca, Estado de México.

El tamborileo constante del pie de aquel chico entrajinado desquiciaba como siempre a la pobre secretaria que desde hacía ya media hora hacía acopio de paciencia para lidiar con aquella conducta que siempre había tenido Julio Cesar con ella.
En cuanto al impaciente chico, sin embargo, no mostraba reparo alguno en las molestias que causaba a la madura mujer. Leticia nunca le había caído particularmente bien al  sujeto, pues pensaba que si después de tantos años al servicio de un hombre tan deshonesto e impositivo como lo era su padre no la había instado a renunciar, era precisamente porque ella debía ser igual o peor.

Leticia- Aquí no se puede fumar, te lo he dicho cientos de veces.

Julio Cesar encendió el cigarrillo sin prestar atención a las acusaciones de Leticia, después de todo ya le habían hecho esperar demasiado como para negarle algo tan inofensivo como el tabaco.

Julio Cesar- Es ridículo que me digas eso cuando las paredes de la oficina de mi padre apestan a cigarro.

La puerta se abrió en ese mismo momento, Franco miró a su hijo con severidad antes de hacerle una seña para que entrara a la oficina. Tras un breve suspiro Julio Cesar entró en la innecesariamente amplia oficina del secretario de agricultura.

Julio Cesar- No tengo mucho tiempo papá, debo estar en una junta en el comité de agricultores en media hora.

Aquel hombre no levantó la vista del trabajo al escuchar a su hijo. La tensión del silencio hizo a Julio Cesar imaginar de qué iba aquella reunión tan inesperada un lunes por la mañana, y aunque era un tema que ellos ya habían abordado un sinfín de veces él no podía evitar sentirse invadido y angustiado.

Franco- ¿Con los agricultores o con la hija del presidente del comité de agricultura?

El suspiro fue largo, pasaba el tiempo y a él seguían molestándole aquellas preguntas en las que su padre ya tenía las respuestas de antemano ¿Qué esperaba entonces que le dijera?

Julio Cesar-  Tú sabes la respuesta a eso papá.

Franco- ¿Y me lo dices así como si nada?

Julio Cesar- Entonces finjamos que no te lo dije.

Franco- Creí haber sido claro en ese tema Julio, no me provoques.

Julio Cesar- ¿Por qué te interesa tanto que me aleje de ella?

Franco- Pero qué pregunta tan tonta. Evidentemente porque no es igual a ti.

Julio Cesar- ¿Igual a mí? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Que no tiene 27 años como yo? ¿Que no tiene la misma estatura? ¿Que su cabello es rizado y el mío es lacio? ¿Que no es hombre como yo? ¿Que no fuma? ¿Qué? ¿Qué es padre exactamente lo tan aterrador y diferente?

Franco- Sabes muy bien qué es Julio. Es una don nadie, estar con ella no te llevará a ningún lado y mucho menos supondrá una ventaja en ningún aspecto para nuestro futuro.

La discusión no aminoró al momento en que Carolina entró en aquella oficina sin siquiera ser anunciada. No es que en alguna ocasión anterior ella hubiera podido frenar las discusiones de su hijo y su esposo, pero últimamente se iba sintiendo cada vez más anulada como parte de aquella pequeña familia.

Julio Cesar- No te expreses así de ella papá. Inda es la hija del presidente del comité de agricultura, tiene una excelente carrera, maestrías, reconocimientos y es una excelente artista.

Franco- ¡Por favor Julio! Hace dibujos, es una vaga. En lugar de seguir con el legado del viejo se dedica a escribir cuentitos y colorear garabatos. Toda la responsabilidad de La Colorada se la ha dejado a Alarii.

Julio Cesar- Eso es totalmente normal padre, Alarii es el primogénito y el hombre, debe ser él quien siga los pasos de su padre.

Franco- ¿Primogénito? ¿Estás escuchando lo que dices Julio? Inda y Alarii son solo un par de recogidos, un par de simples huérfanos hijos de Dios sabrá quién.

Aun cuando ella se dedicara a otra cosa no voy a permitir que te involucres con una mujer corriente y sin futuro.
Julio Cesar- Papá no voy a dejarla. Me duele mucho que pienses así de ella, y no es por ella sino por ti. Pero no me sorprende que piense así alguien como tú, con un pensamiento tan retrograda y limitado.

Franco- ¿Cómo te atreves a hablarme en ese modo muchacho tonto?

Carolina- Julio no le hables así a tu padre por favor, está pensando en lo que es mejor para tu futuro.

La mirada de Julio Cesar era severa y fija en su padre, dio un beso en la frente a su madre antes de emprender la retirada y dar un portazo a su salida.

Carolina- ¿Por qué eres siempre tan severo con él? No estaría de más que lo intentaras por las buenas para variar.

Franco- Tú no entiendes nada Carolina, ésta vez lo estoy pidiendo por las buenas.

Carolina- ¿Por qué te aferras en separarlos? No lo entiendo, Inda es una buena chica y ellos se quieren mucho…

Franco- ¡Carolina cállate! ¿Cuándo se ha tratado de quereres? Por supuesto que Julio ya tiene edad para casarse pero no con alguien así. Yo tengo otros planes para él.







IDILIO DE UNA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora