IDILIO DE UNA VENGANZA

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UN RINCÓN CERCA DEL CIELO.

Abril de 2019

Busan. Seúl, Corea del Sur.

Ander- ¿Quién le dijo que me trajera aquí?

Chofer- Fueron las ordenes que se me dieron esta mañana en mi itinerario joven Ander.

Ander- Pero no tengo ninguna actividad programada a esta hora, mucho menos aquí. Espera, llamaré al sr. Choi.

Ander marcó el número de su manager en el movil mientras asomaba la cabeza por la ventanilla trasera del auto mirando a su alrededor, buscando algún estudio fotográfico o set de grabación que pudiera justificar su presencia en aquel lugar pero lo único que veía eran las elegantes calles de la enorme ciudad de Busan con su característico aroma marítimo, la brisa le sabía salada al respirar aquellos aires.

El teléfono timbro hasta pasar a buzón.

Ander- No me contesta. Esto me resulta bastante extraño.

Chofer- Debe ser que está en el aeropuerto con el joven Delling para llevarlo a Tokio para su programa como invitado. Pero mire, aquí dice que estamos en la dirección correcta y que debe estar en el edificio en el último piso, es la hora correcta. No creo que haya ningún problema joven.

Ander miró con atención la nota del itinerario que el chofer le mostraba confirmando lo que le decían.

Ander- ¿Y por qué dice que me traigas sin escolta?

Chofer- Tampoco lo dice, usted sabe que no es como que reciba ordenes verbales del señor Choi, las secretarias se limitan a dejarnos estos itinerarios impresos cada día y nosotros nos limitamos a acatarlos.

Ander- Sí, sí... entiendo. Mmmm no queda de otra, subiré. Pero no te muevas de aquí, si en cinco minutos no he vuelto o he llamado sube a buscarme.

Chofer- Por supuesto joven Ander.

Al bajar del auto Ander subió la capucha de su abrigo color beige. No quería arriesgarse a encontrarse con una oleada de destellos sin la compañía de su sus escoltas.

El edificio era, como todo en Busan, un elegante monumento a la arquitectura modernista. Ander entró a la recepción, un hombre de apariencia madura y jovial lo recibió con una sonrisa.

Ander- Buenos días, ammm tengo una cita en esta dirección en el último piso en el apartamento... ¿Cuál era?... 2A. Sí, 2A.

Portero- Por supuesto joven, ya lo esperan. Por favor registre su huella digital para que pueda circular con regularidad en el edificio.

Ander- ¿Circular con regularidad?... De acuerdo.

Ander seguía desconfiado de aquel lugar y de la extraña forma en la que debía presentarse a su cita, pero le tranquilizaba saber que aquel hombre estuviera al tanto de la cita que tenía ahí.

Tras registrar su huella subió al ostentoso elevador en donde respondió la llamada de su chofer tal como lo había pedido.

Chofer- ¿Está todo bien joven Ander? ¿Lo he traído al lugar correcto?

Ander- Sí, descuida. Aun no sé que voy a hacer pero me esperaban en recepción.

Chofer- De acuerdo señor, lo esperaré entonces.

Al descender pudo sentir la suave textura del alfombrón bajo sus pies. Solo había dos puertas en todo el nivel, se dirigio a la 2A y tocó el timbre tal como le había indicado el chofer que sin saberlo ahora mismo se encontraba haciendo una llamada desde el auto.

Chofer- ¿Señor?... sí, lo he traído como me ha indicado, ya debe estar por llamar a la puerta... esta bien señor.

Interlocutor al otro lado de la linea- ... y recuerda, no le digas a nadie sobre esto, ni la dirección ni con quién lo has traído. Si alguien te lo pregunta tú estabas llevando a Ander a desayunar a su restaurante favorito. Ahora retirate, él no volverá contigo. Ya he transferido lo acordado a tu cuenta bancaria.