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El aire frío de la noche golpeó a Jimin cuando salió del hospital, como una bofetada de realidad que le arrancó un suspiro cargado de pesadumbre, con movimientos mecánicos, sacó una cajetilla de cigarrillos de su abrigo, sus dedos temblorosos buscando refugio en la rutina de encender uno. Mientras inhalaba el humo, sus ojos se fijaron en un punto invisible frente a él, su mente estaba atrapada en un laberinto de emociones que no le permitía escapar.

Cada bocanada de humo era un intento desesperado de calmar el torbellino dentro de él, sin embargo el alivio nunca llegaba, el cigarro se consumía en sus dedos, casi tanto como él mismo se sentía desvanecer, y la nicotina apenas tocaba la superficie del dolor que lo invadía. El mundo a su alrededor se volvía borroso, y el único sonido que escuchaba era el eco de su propia respiración entrecortada, mezclado con el retumbar de su corazón.

No se dio cuenta de las primeras gotas de agua que cayeron sobre su rostro, ligeras y frías, como un susurro de la naturaleza que intentaba despertarlo de su trance. Pero él no las sintió, tan perdido estaba en su propio abismo. Fue solo cuando la lluvia se intensificó, volviéndose una tormenta violenta, que su cuerpo reaccionó, pero no con rechazo. Al contrario, la lluvia le pareció una compañía amarga, una manifestación externa del caos interno que lo dominaba, las gotas caían con fuerza, empapando su cabello, su ropa, y sin embargo, no hizo ningún intento por refugiarse. Permitió que la tormenta lo envolviera, cada gota golpeando su piel como una caricia dolorosa que acentuaba la tristeza que ya lo invadía.

Finalmente, cuando el cigarrillo se había consumido casi por completo, aplastó la colilla con el pie, dejando que el agua arrastrara las últimas cenizas, la tormenta, lejos de ser purificadora, solo había aumentado el peso sobre sus hombros, y con el corazón aún más pesado que antes, decidió regresar al hospital.

Al entrar nuevamente, fue recibido por una explosión de quejas provenientes de los padres de Yoongi. Sus voces, cargadas de ira y desprecio, lo sacaron de su ensimismamiento, y apenas pudo procesar lo que decían antes de que el padre de Yoongi se le acercara.

—¿Cómo te atreves a regresar aquí después de todo lo que has hecho? —gruñó el hombre, sus ojos ardiendo de odio.

Jimin, aún aturdido por la tormenta y el peso de sus emociones, intentó articular una respuesta, pero las palabras se ahogaron en su garganta. Antes de que pudiera reaccionar, sintió un empujón fuerte en su pecho, todo sucedió en un instante: su cuerpo perdió el equilibrio, sus pies se deslizaron en el suelo mojado y, por un breve momento, el mundo pareció detenerse mientras caía hacia atrás.

El impacto nunca llegó. Fue como si el tiempo se hubiera detenido justo antes de que tocara el suelo, pero el dolor ya se había instalado en su corazón, mucho antes de que el padre de Yoongi lo empujara. Las emociones, la desesperación y el miedo se mezclaron en su interior, dejándolo incapaz de moverse, de defenderse, de siquiera entender cómo había llegado a este punto.

Jimin, paralizado, se quedó allí, temblando, mientras las miradas de desprecio de los padres de Yoongi lo perforaban como dagas, la lluvia que había buscado consuelo en el exterior ahora parecía un reflejo de la tormenta que seguía arremetiendo en su interior. Y así, rodeado de enemigos y perdido en su propio mar de angustia, sintió que la distancia entre él y Yoongi se hacía cada vez más insuperable, como si las gotas de lluvia que una vez cayeron sobre él se hubieran convertido en una barrera inquebrantable, separándolo del único ser que alguna vez lo había hecho sentir completo.

Era como si el mundo hubiera decidido conspirar en su contra, y en ese hospital, las paredes se cerraban sobre él, ahogándolo en un mar de acusaciones y desprecio.

Las palabras cargadas de veneno y odio que en variadas ocasiones el padre de Yoongi le dedicó resonaban como martillos en su mente.

—¡Aléjate de mi hijo! ¡No permitiré que ensucies nuestro apellido con tu inmundicia!. ¡Te mataré si te vuelves a acercar a Yoongi!.

HOPE|• Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora